Cuando amar a un club puede provocar un problema de salud mental
Àlex Granell confiesa que dejó al Girona por ataques de angustia y ansiedad

GIRONAÀlex Granell, jugador del Girona entre 2014 y 2020, colgó las botas este mes de enero. Se retiró con una etapa final en el Bolívar tras una trayectoria atípica en la que pasó por todas las categorías existentes en el fútbol amateur y profesional. Granell, en sus inicios, compaginaba el trabajo de maestro de escuela con partidos en Tercera División. Ha terminado levantando títulos en La Paz bajo la atenta mirada de su hijo.
En su adiós de los terrenos de juego, el gerundense confesó que abandonó Montilivi por motivos de salud. "No era consciente de que me pasaba nada, pero tuve episodios poco sanos de salud mental. Sentía mucha angustia. Nunca fui hasta el fondo de la cuestión, me quedaba con el «no estoy bien, no estoy bien». En realidad sufrí ataques de ansiedad. No respiraba bien. Y yo creía que no era más que la presión."
Estos síntomas aparecieron entre la temporada 2018-19, la del inesperado descenso del Girona de Eusebio Sacristán, a causa de nueve derrotas en las últimas diez jornadas, y el no ascenso del curso 2019-20, con la dolorosa patacada en Mont. AHORA: "Lo entiendo perfectamente, porque todos lo pasamos muy mal. Vivimos un auténtico drama, ahí dentro. Él, además, tenía mucha responsabilidad. Siente de la casa, y en aquellos momentos ya como capitán, fuera donde fuese, tenía que dar un trabajo en el que todo era una exigencia." , sintió y defendió al vestuario como nadie, en ningún momento dijo una mala palabra. día, pero todo esto desgasta, claro".
La estrategia comunicativa, además, le apretó hasta el extremo. Siempre eran los propios futbolistas los que, batacazo tras batacazo, se plantaban frente a los micrófonos a dar la cara para intentar argumentar una situación que les superaba y no sabían ni describir. Muchos jugadores no querían hablar. Se escondían. Granell, no. Nunca lo hizo. Hasta el punto de compartir una rueda de prensa previa con Eusebio en la decisiva jornada ante el Levante por continuar en la élite, una anomalía que ni había pasado antes ni volvió a ocurrir más tarde. "El club ya sabía lo que podía decir cada uno de nosotros. El mensaje de Àlex siempre llegaba. Sabe transmitir. Pero estar siempre tiene también un precio", añade.
El siguiente paso era charlar. "Sinceramente, en ese momento no lo detectamos. Pero no fue el único que cayó. Muchos estuvimos afectados por el dolor durante meses y meses. Íbamos tirando así, como podíamos". "Es que es una mierda. Un descenso y un no-ascenso son una mierda. Te queda dentro. Te vas de vacaciones, crees que desconectarás y harás limpio mentalmente, y todo te lo recuerda. Es imposible quitártelo de la cabeza", resumen en privado –y algunos ya en público– otros actores principales de esas derrotas.
"Nos haremos daño"
Granell, de hecho, fue silbado en Montilivi. Y fue objeto de unas inmerecidas críticas e insultos que le hicieron tomar la decisión de eliminarse las redes sociales. "La gente me señalaba mucho porque las cosas no iban lo suficientemente bien. Es evidente que al capitán y al jugador de casa es a quien hay que hacer saber que no estamos contentos, y no a uno fuera. Pero sentía mucha presión social. Siempre tenía que ser educado y respetuoso y hacer las cosas bien, para que todo el mundo me observaba. Y también tenía que . decir «Álex, tienes que irte, porque nos haremos daño»", explica en una entrevista en RAC1, en la que detalla que, pese a planteárselo, nunca trabajó estos problemas con un profesional, y que fue Mireia, su mujer, quien le hizo "de psicóloga".
"Recuerdo preguntarle por qué nos dejaba, y su respuesta fue muy clara: «No puedo continuar, no puedo continuar, quiero irme, necesito irme». Tenía que evadirse", dice la fuente consultada, que finaliza. "Es que sufrimos mucho, mucho. Fue demasiado duro".