Un gol que se hará viral resucita al Girona en San Sebastián

GeronaFue como un milagro. Cuando el Girona ya olía una nueva derrota en San Sebastián, emergió la figura de Tsygankov (1-2). En ocho minutos, los que van del 76 al 84, el ucraniano hizo un doblete con el que el Girona, por fin, sale de los puestos de descenso. Aunque falte toda la jornada por disputar, aunque sólo sea provisionalmente, ver al equipo gerundense por encima de las tres últimas posiciones en la clasificación, cambia toda la perspectiva. Esto no ocurría desde la jornada 1, un lejano 15 de agosto.

Cuando los bonos se asocian, pasan cosas. Y quizás el equipo no esté fin colectivamente, pero es indiscutible que en Montilivi hay buenos futbolistas. Ounahi es uno, seguramente el principal. El marroquí, con carta blanca por crear, lleva días liderando el ataque a base de genialidades. Pero Tsygankov es otro. Ha pasado muchos meses dormido, contagiado de la inercia negativa que rodeaba al vestuario, pero si al ucraniano le acompañan, responde.

Y lo hizo de maravilla, frente a la Real Sociedad, que ya tenía el partido en la mano, pero que se quedó con las ganas. Tsygankov fue su gran culpable. Ya había hecho un trabajo enviando a la red una genialidad de Ounahi para empatar, porque aunque el punto no sacaba de pobres a los de Míchel, siempre es mejor un punto que ninguno. Pero se guardaba lo mejor para el final. Quedaban cuatro minutos cuando puso el acicate tras una asistencia de Àlex Moreno y culminó una remontada que impulsará el estado de ánimo de un Girona que resistió durante el tiempo de descuento como lo hacen los héroes.

8 puntos de 15

El equipo de Míchel vuelve a paralizar lo que habría sido la enésima crisis de la temporada, después de una semana con mucho ruido donde el entrenador hizo público la negativa a ponerse bajo los palos de Livakovic. Exceptuando la derrota de la semana pasada en Elche, el equipo, que logró la primera victoria del curso lejos de Montilivi, acumula dos triunfos y dos empates en cinco jornadas. O sea, ocho puntos de 15. Números, estos sí, dignos.

Tsygankov, sin embargo, obligó a reescribir crónicas, porque tampoco parecía el día para lanzar cohetes. Y algunas miradas ya apuntaban, de nuevo, a la portería. Gazzaniga no fue el gran culpable del gol, pero tampoco transmitió seguridad en la acción donde Guedes estrenó el marcador en la primera parte. Una simple asistencia de Zubeldia desde la lejanía hizo añicos la defensa, que volvió a vender a su portero: Arnau y Vitor Reis se quedaron enganchados, rompiendo el fuera de juego y otros saltaron a destiempo. En consecuencia, el portugués encaró al argentino y le superó. Lo hizo por su propio palo, pero la acción fue una cadena de errores. Ahora, sin embargo, eso ya no importa nada. Con lo que le ha costado salir del descenso, el Girona no se pondrá quisquilloso.