El alumno más aventajado de Míchel en el Girona quiere irse al Madrid
Montilivi teme la fuga de Miguel Gutiérrez, pieza vital en los logros de los últimos tres años

GIRONAMientras en Girona realizan cálculos para una permanencia que se ha complicado más de lo previsto debido a la mala dinámica de los de Míchel, los agentes comienzan a mover hilos para posicionarse lo mejor posible para el próximo mercado de fichajes. Montilivi, que ya vivió una desbandada el pasado verano, volverá a tener unos meses movidos, en este sentido. Un nombre propio destaca por encima de los demás: Miguel Gutiérrez.
El lateral madrileño, pieza clave en los éxitos de los últimos tres años de los rojiblancos, podría estar frente a los últimos meses como gerundense. Su representante, Daniel Méndez, ha confirmado las intenciones del jugador de abandonar el proyecto en una reciente entrevista en el podcast Zona mixta. "Todo el mundo sabe cuál es el deseo de Miguel Gutiérrez. Él ya lo ha dicho por activa y por pasiva, pero no está en sus manos. Pasará lo mejor para todas las partes".
La prioridad número 1 de Miguel es volver al Real Madrid, el equipo desde el que llegó a Catalunya y que todavía mantiene un porcentaje importante de sus derechos federativos. Los blancos disponen también de una opción de compra prioritaria y que va en aumento con el paso de las temporadas. "Si vuelve al Madrid, seremos todos felices. Si no vuelve, también deberemos estar contentos porque encontraremos la solución adecuada". El defensa ya conoce el interés de distintos equipos europeos como el Bayern de Múnic o el Arsenal.
Los gerundenses invirtieron 4 millones de euros en el verano de su regreso a Primera, en el 2022, por el 50% de los derechos de uno de los talentos con mayor proyección de La Fábrica. Y no se equivocaron. Considerado una de las niñas de los ojos de Míchel, se ha convertido en indiscutible: en este tiempo ha disputado 109 partidos, ha marcado seis goles y ha repartido diecinueve asistencias. Con una cláusula de rescisión de 35 millones de euros, si el Madrid lo quiere este verano, debería pagar tan sólo ocho. "En el Madrid tienen sus plazos. Saben que en el instante que levanten la mano, todo el mundo se detendrá para escuchar lo que dicen", añade Méndez.
La preocupación de Míchel
El técnico del Girona, Míchel Sánchez, está también inquieto. En una entrevista en el diario Sport, dijo de Gutiérrez: "Le podemos ayudar exigiéndole, pero no puedo controlar las expectativas de futuro de cada uno. Debe tener la suficiente madurez para que todo lo que le está llegando no lo descentre de su día a día. Hay mucha información en cuanto a su salida, pero hasta que esto no llegue, no se tiene que detener, debe preocuparse. su jefe".
Todo ello llega en plena lucha de los gerundenses por la salvación en Primera. El sábado (14 h, Movistar LaLiga) reciben al Alavés, un rival que ocupa posiciones de descenso y tienen a siete puntos. Después de ganar un partido de los últimos diez, un triunfo permitiría a los rojiblancos respirar de verdad y reforzar los ánimos, cada vez más débiles. Un empate sería el mal menor y el objetivo de mínimos, y una derrota… mejor no imaginar qué supondría.
No es la primera vez que el Girona sufre unas declaraciones incendiarias como las de Méndez ni que llegan en un momento extremadamente inoportuno por todo lo que está en juego. El año pasado, en la previa del Barça-Girona que situó a los rojiblancos en el liderazgo de la Liga, el centrocampista ya menudo capitán –con los valores que eso debería suponer– Aleix Garcia, en medio de los rumores respecto a un posible traspaso al Camp Nou, dijo: "Obviamente, me gustaría jugar en el Barça.
Míchel no tardó nada en reconocer que Aleix se había equivocado. Pero el futbolista más adelante afirmó que no se arrepentía de lo dicho y se preguntaba por qué razón no podía ser transparente, aunque sí admitió que el momento y los modos no fueron los correctos. Ahora, cuando la permanencia en la élite es un objetivo suficientemente importante para dedicarle toda la atención, Méndez recuerda cuál es el propósito de Miguel Gutiérrez. Y en Girona, claro, se estiran los cabellos.