El City de Guardiola se lleva un buen botín del Santiago Bernabéu
Los ingleses lograron un empate a tres ante el Real Madrid en la ida de los cuartos de final de la Champions League
BarcelonaEl partido tuvo dos películas: la de los primeros 15 minutos y la del resto del encuentro. La primera la podría haber dirigido el Iñárritu de Birdman. La segunda, el Nolan deOppenheimer sin que ninguno de los dos equipos consiguiera fabricar la bomba atómica. En el minuto 2 del partido de ida de los cuartos de final de la Champions League, Bernardo Silva sorprendió a todos chutando directamente a portería una falta desde 25 metros orientada hacia el lateral izquierdo del terreno de juego. El más descolocado de todos fue Lunin, que reaccionó tarde y puso la mano derecha con una fuerza insuficiente para evitar el 0-1. Si entonces alguien aprovechó para ir a la cocina a hacerse algo rápido para cenar, cuando volvió le debió costar creer lo que se encontró en la televisión.
Pasado un cuarto de hora de partido, el Real Madrid ya ganaba por 2-1 y amenazaba con el tercero. Pero Foden y Gvardiol tenían guardadas en el bolsillo dos obras de arte que ejecutaron en los minutos 66 y 71, que pusieron el 2-3. El inglés envió desde la frontal del área el balón a la escuadra derecha y el croata hizo lo mismo con la escuadra izquierda, lo que convirtió la tarea de ir a la cocina a hacer la cena en una quimera. Otra maravilla, ahora del local Valverde con una volea, decretó las tablas definitivas.
Las transiciones venenosas del Madrid
Gran parte de la culpa del estilo Iñárritu fue de los de siempre: Vinícius y, sobre todo, Rodrygo. Los brasileños convirtieron cada pérdida de balón del Manchester City en un duelo a vida o muerte con los defensas rivales. Así llegó el segundo tanto del Madrid. Vinícius regaló un balón en profundidad a Rodrygo, que ganó a Akanji por velocidad, disminuyó el ritmo para chutar con la pierna derecha y el intento fue desviado por el propio defensa suizo, imparable para Stefan Ortega. Dos minutos antes, Camavinga había empatado el partido gracias a otro rebote. En este caso, su disparo desde fuera del área lo desvió Rubén Dias. A partir de entonces, el Manchester City abrazó el control del balón, pero eso no supuso muchos problemas para el Real Madrid hasta el tramo final del partido. Antes se resguardó cerca de su portería sin sufrir demasiado, esperando pacientemente su oportunidad para salir a correr.
La sorpresa durante la previa del partido fue la suplencia de uno de los titularísimos del Manchester City, Kevin de Bruyne. En su lugar en el centro del campo entró el ex madridista Kovacic, un futbolista de contención. A primera vista, pareció una guardiolada. Pero poco después se supo que Guardiola no prescindió del belga por iniciativa propia. La desaparición de Kevin de Bruyne del terreno de juego fue causada por molestias estomacales. Quizá con él en el terreno de juego el Manchester City hubiera sido capaz de poner algo más de sensatez en el enfrentamiento. Difícilmente esta calidad llegará el próximo miércoles en la tierra de los alocados Oasis.