BarcelonaUna de las quejas habituales de los ejecutivos del Barça es que se hace muy difícil construir a largo plazo cuando continuamente se sustituyen los altos cargos. Cada presidente quiere poner a sus personas de confianza y esto comporta que cuando hay un cambio de mandatario los organigramas del club vivan una radical sustitución de caras. Según ha podido saber el ARA, una ochentena de personas han entrado en la estructura ejecutiva del club desde la llegada a la presidencia de Joan Laporta en marzo del 2021 y otra ochentena se han marchado, mayoritariamente debido a despidos. Esta reestructuración, sin contar la de la parcela deportiva, ha tenido un coste aproximado de 5 millones de euros para el club, tal como avanzó el Sport y ha podido constatar este diario.
La victoria a las elecciones de Joan Laporta, que se ha autoproclamado presidente ejecutivo, comportó que entraran en el Barça personas de su máxima confianza, como las que se incorporaron en el área de presidencia: Manana Giorgadze, Jordi Finestres y Enric Masip. A pesar de que este departamento está dirigido por Giorgadze, el sueldo más alto es el de Finestres, seguido por el de la misma directora y el de Masip. De todos modos, las tres remuneraciones son inferiores a la que percibía Jaume Masferrer, el director del área de presidencia durante el mandato de Josep Maria Bartomeu –investigado por posible administración desleal y corrupción entre particulares en el caso Barçagate–, que rondaba los 300.000 euros anuales.
Además, Laporta también incorporó a un nuevo director de fútbol, Mateu Alemany; un nuevo director de deportes, Xavier Budó; un nuevo director de comunicación, Àlex Santos (quién fue su jefe de campaña); un nuevo director de ingresos, Àlex Barbany; un nuevo director de recursos humanos, Carles Cendrós; un nuevo director del Espai Barça, Ramon Ramírez, fichado de la empresa IDOM, que ha tenido un papel importante en la reestructuración del proyecto por parte de la nueva junta; y un nuevo jefe para la oficina de Hong Kong, Bryan Bachner, procedente de CSSB Limited, empresa controlada por Joan Oliver, director general del Barça durante el primer mandato de Laporta. Entre la ochentena de personas incorporadas bajo el mandato de Laporta también destacan Pere Mellado en los servicios jurídicos, Joan Sentelles en el área de operaciones y compras (gestionó el Reus Deportiu bajo la propiedad de Joan Oliver después de haber estado en el Barça durante el primer mandato de Laporta), Maribel Meléndez en la corporativa y Sergi Ricart, actual director de la reestructurada área comercial.
Además de esto, Laporta ha fichado a su hermana, Maite Laporta, para liderar la nueva área de inclusión y diversidad del departamento de compliance, hecho que comportó un cambio en el código ético del club, que hasta entonces no permitía la contratación de familiares. Además, Marta Segú, la prima del presidente, entró como directora de la Fundación; Jordi Portabella, compañero de partido de Laporta en el Ayuntamiento de Barcelona, fue incorporado para dirigir otra nueva área del club, la de sostenibilidad; y Holger Bittner, fichado para ser el responsable de desarrollo de nuevos negocios, llegó de Aquipa Ibérica, empresa fundada por el vicepresidente deportivo Rafa Yuste.
Adios a los cargos de confianza de Reverter
Pero la incorporación de más renombre fue la de Ferran Reverter como director general del club. Su llegada fue acompañada de otros nombres que él recomendó, entre los cuales destacan Xavier Mas para dirigir el área de compliance, Jordi Balsells para encabezar Barça Licensing & Merchandising y Juan Manuel Tabero para ser el director de tecnología. Precisamente, la dimisión de Reverter este mes de febrero provocó que también salieran del club los mismos Balsells (sustituido por Josep Maria Meseguer), Tabero (reemplazado por Joan Moya) y Mas. En este último caso, su sustituto ha sido Sergi Atienza, que tiene su consulta como abogado en el mismo edificio de la avenida Diagonal desde donde el presidente del Barça dirige el bufete Laporta & Arbós, para el cual Atienza había hecho servicios en el pasado. Otro trabajador de los que fichó Laporta que ya ha sido despedido es el director de seguridad, Ferran López, sustituido por Lluís Miquel Venteo. Por otro lado, Barbany ha pasado de ser el director de nuevos ingresos a liderar el área Espai Barça después de la dimisión de Ramírez el mes de marzo. Así, el único jefe de departamento que no ha sido fijado es Anna Aznar en el área social, que fue ascendida.
Desde la llegada de Laporta han salido del club todos los nombres que habían sido claves durante el mandato de Josep Maria Bartomeu: el director general, Òscar Grau, y el director de los servicios jurídicos, Román Gómez-Ponti (los dos investigados en el caso Barçagate); el director de deportes profesionales, Albert Soler (ellos tres suponían los sueldos más altos de la estructura ejecutiva); el portavoz Josep Vives; el director de marca Guillem Graell; el director de Barça Studios, Paco Latorre; el director de estrategia, Javier Sobrino; el director de La Masia, Xavier Martín; el director del área social, Pere Jansà; el director de marketing, Alessio Sarina; el director corporativo, Jordi Joly, y el responsable de relaciones institucionales, Guillermo Amor, entre otros.
La última gran reestructuración del área ejecutiva del Barça tuvo lugar el 2010 después de que Sandro Rosell se convirtiera en el presidente de la entidad una vez finalizado el primer mandato de Laporta. Entonces, entraron en el club una cuarentena de personas. El cambio más importante fue el del director general: Antoni Rossich sustituyó a Joan Oliver, que fue despedido pocos días antes de que Laporta dejara el cargo con una indemnización de 852.787 euros. Otras incorporaciones relevantes fueron la de Román Gómez-Ponti para dirigir los servicios jurídicos, la de Laurent Colette para llevar el área de marketing y la de Emili Sabadell como jefe de operaciones y explotación de instalaciones.
Tanto en la ochentena de personas que han entrado en el club como en la ochentena que se han marchado no se incluyen las pertenecientes a la estructura deportiva, en la cual por varios motivos, entre otros, ya no están Ramon Canal, el jefe de los servicios médicos; Ramon Planes, el secretario técnico; y Albert Benaiges, coordinador del fútbol base, de quien el ARA destapó los abusos sexuales a menores que había cometido como profesor de la Escola Barcelona. Tampoco están incluidos los jugadores, los entrenadores y su cuerpo técnico.