Los ídolos del Madrid-Barça: ¿cuáles caen mejor y por qué?

BarcelonaLa disputa por la hegemonía del fútbol estatal y en gran parte europeo pasa este sábado por el Santiago Bernabéu (21 h, DAZN). El clásico, denominado así por afán mediático, es una de las batallas futbolísticas que más pasiones despierta. Los aficionados se encomiendan a los iconos de su equipo y les entregan las claves de cuál será su estado de ánimo dependiendo del resultado. Pocos escaparates hay en el mundo del fútbol como un enfrentamiento entre el Real Madrid y el Barça y sus iconos -hoy en día Vinícius y Mbappé, antes Cristiano Ronaldo, y Lamine Yamal, antes Messi- son admiradas u odiadas por el gran público. ¿Cómo se explica que caigan mejor o peor?

La exposición pública paralela a su labor como futbolistas es uno de los numerosos factores que ayudan a explicarlo. "Salir del territorio en el que uno tiene su autoridad es una oportunidad evidente para meter la pata. Ahora bien, otra cosa es utilizar la popularidad para hacer de altavoz de causas inequívocas, eso es casi una obligación", comenta el publicista Toni Segarra. "Para una personalidad pública lo seguro siempre es no exponerse, pero también es verdad que eso casi siempre implica perder relevancia", añade Pita Gan, directora creativa de Fuego Camina Conmigo.

"Desde un punto de vista de marketing personal no conviene salir del marco de actuación porque te puede generar un cierto rechazo proveniente de las personas que piensan diferente de ti. Ahora bien, hay jugadores con necesidad de tener una labor social, que se implican en su país o defienden sus ideas, aunque puedan perder parte de simpatía", explica el publicista y comunicólogo Lluís Carrasco.

Las diferencias entre Vinícius y Lamine Yamal

En este sentido, Vinícius ha hecho de la lucha contra el racismo una bandera, pero a menudo le han penalizado sus formas y provocaciones. Algo que no ocurre con otros jugadores, como Lamine Yamal. "Todo depende del lugar desde donde juzgues a la persona o al personaje. En buena parte del mundo Vinícius es un icono contra el racismo. Por otra parte, es muy difícil que Lamine Yamal no te caiga bien ahora mismo: es un chaval de 17 años que juega maravillosamente bien y tiene una gran naturalidad. También se ha convertido en el portavoz de un barrio que representa a muchos barrios del mundo. amplificar causas nobles", dice Segarra.

"Como producto todavía no están trabajados. Lo que manda ahora, en el ámbito del marketing, es su personalidad. Vinícius se ha desviado un poco porque es una persona que responde a la crítica y muestra enfado, y esto se ha utilizado en su contra. En cuanto a Lamine Yamal, se ha hablado tanto de su edad que ha calado muchísimo en los niños y niñas de todos los equipos, también del Real Madrid. a una provocación, como si le diera vergüenza porque es pequeño, le confiere una serie de valores positivos que Vinícius ya no podrá tener", valora Carrasco.

Antes de Vinícius, Cristiano Ronaldo ya generaba antipatía por actitudes chulescas. Es el autor de frases como: "Me silban porque soy guapo, rico y bueno". Frases que, por ejemplo, nunca han aparecido en la esfera pública pronunciadas por Messi. "Hablar, digas lo que digas, te suele generar enemistades. Me gusta repetir una frase de Michael Crichton que decía Risto Mejide: 'Si dices algo y no molestas a nadie, es que no has dicho absolutamente nada'. Messi, incluso todo cuando habla, dice poco. Cristiano es más radical, más desagradable, lo quieres o la odias. Pero es el primer ser humano en llegar a los mil millones de seguidores en las redes sociales. bueno, aunque pocos vivirán en Barcelona", razona Segarra.

"Ronaldo siempre ha tenido un carácter más individual y soberbio. Esto hace que a menudo haya funcionado bien para asociarlo a productos del mundo del lujo. En el caso de Messi, tenía una imagen más social y ponía más en valor aspectos como la familia", añade Carrasco. Una afirmación que concuerda con la apreciación de Gan: "Hay declaraciones de Ronaldo que le alejan de la gente. Messi, pese a pronunciarse menos, tiene una historia conocida en torno a sus orígenes a Rosario, su enfermedad, sobre lo sol que se sintió cuando vino a Barcelona y, de ahí, en parte su timidez… Esto le construye una imagen más accesible y más fácil de amar".

Barça vs. Madrid: la importancia del relato del club

Los orígenes y el relato del club también ayudan a configurar la figura de un icono. "El Madrid ha sido siempre el equipo hegemónico que ha construido su marca desde la grandilocuencia, basta con recordar a los galácticos, mientras que el Barça ha apelado a un cierto romanticismo, a través del 'Más que un club', La Masia, una idea de juego por encima de cualquier estrella… Esta narrativa es el eje vertebrador de una cultura que cala en las figuras clave del club y se transmite de generación en generación”, comenta Gan. "Hay mucha diferencia entre el triunfo del talonario o el triunfo del ordinario, que en el caso del Barça se explica por la formación desde pequeños de futbolistas venidos de todo el mundo y bajo unos valores definidos", añade Carrasco .

Para Segarra, perico reconocido, es importante remarcar que las canteras del Barça o el Madrid "expolian a los de otros clubs, como el Espanyol": "No sé si Messi es fruto de la cantera o más bien un lujo de quien puede permitirse pagarlo. Ahora bien, para un culé, que el equipo se nutra de chavales de la casa genera más identificación emocional y cariño".

La rivalidad entre el Barça y Madrid también se está trasladando al fútbol femenino, pero con patrones distintos. "Viniendo de una posición tan a la sombra es difícil ver actitudes tan de estrella, tan arrogantes. Su origen humilde marca un poco la pose de las deportistas, que se reivindican de forma bastante más sana", analiza Gan . "No creo que sea una cuestión de testosterona, sino de historia. Las mujeres han heredado la rivalidad procedente del fútbol masculino. Es una rivalidad más novedosa, más virgen y más agradecida, sin la tensión de los hombres", opina Carrasco. "Me gusta pensar que las mujeres tienen una aproximación más inteligente y más sensible a algo tan divertido y tan banal a la vez como el fútbol. Para los hombres, el fútbol sigue siendo un sustituto o una representación simbólica de la guerra", concluye Segarra.