Fútbol

El Liverpool hunde la ilusión de todo un pueblo (2-3)

Una gran segunda parte de los 'reds' frustra la remontada del Villarreal en la Champions

BarcelonaEl Liverpool será el primer finalista de la Liga de Campeones. Los ingleses derrotaron al Villarreal gracias a una brillante segunda parte para hundir el sueño que los groguets habían tejido en la primera mitad. Fabinho, Luis Díaz y Mané acabaron con las dudas en una eliminatoria que durante un rato estuvo empatada gracias a una salida fulgurante de los locales.

La noche en La Cerámica nació con un puntito de épica gracias a una tormenta que cayó poco antes del inicio de un partido para la historia. Con el césped rapidísimo, y espoleado por la parroquia grogueta que llenaba el estadio, el Villarreal corrió a meter el miedo en el cuerpo al Liverpool y cumplió con el primer mandamiento de cualquier remontada: marcar el primer gol en los primeros minutos. Así, en la primera acción posicional, la pelota cruzó de izquierda a derecha, a despecho de los defensores reds. Lo esperaba Éttiene Capoue, asistente involuntario de Boulaye Dia, que solo tuvo que estar atento por perseguirla en la red. Después del grito, el delirio en la grada contrastaba con la frialdad de Unai Emery, un técnico con buenas y malas experiencias en eliminatorias europeas, consciente de que la gesta todavía estaba lejos. Y que sería muy difícil.

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El Villlarreal hizo caso de la calma de su entrenador y, a pesar de verse por encima en el marcador de entrada, no abandonó el plan para minimizar los peligros del potente conjunto de Jürgen Klopp. Es decir, reaccionó a la versión más bien tibia que ofreció la semana pasada en Anfield (2-0) y, valiente, se instaló en la mitad rival para morder en la presión y expresarse con dinamismo en los últimos metros, donde los locales recuperaban a Gerard Moreno en relación con la ida. Renqueando, el de Santa Perpètua de Mogoda no tuvo su mejor noche, pero en La Cerámica tiene la suerte de disfrutar de otros talentos, como por ejemplo Giovani lo Celso, que se hartó de encontrar espacios entre líneas, o Francis Coquelin, un mediocentro que compensa las carencias físicas del cerebro groguet, Dani Parejo, y que guarda energías para llegar con sentido al área rival. Así lo hizo en el minuto 41, cuando recogió otra asistencia, esta vez voluntaria, de Capoue, para volver a batir a Alisson. Poco antes, el portero del Liverpool cometió penal sobre Lo Celso, pero los árbitros no lo silbaron. Si lo hubieran hecho, el brasileño probablemente habría sido expulsado.

Reacción de apisonadora

El 2-0 igualaba la eliminatoria al lado del descanso y Klopp necesitaba encontrar soluciones al vendaval de la primera parte. La primera medida del técnico alemán fue sacar del partido a Diogo Jota, inconsistente en ataque, para contar con Luis Díaz. El delantero colombiano, reclutado del Oporto en el mercado de invierno, dio un nuevo aire al Liverpool, que empezó a carburar en ataque y a hacer daño tanto por las bandas como a la espalda de los dos mediocentros del Vila-real. Así, después de dos avisos serios de los ingleses, Fabinho acortó diferencias en una excursión ofensiva que acabó con un chute seco imposible para Gero Rulli, que se vio superado por debajo de las piernas. La diana hizo daño al equipo y a la grada, y el Liverpool, voraz por definición, olió los miedos para aprovechar su primer momento de frenesí en la noche castellonense. Cinco minutos después de hacer el 2-1, los reds activaron el guante de Alexander-Arnold, que dejó solo a Luis Díaz en el área pequeña. El revulsivo remató de cabeza cuanto más duele, de arriba abajo, y la pelota volvió a pasar por la sotana invisible de Rulli.

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Con la ronda muy decantada a favor del Liverpool, Sadio Mané, una lapa sin pelota, consiguió el 2-3 definitivo al sacar partido de una indecisión defensiva de Pau Torres. En aquel momento la ilusión de todo un pueblo ya estaba hecha añicos por obra y gracia de la apisonadora de Klopp, que ya espera rival del Madrid-City que se juega este miércoles en el Bernabéu.