Fermín López se convierte en un jugador único en la historia del Barça
El andaluz mantuvo con vida a su equipo en el primer clásico de la temporada
BarcelonaFermín López volvió a ser, como ya viene siendo costumbre, el alma competitiva del Barça, y defendió el honor azulgrana en un clásico que aleja a los culés del liderato. El andaluz, con un nuevo gol, firmó el empate momentáneo y mantuvo viva la esperanza culé. Sin embargo, no fue suficiente para rescatar ningún punto del Santiago Bernabéu.
El centrocampista sigue escribiendo su propio relato dentro de la historia azulgrana. Con su último gol se ha convertido en el futbolista no delantero con la mejor media goleadora de toda la historia del Barça. No es un hito menor. Compararse con nombres como Luis Enrique Martínez es ya todo un elogio, pero Fermín ya se ha ganado el derecho de sentarse en la mesa de los mayores. Un privilegio reservado sólo a quienes dejan huella con su talento y carácter.
El 16 del Barça es mucho más que un joven con proyección: es un jugador que responde a hechos. Las cifras lo demuestran. Fermín marca un gol cada 198 minutos, un registro que ningún otro centrocampista en la historia reciente del club ha podido igualar. Solo leyendas como Luis Enrique –1 gol cada 208 minutos– o Giovanni Silva –1 cada 215– se acercan a esos números. En otras palabras, el del Campillo presenta estadísticas más propias de un delantero, un dato que confirma su creciente importancia en el proyecto azulgrana y su olfato para aparecer en los momentos decisivos.
La presente temporada ha llegado a acumular cuatro titularidades oficiales y ha marcado seis goles, cifras que, en relación con el tiempo de juego y el rol de centrocampista que ocupa —habitualmente no un delantero puro—, ganan aún más relevancia. Con un doblete contra el Valencia y uno hat-trick ante el Olympiacos, culminó su romance con el gol en el clásico del domingo. Estos datos muestran que, cuando se le da confianza y minutos, Fermín responde con influencia directa en el área contraria y aportación ofensiva.
En un Barça mermado por las bajas y espeso de cara a portería, con Lamine Yamal atravesando un momento de irregularidad, Fermín se ha convertido en el rayo de luz que mantiene viva la intensidad competitiva del equipo. Su energía, instinto y carácter le han hecho ganarse el respeto del vestuario y la admiración de una afición que ve en él la esencia de lo que quiere ser el Barça: compromiso, talento y orgullo. En tiempos de reconstrucción y dudas, representa esa figura capaz de romper esquemas y de encender la chispa necesaria para cambiar el rumbo de los partidos. Dani Olmo tendrá que trabajar duro si le quiere quitar el sitio.