Europa pone a prueba al niño catalán que rompía televisores a pelotazos

BarcelonaZoran Cikusa, un ex jugador de balonmano serbio de los años 80, echó raíces en Bordils, donde se criaron sus dos hijos gemelos. Cuando apenas aprendían a andar, Petar y Djordje ya pasaban las horas jugando con un balón. Su energía acabó con algunos televisores rotos, puesto que los pequeños de la casa utilizaban la pantalla como portería. Unos años después, el catalán Petar Cikusa quiere ayudar al Barça a cerrar un ciclo glorioso con un nuevo título de la Liga de Campeones.

"Llegamos en una dinámica muy buena. El equipo es serio, está muy concentrado. En la Copa del Rey demostramos este carácter, sabiendo que la temporada no ha sido fácil. Pero ahora viene lo mejor, lo que todos deseamos jugar. Estamos todos al cien por cien para darlo todo en Colonia", dice Cikusa.

El jugador azulgrana, que renovó su contrato hasta el 2029, sabe que ya no pasa desapercibido. "El club ha apostado por mí, me ha demostrado que me quiere aquí. Ahora me toca a mí devolver esa confianza con trabajo, esfuerzo, ambición y entrega, tanto dentro como fuera de la pista", asegura. La temporada pasada disputó la final four siendo un juvenil, pero ahora la responsabilidad es mayor. "La verdad es que todavía estoy aterrizando en todo esto. Es mi segundo año como profesional y todavía estoy aprendiendo lo que significa jugar a ese nivel. Poco a poco, con la confianza de todos, lo iré asimilando", dice.

La progresión de Pedro, cómo le rebautizaron a Bordils, ha ido acompañada de mayor madurez fuera de la pista. "Soy muy joven, y cuando eres joven quieres hacerlo todo. Esta temporada me ha servido para tomar conciencia del lugar donde estoy. Me siento mentalmente preparado para lo que queda de curso y también para el próximo año. Toca trabajar duro", confiesa Cikusa, que se motiva escuchando canciones de Vunna.

Diez de sus compañeros abandonarán este verano un Barça obligado a reinventarse, pero él no piensa cambiar de aires. "Renovar con el Barça, el mejor club del mundo, para mí es un sueño. Lo ha sido desde pequeño, pero renovar dos veces en un año es lo mejor que me ha pasado en la vida", reconoce el central, que aterrizó en el club cuando era infantil y desde entonces ha pasado por todas las categorías hasta llegar al primer equipo. "Jugar una final four es el sueño de cualquier niño que comienza en la base. Poder estar ahora en el primer equipo es increíble. Ha sido una temporada complicada, pero llegamos con muchísima ilusión y muchas ganas de competir", asegura.

El Barça utiliza Cikusa para hacer mentorías en La Masia. Lo hace con su estilo, abandonando las declaraciones políticamente correctas. "Cuando tenía vuestra edad no me tomaba en serio el trabajo en el mi trabajo. Aproveché la oportunidad que se me abrió, por la lesión del Domen Makuc, pero sin haberme esforzado no hubiera sido posible. Debe esforzarse: en la pista, en el gimnasio, fuera de la pista. Y debe pensar en el colectivo", dice el catalán. Cikusa está muy claro cuando habla de la importancia de la nutrición. "Comer una hamburguesa no le ayudará. Hay que alimentarse bien, si es necesario con verduras, y que descanse".

"Sigo siendo un niño, el más joven del equipo, pero dentro de la pista tengo que ser yo mismo. Con los compañeros que tengo y el cuerpo técnico, que me ayudan cada día, tengo que seguir yendo al cien por cien y darlo todo", reflexiona.

Bestia negra

El rival del Barça en las semifinales es el Magdeburgo, una especie de bestia negra culé. "Como todo el mundo sabe, cuando Magdeburgo y Barça se enfrentan siempre pasan muchas cosas. Son partidos muy intensos. Creo que si queremos ganar debemos estar un punto por encima de ellos, mantener la concentración los 60 minutos. Tenemos que dar nuestro máximo y aprovechar cualquier bajada que tengan para marcar la diferencia. Lo esencial es que estemos en el partido, confiemos en nosotros, que confiemos en nosotros, que confiemos en el partido," resume.