Ivan Piñol: la historia de un catalán que se ha convertido en héroe en Finlandia
¿Cómo ha terminado este vendrellense al desconocido Turun Palloseura?
El VendrellLa casualidad de la vida nos lleva a encontrarnos en el centro de El Vendrell. Ha venido a visitar a la familia después de un año muy intenso en Finlandia. Pocos eran los que creían. Pero con un estilo valiente y con una mentalidad extremadamente ofensiva, 91 goles en 38 partidos oficiales, Ivan Piñol (1982) se ha impuesto sobre las deudas económicas para conseguir un ascenso inesperado. Cinco años después de perder la categoría, el Turun Palloseura volverá a disputar a la Veikkausliiga, la máxima categoría de la liga finlandesa de fútbol. Ha sido intenso, pero después de muchos obstáculos ha encontrado el éxito en un país que siempre le ha acogido y que abraza su valentía. "El fútbol son emociones, y las emociones mayores surgen cuando se celebran los goles. Si queríamos hacer ruido teníamos que tocar rock'n'roll. Atacar, atacar, y volver a atacar", dice.
Ivan, que nació en El Vendrell, se graduó en ciencias del deporte en la Universidad de Lleida. Casualidad o no, durante esa etapa vivió una estancia de Erasmus en Finlandia, país que años después le ha servido como trampolín por una carrera que empezó en la academia del Barça. Dos años después, Piñol hizo las maletas para adentrarse en diferentes proyectos formativos que le hicieron pasar por Gabón, Sudáfrica y también Japón. Y en agosto de 2016 tuvo la primera gran oportunidad. Gerard Nus, entonces al Rayo Vallecano, le llama para poner rumbo a Estados Unidos, a Oklahoma. "Llegamos a media temporada en una situación límite. Incluso perdimos dinero. Pero fue la forma de entrar en el fútbol profesional". A partir de ahí, siguen experiencias en Kazajistán, Suecia e India. Un mundo muy volátil. Experiencias que terminan antes de tiempo y culturas radicalmente opuestas.
El siguiente paso de Piñol fue el regreso a Finlandia, ahora con su familia. El KuPS le abre sus puertas como asistente del primer equipo y entrenador del filial. "Fue una época de mucho trabajo, pero es lo que me tocaba si quería llegar más allá". Será la sombra de Simo Valakari, el entrenador principal, su referencia como entrenador, "por su impacto y por el trato con los jugadores". Lo recuerda como una temporada mágica que acabó con un trágico final. "Nos jugamos la liga en el último partido ante el Helsinki, el Real Madrid finlandés. Empatamos y eso les dio el título. Fue mi primera gran decepción".
Pese a ese final no deseado, llega una propuesta única: la llamada del Hammarby de Suecia, uno de los grandes equipos del país. Esto supuso que se viera obligado a dejar al equipo finlandés a media temporada. "Las cosas nos iban muy bien, y de repente el entrenador se reunió conmigo para comentarme que aquél sería mi último partido". Una decisión que comprendió con el paso del tiempo. "Entendí que en estos niveles de élite, hay cosas que uno no puede controlar, que son parte del juego". Los modos, eso sí, le dejaron varios meses sin trabajo, con una familia en el cargo y con un futuro incierto.
Correcto. Finlandia vuelve a cruzarse en la vida de Iván y de su familia. "Tengo mucha suerte de mi mujer y de mi hijo Lars y siempre se han adaptado en momentos duros sin la ayuda que aquí, en Cataluña, podríamos tener." Curiosamente, terminó en Lahti, la ciudad que años atrás había elegido como estudiante. "Buscaba ofertas como primer entrenador y tenía posibilidades en otros países, pero finalmente escogí volver a Finlandia, por la estabilidad familiar que podía darnos". Aunque, de nuevo, otro choque. "A media temporada recibo la llamada de mi mujer, embarazada, que había roto aguas con 25 semanas, así que tan rápido como pude, me planté en Tarragona".
Dos semanas después, nació Roc. "Son días duros. Pasamos meses en la UCI y eso implica pasar a cobrar el servicio mínimo. No podría explicar ni cómo lo gestionamos, tan sólo teníamos que seguir". Una situación complicada en el ámbito familiar y un trabajo muy lejos. "Hablo con el club, tengo una propuesta para ser el entrenador la temporada siguiente. Cuando en casa todo mejora, viajo para reunirme con el club y cerrar el acuerdo, pero de un día para otro me comentan que han encontrado a otro". Y de repente, aparece el Turun Palloseura.
Cruyffismo en vena
"Un club con 103 años de historia, en una situación dramática económicamente y sin apenas jugadores." Y no sólo eso. "Cuando llego al equipo, me encuentro con un staff que no me quiere. Era un ambiente agresivo, tienes". A pesar de todo, y partido a partido, Piñol transmite energía a un equipo sin esperanza, y lo hace a través de lo que tanto le representa a él ya su tierra. "He utilizado los castells como impacto, motivación y ejemplo para mis jugadores". identidad respecto a los valores. Mi reto era que nuestros valores como equipo se demostraran con hechos y no con palabras". A base de adversidades, el Turun Palloseura ha vuelto, y así como la trayectoria de Piñol se ha encontrado con obstáculos, parece que estaban destinados a encontrarse. "La conexión con la grada y el equipo hacía años que no se viene años, no se viene años, no se viene años, no se viene años. de los equipos más divertidos de la liga. "Siempre he dicho que soy muy cruyffista, que prefiero ganar 5-4 que no 1-0". Renovado hasta el 2027, volverá a Finlandia para preparar una nueva temporada.