La magia de Lamine Yamal no evita el tropiezo en Brujas
El conjunto azulgrana, que va hasta tres veces por detrás en el marcador, no puede pasar del empate a casa del conjunto belga (3-3)
El Barça exhibió su fragilidad defensiva en Brujas (3-3) y perdió puntos en una plaza que iba a ser fácil en su camino a la Liga de Campeones. La magia de Lamine Yamal, que metió un golazo, no fue suficiente para impedir un tropiezo que pudo ser peor si no fuera por la intervención del VAR, que anuló un gol a los locales en tiempos de descuento.
Los primeros diez minutos en Brujas fueron sintomáticos del momento que atraviesa el equipo. En la primera ocasión local, los belgas dejaron en evidencia la fragilidad de la defensiva de la línea avanzada azulgrana, en la que Araujo y Eric fueron, de nuevo, la pareja de centrales. En un contragolpe bien ejecutado, Forbs habilitó a Tresoldi para que definiera demasiado fácil ante Szczesny. A continuación, sólo un par de minutos después, Ferran firmaría el empate en un inicio lleno de rock'n'roll. Fermín –quien, si no– habilitó al valenciano, que sigue siendo el delantero centro de referencia para Flick y firmó la igualada a bocajarro. La jugada la había iniciado un Lamine Yamal que iría haciéndose mayor a medida que avanzaría el partido.
Con las tablas en el marcador, parecía que el Barça recuperaría el dominio, como presumía el guión previo al partido, ante la diferencia de talento entre ambos equipos. Pero uno de los principales encantos del fútbol radica a menudo en que los guiones pueden rasgarse, aunque sea en algunos momentos. Ayudó que la defensa seguía haciendo higo y con un nuevo contragolpe, lanzado de forma magistral por el capitán de los belgas, Vanaken, el Brujas se volvería a adelantar. Esta vez, asistente y goleador se intercambiaron los papeles y tras una pared que dejaría en evidencia a los jugadores del Barça, Tresoldi acabaría asistiendo a Forbs, que definiría con calidad ante Szczesny.
El Bruges lleva dos goles en 20 minutos
En menos de 20 minutos, el Bruges había logrado desnudar dos veces al conjunto de un Flick que no perdía el rictus serio en el banquillo. Nada le gustaba al técnico alemán ver cómo su equipo no aplicaba bien la presión pospérdida y dejaba pensar a un Vanaken que ejecutaba el plan local: recuperar el balón y buscar las cosquillas a la espalda de una defensa en la que Kounde parecía una ONG destinada a hacer la vida más fácil en el Brujas. Volver a verse por debajo en el marcador fue una bofetada al orgullo de un Barça que sueña con levantar la Liga de Campeones, el único título que se le resistió la pasada temporada y competición en la que lleva más de una década sin llegar a la final.
Sin Pedri, el futbolista más imprescindible del equipo, De Jong y Casadó tomaron el protagonismo en la sala de máquinas. El Barça no lograba conectar con Fermín, su jugador más enérgico. El andaluz estaba bien vigilado por los belgas, aunque había tenido una de las mejores ocasiones del primer tiempo, con un remate de rosca desde el vértice del área que acabaría escupiendo el palo y justo antes de que los locales se adelantaran en el marcador. Los azulgranas acapararían la posesión, pero faltaba cambiar el signo del resultado. Una excursión de Kounde acabaría con otro remate al palo. También perseguiría el empate Rashford, con un disparo fuerte pero escorado, que pudo desviar a Jackers.
Que el Barça tradujera un dominio abrumador del balón (más del 70% de posesión respecto a su rival) en oportunidades de gol pasaba por el paso adelante de Lamine Yamal. El 10 azulgrana empezó a recuperar su chispa, que tanto se está echando de menos los últimos partidos con los malditos problemas que arrastra al pubis. De hecho, el extremo de Rocafonda estuvo haciendo ejercicios especiales de calentamiento hasta instantes antes del pitido inicial. La mejor noticia al final del primer tiempo, que acabaría con 2-1, era que Lamine Yamal estaba cada vez más animado y que los azulgranas acabarían bien la primera mitad, imprimiendo más ritmo al juego, buscando que el dominio de la posesión se tradujera en oportunidades de gol. Ferran rozaría el doblete, pero falló en el remate tras una jugada que había nacido de una recuperación y de un buen eslalon del hispanoguineano.
El arrebato de Lamine Yamal continuaría en la reanudación, con un primer intento, potente pero centrado, que detendría seguro a Jackers. Su gol no tardaría en llegar, sin embargo. Una deliciosa jugada del 10, impregnada de su aura de estrella y bien acompañada por un toque de calidad de Fermín, supondría el empate a 2-2. Pero el Barça se empeñó en desperdiciar la magia de Lamine Yamal. El Bruges volvería a adelantarse, gracias a una nueva genialidad en la definición de Forbs, que unos minutos antes había derrochado un remate franco a bocajarro. La estructura defensiva azulgrana quedaba de nuevo en evidencia. Flick ardía las naves dando entrada a Lewandowski. Un centro de Lamine Yamal hacia el polaco se traduciría en un nuevo gol azulgrana, después de que Tzolis desviara el pase a gol. Un penalti de Balde anulado tras la revisión del VAR y, sobre todo, una falta a Szczesny que Vermant había convertido en el cuarto, evitaron que el Brujas desnudase del todo a los azulgranas.