Cómo convertir el esqueleto del Camp Nou en una mesita de noche
Una empresa de Santa Fe del Penedès se está encargando de reciclar toneladas de encofrados procedentes del feudo azulgrana
Santa Fe del PenedèsEn un descampado de Santa Fe del Penedès, entre viñedos solitarios y la autovía C-15, algunos trozos del nuevo Camp Nou esperan pacientes para iniciar una segunda vida. De ser parte de una de las obras más importantes que se están realizando actualmente en el sur de Europa a un futuro incierto que tanto les puede llevar a convertirse en una puerta señorial de un bloque de pisos del Eixample como en la mesilla de noche que te comprarás la próxima semana en el Ikea.
El suelo está ligeramente embarrado porque esta semana la lluvia se ha convertido en un acompañante más en el Penedès, que se encuentra en tiempos de vendimia, pero a la mirada le llama más la atención lo que hay en las alturas que el estado del suelo. Toneladas de madera se apilan unas sobre otras hasta formar montañas de unos 100 metros de largo y cinco de altura. Las maderas más famosas son también las que más sobresalen a causa del contraste cromático. Gracias a su color oscuro, casi negro. Miden un metro y medio de altura por un metro de ancho. Están esperando empezar una segunda vida después de que se les haya terminado la primera: hacer de encofrados durante la remodelación del Camp Nou.
"Estas maderas son de mucha calidad. Sabe mal tenerlas que triturar. Cuando ves que se utiliza material de tanta calidad comprendes que obras de la magnitud de la del Camp Nou tengan un coste tan elevado", explica al ARA Sergi Montané, responsable de Mongira, una empresa dedicada al reciclaje de escombros y madera. Los encofrados del Camp Nou empezaron a llegarle en marzo de este año y tuvo que rechazar la mitad porque la cantidad que le ofrecían era tan descomunal que si los hubiera aceptado todos debería dejar de dar servicio a sus clientes habituales.
Colas de camiones
"Que te llegue un material del volumen de la obra del Camp Nou quizás te pasa una vez en la vida y nosotros no podemos olvidar a nuestra clientela de siempre. Durante la primavera había días que allí –dice señalando el camino rural que lleva hacia la empresa– se hacían colas de camiones". La acumulación se debió a que, en un primer momento, los camiones no llegaban directamente del Camp Nou, sino de otro descampado de las afueras de Barcelona donde se había acumulado durante meses la madera extraída del estadio. Ahora llega algún camión procedente directamente del Camp Nou, pero con mucha menos frecuencia que en los meses anteriores.
La actividad principal de Mongira nace de la crisis de la construcción. Los orígenes de esta empresa familiar eran la especialización en las excavaciones de obras, pero cuando llegó la burbuja de la construcción en el 2007 tuvo que reinventarse para sobrevivir. Empezaron con el reciclaje de escombros y fueron ampliando su catálogo con el palet y las podas. Hasta llegar al Camp Nou.
Dos empresas se dividen el trabajo
Así como los escombros del Camp Nou se están reciclando a escasos metros del estadio, en el solar que dejó la demolición del Miniestadi, y se utiliza para generar material que se utiliza en la remodelación del mismo feudo azulgrana, la madera que se ha extraído se reciclará para otros usos y se ha repartido entre esta empresa de Santa Fe del Penedès y otra próxima al Port de Barcelona. En Mongira se encarga de triturarla para convertirla en serrín –como el que se pone en el Belén, pero a gran escala– una gigantesca máquina de color azul con un motor de 515 caballos comprada en Alemania que asusta y trabaja con la misma disciplina que Hansi Flick.
Trozos de madera grandilocuentes, como los de los encofrados del Camp Nou, quedan desmenuzados en cuestión de segundos gracias a un rotor con martillos enloquecidos. Pese al ruido estridente, observar el proceso tiene un punto relajante, digno de convertirse en un vídeo de YouTube de la categoría ASMR. Pero el responsable de Mongira nos saca de la abstracción para pedirnos que nos apartemos para evitar que nos impacte alguno de los fragmentos de madera que escupe la máquina hacia afuera a una velocidad vertiginosa. Terminado este proceso, el resultado final se traslada a otras empresas que se encargan de refinar aún más la madera y convertirla en tableros que se suministrarán, por ejemplo, a Ikea.