Girona FC

Míchel acentúa el deseo del Girona: "Podemos conseguir algo muy bonito"

El conjunto gerundense, que lucha y cree en el ascenso directo, se enfrenta este sábado en el Cartagena

Jordi Bofill
y Jordi Bofill

GIRONA"Míchel, catalán; Míchel, catalán; Míchel, catalán". La melodía, ideada e interpretada por el grupo de animación Jovent Gironí, se ha convertido en un ritual los días de partido en Montilivi. Con razón, puesto que el técnico madrileño está dispuesto a llevar al club a la Primera División. A seis puntos del ascenso directo, este sábado viaja a Cartagena (16.15 horas, Movistar LaLiga) en la primera de las seis finales que quedan para cerrar el campeonato liguero.

El conjunto gerundense, que ha ganado seis de los siete últimos partidos, no renuncia a nada aunque sabe que lo tiene complicadísimo. Sobre todo si la aspiración es subir directo. "Sin ganar nosotros es imposible mirar arriba. Solo podemos continuar sumando de tres en tres. Después ya miraremos qué han hecho los rivales, pero primero tenemos que hacer el trabajo que nos toca", admite Míchel, que se ha sabido hacer un sitio en el corazón de los aficionados del Girona gracias a su filosofía y su integración: desde el primer día ha hecho el esfuerzo de aprender catalán –recibe clases particulares en su tiempo libre–, un idioma que ya domina y usa en las ruedas de prensa. "Es una cuestión de empatía. Porque no solo soy el entrenador del Girona, aquí vivo, ahora es mi ciudad", explicaba en una entrevista al ARA.

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Llegado el tramo decisivo de la temporada, Míchel no cree que a sus futbolistas les tiemblen las piernas. "No estoy preocupado, porque el equipo está preparado. Todo el mundo se entrena bien y siento que ponga a quien ponga hará un buen partido", dice, respondiendo a las dudas que se interpretan de la alineación debido al alud de bajas que inunda el vestuario: en Cartagena no estarán Valery, Jairo, Bernardo, Santi Bueno, Sarmiento, Azoteas ni Kebe. La poca fluidez que ha tenido el juego en los últimos partidos tampoco es síntoma de quebraderos de cabeza para el entrenador, que lo vincula a las dificultades de la categoría. "No hay situaciones cómodas en ningún partido, porque nadie te regala nada. Tenemos que seguir ganando y luchando para estar tan arriba como sea posible. Con el apoyo de nuestra afición lo podemos conseguir. Todos juntos podemos conseguir algo muy bonito", tuiteaba al día siguiente del triunfo contra la Real Sociedad B.

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Cruzando los dedos por el resbalón de los rivales

El triunfo es una obligación para el Girona, que ya empieza a rezar a todos los santos para que sus rivales sigan resbalando. Por ahora, el equipo de Míchel es quinto y mirará de reojo los resultados del Eibar (líder con 7 puntos más, juega en Málaga), el Almería (segundo con 6 puntos más, recibe al Sporting), el Valladolid (tercero con 5 puntos más, se enfrenta al Mirandés) y el Tenerife (cuarto con 1 punto más, juega con el Huesca). Detrás, Las Palmas, séptimo clasificado –fuera de los lugares de play-off– ya está a 7 puntos de diferencia, por lo que parece que como mínimo las eliminatorias finales estarán garantizadas. El Girona, sin embargo, es ambicioso: luchará por el ascenso directo hasta que las posibilidades se agoten. Míchel no entendería hacerlo de otro modo.