Rubiales mantiene ante Piers Morgan que el beso fue consentido

LondresDemasiado ruido para nada. Y, sobre todo, nada nuevo. El mucho más que polémico periodista británico Piers Morgan ha encontrado en el tóxico y ya expresidente de la Federación Española de Fútbol Luis Rubiales una vía para intentar engordar la audiencia de su programa, Uncensored, muy escasa después de más de un año en emisión en Talk TV, cadena de opinión en la estela de Fox News que pertenece a Rupert Murdoch. Pero la entrevista, registrada previamente y que se ha emitido a las 20 h de este martes, hora local del Reino Unido, no ha ofrecido ninguna novedad en relación con los datos que ya se conocen del caso. Rubiales no pidió disculpas a Jenni Hermoso, y sostuvo que su versión, la del beso consentido, "es la verdad".

Dos días después de que hiciera el anuncio de la dimisión en un tuit con un clip de la entrevista en el programa, Morgan ha empezado preguntando al expresidente de la RFEF "¿por qué ha concedido esta entrevista?" Y Rubiales, que ha hablado en castellano la mayor parte del tiempo, cambiando de vez en cuando al inglés, le ha contestado: "Porque es una oportunidad, porque eres un líder de opinión…". Rubiales ha mentido, al menos parcialmente, cuando ha afirmado en los primeros cinco minutos de entrevista que "queda claro que me equivoqué, y lo dije desde el principio". No entonces, sin embargo. No en el vídeo que grabó en una escalera del vuelo de regreso, pero sí lo ha hecho a lo largo de la entrevista. Con todo, ha vuelto a insistir en el plató que fue un acto conjunto, por tanto, consentido. "Los dos estábamos muy emocionados". Negó que el beso tuviera ningún carácter sexual, y volvió a poner como ejemplo de inocencia un beso a sus hijas.

Rubiales ha rechazado las muchas oportunidades que le ha dado Morgan para que se disculpara directamente con Jenni Hermoso por lo que ocurrió, poco más que "una anécdota": "Yo estaba allí, lo que pasó fue un momento de júbilo. Desde el principio he mantenido una misma versión, lo que ocurrió fue un acto espontáneo, consentido por los dos, motivado por la alegría, todo lo que pasó fue motivado por la alegría, tengo mi versión, si otras personas cambian la suya…".

Una vez más, Rubiales ha lamentado el gesto hecho en el palco, cuando se tocó los genitales -"del que me siento mucho más avergonzado" que del beso, ha dicho-, una acción sobre la que, en reiteradas ocasiones, insistió en que fue consentida. "Jenni Hermoso miente?", le preguntó Morgan. "Yo oí lo que oí", respondió. "Cometí un error, y lo siento, y he pedido perdón, pero bajo ninguna circunstancia fue una agresión, ni ningún acoso sexual", añadió. Y ha continuado: "Lo que más me importa es la verdad. Ahora tengo que centrarme en el proceso, porque cuando estás ante el juez lo que tienes que hacer es probar". Rubiales recordó que es abogado, y aseguró "al cien por cien", que "nunca" presionó a nadie.

El expresidente, que se ha autocalificado de "buena persona", ha rechazado el comentario de los jugadores de la selección masculina, que calificaron en un tardío comunicado la actitud de Rubiales de "machista".

En cuanto a las reacciones del personal de la Federación hasta ahora más cercano a él, Rubiales ha leído un mensaje que recibió tres días después de la final. "Me lo envió una mujer, una persona delstaff, apoyándome", que posteriormente dimitió y mostró el máximo rechazo tanto al beso como a su reacción. Un ejemplo, a su juicio, de cómo se ha girado la tortilla fruto de las "fuerzas espurias" que han acabado provocando su caída. Después de prácticamente una hora, Morgan y Rubiales han puesto punto final a la entrevista con un apretón de manos.Y el tono y el gesto facial de Morgan era casi de solidaridad por todo lo que Rubiales está recibiendo fruto de su acción. El periodista no ha rehuido las cuestiones más obvias, pero ha rozado el ridículo cuando ha hablado a su invitado de la huelga de hambre de la madre o cuando le ha preguntado si pensaba que podría acabar en prisión. Rubiales lo ha descartado.

Calentando motores

Ya la noche del lunes, con el tono que le caracteriza, de frívolo disfrazado de trascendente pero siempre banal y populista, Piers Morgan llevó a su programa Uncensored a tres mujeres para que se pronunciaran sobre si el "pico" fue o no una "agresión sexual". Se rodeó de la columnista del Daily Mail Sarah Vine, de la habitual colaboradora de la cadena Esther Krakue y de la escritora Grace Blakeley, y les preguntó: "¿Es esto lo que vimos todos nosotros?" Sarah Vine quiso descargar de sexualidad el beso, argumentando que todo el mundo se estaba besando. Sí criticó el gesto desde el palco de llevarse la mano a los testículos. Y en ese punto Piers Morgan comentó, de forma muy implícita, que Rubiales se había disculpado abiertamente.

Piers Morgan –un personaje con una hoja de servicios periodísticos como mínimo extremadamente polémico, ya desde que dirigía The Sun, con 28 años, en 1994– utilizó algunas imágenes grabadas con los móviles por las jugadoras de la selección española para cuestionar abiertamente la versión de "la agresión sexual" que el beso supuso. "A la vista de las imágenes, y de los cantos de «¡beso!, beso!», y «¡presi!, ¡presi!», no parece que estuvieran todas traumatizadas", dice irónico, si bien admite después que "para ser justos con Jenni Hermoso, "a posteriori dijo que no le había gustado".

Morgan ha planteado la entrevista con Rubiales como parte de la habitual guerra cultural que lleva a cabo desde los medios de comunicación. Y el episodio le permite mantener una agenda personal que, por ejemplo, arremete mucho contra los derechos de las personas trans, y en el caso Rubiales se pregunta si "estamos ante un acto criminal". Buscando el equilibrio, sin embargo, puntualiza que Rubiales "se comportó de forma ridícula", especialmente teniendo en cuenta su cargo de presidente de la Federación. Grace Blakeley es quien hizo hincapié en que, más allá del deseo o la falta de deseo del beso, el momento tiene relación "con el poder", un aspecto que en la entrevista se ha abordado muy de pasada.

Morgan, que comenzó su programa con una entrevista con Trump en junio del año pasado, y que después ha llevado a su plató a Cristiano Ronaldo, y que también ha tenido al boxeador Andrew Tate, famoso por los comentarios machistas, homófobos, y ahora acusado de violación y tráfico de personas, ni siquiera habrá batido récords de audiencia en YouTube, el único canal donde de vez en cuando supera a los cien mil espectadores, porque en la cadena de Murdoch la audiencia se cuenta, sólo , por decenas de miles.