El Madrid hace sangre de un Girona demasiado naïf

GIRONASemana para olvidar del Girona, que a la eliminación de la Copa añadió una goleada implacable del Madrid (0-3), en la que la efectividad marcó el destino de unos y otros. Con este resultado, el conjunto madrileño tiene en la mano el liderazgo liguero, porque con el empate del Barça está a dos puntos, pero tiene un partido menos. El Girona sigue en la zona tranquila de la clasificación, pero no se anima y el martes recibe al Liverpool en un duelo en caja o faja de la Liga de Campeones.

Pocas cosas hay peores en la vida que tener remordimientos. Los quebraderos de cabeza internos que te quedan cuando sabes que no has hecho lo que tocaba son terribles. Depende de la gravedad de las acciones, no te dejen ni dormir. Lo sabe bien el Girona, que desde la desagradable y triste noche en Logroño se sentía culpable. No estuvo a la altura de los mínimos exigibles, aunque Míchel se pusiera una coraza frente a los micrófonos asegurando que su equipo nunca ha hecho el ridículo. En la práctica, ninguno de los titulares en Las Gaunas repitió ante el Madrid.

Tocaba reivindicarse, pues. Y nada más estimulante que saber que el partido que vas a jugar no es un partido más. Pueden pasar cien temporadas que el Girona-Madrid, en Montilivi, siempre será especial. Para los de Ancelotti quizás no, claro. De hecho, quizá les molesta. Pero para los gerundenses es como ir a un parque de atracciones teniendo en su poder el paso preferencial para evitar las colas. Sume todos los ingredientes y tiene el cóctel perfecto para encontrar la explicación de por qué los de Míchel salieron a comerse los blancos.

No se encontró, en todo el terreno de juego, a ningún protagonista con la camiseta rojiblanca que se escondiera ni una sola vez. Pero como tantas y tantas veces antes contra incontables rivales, lo del Madrid es único. Nadie dispone de la capacidad de ganar partidos que tienen ellos. No hay ningún caso similar en el mundo. El Girona llegó un montón de golpes a portería en la primera media hora. Asprilla, Van de Beek, Bryan Gil, Miguel y Miovski lo intentaron por la izquierda, por el centro y por la derecha. Es cierto que a Courtois no se le recuerda ningún paro de mérito, porque algunos disparos salieron rozando el palo o se quedaron a milímetros de conectar, pero es que la definición de los catalanes, este curso, es para hacerse' lo miró.

Lo de siempre

El Madrid se ríe de estos problemas, pese a todo el revuelo que hay a su alrededor. Tan sólo necesitó un par para adelantarse; ambas, pasada la media hora, en la que hubo tiempo para que Bellingham recriminara una cierta falta de entendimiento en la presión colectiva, desquiciado porque ni olían la pelota, y para que el público descubriera que había Mbappé, porque en la camiseta del delantero centro visitante había escrito su nombre. Gazzaniga desvió la primera, pero no la segunda, aprovechada por el mediapunta inglés, tras infinidad de rebotes y que el balón esquivara a un montón de rivales.

Da igual que los de Ancelotti no estén a su máximo nivel. Incluso cuando uno vislumbra alguna debilidad son más peligrosos que la mayoría. En la lucha por el liderazgo de la Liga cada punto vale oro y no quisieron saber nada de posibles complicaciones: Arda Güler y Mbappé, de rápidos contragolpes, enterraron cualquier preparación de fiesta grande en Girona. Montilivi demostró tener memoria y acabó los últimos minutos silbando cada vez que tocaba el balón al visitante Raúl Asencio, uno de los investigados por la presunta difusión de un vídeo de contenido sexual de una menor.