PRIMERA DIVISIÓN

Los secretos del Papá del vestuario del Girona

Yangel Herrera se reencuentra con el Espanyol con la estabilidad necesaria para brillar en Montilivi

GIRONASi algo pedía a gritos Yangel Herrera es estabilidad. El venezolano, todo un vagabundo, ha conseguido destacar en el Girona después de muchos años arriba y abajo, haciendo y deshaciendo maletas. Una de sus mudanzas tuvo lugar en el Espanyol, en la temporada 2021-2022. Pero fue terminar el curso e ir a parar a Montilivi, donde es uno de los insustituibles para Míchel Sánchez. Con cuatro goles, además, este año encabeza la lista de goleadores rojiblancos. Posiblemente, es el futbolista más fiable en cuanto a regularidad y constancia de un Girona alejado del rendimiento del pasado y que visita este lunes (21 h) el RCDE Stadium, un estadio que le va especialmente bien: en cuatro visitas, ha sacado tres triunfos y un empate.

Cargando
No hay anuncios

También a Herrera, que en el último derbi en Cornellà marcó el definitivo empate a 2 en el minuto 85. Su celebración, poniéndose el dedo en la boca, no gustó a la afición perica, que le abucheó. "Lo llevaba dentro. Recibí críticas y quería demostrar que era un jugador bueno. No descarto volver a hacerlo", se ha defendido el centrocampista en una entrevista en RAC1. Yangel ha sido titular habitual en todas partes mientras las lesiones le han respetado. Porque los problemas físicos han sido el otro caballo de Troya.

El Espanyol, de hecho, ya lo firmó cedido por el City estando lesionado. Herrera había estado de baja 258 días en tres de las temporadas anteriores, formando parte de New York City, Huesca y Granada, según el historial registrado en Transfermarkt. Así que existían precedentes. Como blanquiazul no debutó hasta finales de octubre, después de estar ausente otros 120 días por una fractura de tibia. En Girona la tendencia se prolongó, perdiéndose 132 días el curso 22-23 y 86 el 23-24. En estos dos años en Montilivi no estuvo en 34 jornadas, contando también las estancias con la selección, casi una Liga entera.

Cargando
No hay anuncios

Con la mejora física y el hecho de ser fichado en propiedad por el Girona, los frutos han llegado. Se siente más feliz que nunca, adaptado a un club ya una ciudad que le acogieron con los brazos abiertos desde el primer momento. En lo familiar, considera básico haberse establecido en un lugar fijo para poder criar a su hija, que sólo tenía un año cuando se vistió con la camiseta rojiblanca por primera vez.

"En Girona me puedo consolidar en un proyecto a largo plazo. Nunca lo he podido hacer en ninguna parte. Desconocía cómo era empezar una pretemporada desde cero. Agradezco muchísimo la confianza que me transmiten. Especialmente a Míchel, que es la persona que ha hecho todo lo posible para que apostaran por mí, ahora me toca, Gerona y el Manchester City. Los ingleses le ficharon por un millón de euros al Atlético Venezuela en el 2017 y lo vendieron por 5 al Girona en el 2023. En todo este tiempo, no jugó ni un minuto con Pep Guardiola.

Cargando
No hay anuncios

'Mano tengo fe'

La confianza de Herrera sobre el terreno de juego es tal que incluso presenta unos registros anotadores sorprendentes, que el Girona celebra en sus redes sociales bajo el lema Mano tengo fe, una expresión venezolana, casi religiosa, con la que se anima a los aficionados en cada partido internacional. En la Liga, está a sólo un gol de su techo, los cinco marcados el pasado curso. Pero no en el total de la temporada, porque en el Granada marcó ocho al año que participó en la Europa League. Los números como jugador del Girona se equiparan, por ejemplo, a los de Viktor Tsygankov. El venezolano, en 74 partidos, ha marcado el 11; el ucraniano, que ocupa posiciones ofensivas y, por tanto, pisa área más a menudo, ha celebrado 13 en 73 duelos.

Cargando
No hay anuncios

Sin la presencia de Aleix Garcia, irreconocible Oriol Romeu, con un Iván Martín más irregular, Van de Beek buscando su espacio y Arthur aún con cuentagotas, Herrera se ha hecho fuerte en medio del campo rojiblanco y ha asumido un rol aún más trascendente. Tanto ayuda en la construcción como en las coberturas, tanto se descuelga hacia arriba intentando no ser detectado como se perfila atentamente para liderar la presión alta que exige Míchel. Es la consagración definitiva del Papá –así le llaman internamente– del vestuario del Girona.