BarcelonaEl Ramón de Carranza, uno de los estadios con mejor ambiente del fútbol estatal, había visto más de una vez una derrota del Barça. Aquí cayó goleado el Dream Teamel día que esperaba ser campeón liguero en 1991, con Dertycia brillante con el Cádiz. Y la temporada pasada el equipo de Ronald Koeman recibió un buen tortazo al caer por 2-1 el año del regreso de los gaditanos a Primera. Ningún problema, el Barça no pinchará nunca más en el Carranza. Aplicando la ley de memoria histórica, el nombre del estadio ha cambiado, y el Barça lo visitará por primera vez desde que se denomina Nuevo Mirandilla.
La polémica del cambio de nombre es una iniciativa del alcalde de la ciudad, José María González Kichi, de Podemos. El consistorio inició un proceso para cambiar el nombre del estadio al recordar que Ramón de Carranza era un franquista. "No podemos tener un recinto deportivo que recuerde la figura de un fascista que asesinó a personas. Fue un delator, su actuación provocó muchos muertos", según dijo el mismo Kichi en un debate subido de tono, puesto que para muchos forofos del club el nombre Ramón de Carranza ya era una marca vinculada al club, tanto por el estadio como por el torneo amistoso que organiza el club cada temporada, de gran tradición. Muchos forofos todavía hablan "del Carranza", a pesar de que en agosto el cartel con este nombre se retiró del estadio.
Carlos Aranda Linares, bisnieto de Ramón de Carranza, recuerda cómo "Martín Villa, consejero de Memoria Histórica del Ayuntamiento, informó a los descendentes con un whatsapp de cortesía". "Y le dijimos que estábamos en contra", explica. Según Aranda, "dentro de la familia todo el mundo lo vive diferente. Yo estoy a favor de la ley de memoria histórica especialmente cuando se aplica para recuperar cuerpos de desaparecidos. Pero en el caso de Ramón de Carranza creo que hay una aplicación partidista, interesada, puesto que él murió en 1937, cuando el franquismo no existía como tal". Según el historiador Juan Ortiz Villalba, en cambio, Ramón de Carranza "colaboró con los sublevados y lo escogieron gobernador, poniéndose a su servicio". A veces se han producido confusiones con el hijo de Ramón de Carranza, llamado también Ramón de Carranza, que fue alcalde de Sevilla y presidente del Sevilla de fútbol unos cuántos años. Este, según el general Queipo de Llano, era un "falangista de primera línea".
Los Carranza eran gallegos, de hecho. El padre, Ramón de Carranza Fernández de la Reguera, era nacido en Ferrol el 1863. Monárquico de derechas, fue agregado militar en Washington y participó en la guerra de Cuba. Destinado a Cádiz, se quedó en la ciudad haciendo negocios en el sector naval. Elegido a las Cortes en partidos de derechas, fue escogido por Miguel Primo de Rivera como alcalde de la ciudad de 1927 a 1931, después del golpe de estado conservador de los años 20. Después, el mismo Queipo de Llano lo escogería gobernador civil de Cádiz en 1936, justo los mismos días en los que decidía que su hijo sería alcalde de Sevilla primero y presidente de la Diputación de Sevilla después, del 1946 al 1961. Franco, por cierto, escogería como alcalde vitalicio de Cádiz a otro miembro de la alcurnia, José León de Carranza Gómez, hermano de quien fue alcalde de Sevilla. Y fue este hijo el que en 1955 decidió que el estadio de fútbol de Cádiz llevara el nombre de su padre.
¿Era franquista, pues? Con el inicio de la guerra, Ramón de Carranza cogió una avioneta desde Sevilla, donde estaba con su hijo, hasta Cádiz para apoyar a los militares que se habían levantado contra el gobierno republicano. Ya mayor y enfermo, se encerró en un despacho, pero su hijo, que militaba en la Falange, participaría de manera activa en la represión de los barrios obreros de Sevilla, como la Macarena, Nervión y especialmente Triana, y sería responsable directo de centenares de muertos. El padre, que murió en 1937, llegaría a firmar él mismo órdenes de detención de muchas personas en aquellos primeros meses de la guerra. Y explicó a los militares a quién había que detener, personas que serían ejecutadas. Aplicando el artículo 15 de la ley de memoria histórica, pues, el Ayuntamiento de Cádiz decidió cambiar el nombre del estadio. Juancho Ortiz, del PP, ya ha anunciado que si recuperan la alcaldía también recuperarán el nombre de Ramón de Carranza para un estadio de propiedad municipal. De hecho, el Ayuntamiento ha ofrecido al club comprar el recinto, puesto que el Cádiz planificaba construir un recinto en las afueras de la ciudad.
Cuando el Ayuntamiento decidió cambiar el nombre al estadio, propuso abrir un proceso de votación popular para escoger un nombre nuevo. Algunos de los nombres votados fueron Francisco Franco y Santiago Abascal, puesto que Vox hizo suya la causa de defender el nombre de Ramón de Carranza. Hizo falta una segunda votación, pues, que tampoco funcionó: Kichi sufrió una suplantación de identidad y otro ciudadano votó por él en el proceso. En la tercera, por fin, el nombre Nuevo Mirandilla se impuso con un 25% por delante de opciones como Tacita de Plata o Ciudad de Cádiz. De hecho, el nombre Mirandilla es el mismo que tenía un viejo campo de fútbol a la misma zona del 1933 al 1955, cuando allí jugaba el Mirandilla FC, club que pasaría a ser el Cádiz en los años 30. Ahora el Barça juega por primera vez en el Nuevo Mirandilla. El estadio de siempre, con un nombre que no recuerda una época tan oscura.