Entre los interrogantes y la deserción masiva del socio del Barça
El Barça no agota todos los pases del Camp Nou y se pregunta por qué la afición renuncia a volver ya al estadio
Barcelona"Creíamos que habría bofetadas y ha sido todo lo contrario. Al igual que en Montjuïc". La frase la dijo un trabajador calificado del club después de saber que no debería hacerse ningún sorteo para los pases de temporada en el Camp Nou. O, lo que es lo mismo, que había habido menos demanda que oferta. El club ponía a la venta 45.000 pases para el regreso al estadio, previsto para el primer semestre de 2025, pero la masa social volvió a dar la espalda al equipo. Aunque el Barça sea líder en la Liga y prometa grandes alegrías con un juego y unas dinámicas renovadas gracias a Hansi Flick, la incertidumbre por la fecha de regreso y la desconfianza de jugar en un estadio todavía en obras han pesado más que cualquier otra cosa .
El lunes se acababa el plazo para que los socios abonados que no habían cogido un pase para Montjuïc pudieran comprar las localidades en el Camp Nou. Los 17.000 que sí dieron confianza a Lluís Companys ya la tenían asegurada. Esto son unos 28.000 asientos disponibles para los abonados que se tomaron una excedencia. Pero hace semanas que el club sabía que no se habían agotado todas. Por eso se añadían un par de días más de margen, abriendo el estadio al resto de la masa social, los que no tienen un abono. Ni así se alcanzó la cifra deseada. La entidad no quiso confirmar los datos, aunque según las fuentes consultadas por el ARA no se han alcanzado las 40.000 peticiones.
Además, el proceso tuvo un punto de polémica. El club no advirtió de que no había preferencia en la adquisición de localidades, más allá de priorizar a los que acudieron a Montjuïc. Como todo el mundo podía sentarse donde quería, y resulta que las localidades de lateral eran las mejores en relación calidad/precio, se agotaron en apenas diez minutos. Así, socios que habitualmente están en el lateral –sea en el Camp Nou o en el Lluís Companys– se quedaron con un palmo de nariz y tuvieron que resignarse yendo a tribuna, pagando más, o bien al córner.
El Barça dejará de ingresar parte de lo que tenía presupuestado
Más allá de lo que supone a nivel social, dejar de vender todos los pases supone un golpe para la economía azulgrana, que confiaba en cobrar alrededor de 20 millones de euros con estos abonos. Un dinero que ya está presupuestado en las cuentas de esta temporada. Pero al hacer cajón igualmente, la entidad ya ha hecho llegar un mensaje a toda la masa social que sí ha adquirido un pase que en los próximos días se les informará del proceso de pago, que podrán fraccionar si así lo desean.
Pero la pregunta sigue abierta. ¿Cuándo se volverá al Camp Nou? La respuesta oficial es que se está trabajando para conseguirlo a finales de año, aunque todo el mundo sabe que esto es imposible. Lo reconocen internamente desde el Espai Barça e incluso el directivo del área social, Antonio Escudero, dijo en una entrevista en Catalunya Ràdio que no sería posible hasta marzo. Un comentario que el club se encargó de desmentir alegando que hablaba sin conocimiento de causa. Pero lo cierto es que las fuentes consultadas por este diario son aún más pesimistas y apuntan a Semana Santa. O sea, en abril.
Esta incertidumbre en la fecha es uno de los hechos que puede explicar que la masa social se haya echado atrás. Además, el club mantenía inactivo el Seient Lliure y añadía que, si finalmente se volvía más tarde de la cuenta, no se devolvería la parte proporcional del carnet. Aunque las fuentes oficiales mantienen esta postura, desde las oficinas admiten que esta medida es claramente impopular y matizan que ya se buscará forma de compensarlo más adelante. Una opción es descontarlo del abono de la siguiente temporada.
La incertidumbre de jugar en un Camp Nou en obras
Tampoco ha ayudado ir a jugar a un campo en obras, con accesos provisionales. En este punto, se mantiene abierto el conflicto entre el club, que quiere volver lo antes posible –porque se comprometió a ello ante la masa social, y por el agravio económico que supone Montjuïc–, y los constructores, que piden más meses de margen. Según su punto de vista, hasta Semana Santa no será posible. Y han recomendado que se aplace el regreso hasta la próxima temporada. Una postura la directiva que no contempla en ningún caso. Lo único que se puede confirmar es que ya se ha alargado el alquiler de Lluís Companys hasta el 31 de marzo, y que el club ha dejado abierta la posibilidad de quedarse hasta mayo.
Más allá de esta incertidumbre, en la directiva azulgrana no esconden un cierto descontento con la masa social. Encuentran incomprensible que no den valor al hecho de volver a jugar en casa y que prefieran, en su mayoría, ver los partidos desde el sofá que en la grada. De los 81.000 abonados que tiene el Camp Nou, solo la mitad estarán en el campo cuando se vuelva a jugar en unos meses. En paralelo, en la directiva se ha reabierto el debate entre quienes consideran que hay que subir ya los precios y quienes defienden que deben mantenerse, alegando que sería una medida del todo impopular.
De momento se mantiene la promesa que Joan Laporta y Elena Fort hicieron a diferentes grupos de opinión barcelonistas: les dijeron que no habría aumentos ni este año ni el próximo año. Y que el curso 2026/27, el primero con el Camp Nou ya terminado, tampoco se aumentarían. Pero resulta que precisamente en verano del 2026 deben celebrarse elecciones. Más adelante, ya se verá.