La gran contradicción del "orgullo" que pregona el Girona
Por primera vez desde su fundación, en 1930, el equipo rojiblanco no dispone de futbolistas del territorio que representa

GIRONA"Si me hubieran asegurado, hace unos años, que el Girona no tendría ningún jugador gerundense en el primer equipo, no me lo hubiera creído. Era imposible imaginar", manifiesta Jordi Agustí, coautor del libro Cien catorce. Noventa años de gerundenses en Primera división. "Ahora ya son ciento veinticinco –matiza–. Siempre ha habido presencia de futbolistas de las comarcas gerundenses en la élite. Y el Girona, fuera donde estuviera, se nutría de gente del territorio. Es la primera vez que pasa una cosa así. Me sorprende mucho, porque una cosa es que no haya chicos con talento y la otra, como es el caso". La región ha dado nombres ilustres como Miquel Soler (15º futbolista con más partidos en Primera, con 504); el actual presidente de la entidad, Delfí Geli; o Joan Costa, el máximo goleador gerundense en Primera, con 41 goles.
Actualmente, son nueve los jugadores gerundenses que compiten en la máxima categoría del fútbol estatal. De Estanyol (Pau Cubarsí, Barça), Campllong (Gumbau, Rayo), Figueres (Chavarría, Rayo), Caldes de Malavella (Balliu, Rayo), Lloret de Mar (Cardona, Villarreal), Palafrugell (Jordán, Alavés), Palamós (Álvaro Rodrígue) (Valery, Mallorca); éste último, cedido, precisamente, por el conjunto gerundense. "Cualquiera de ellos podría jugar en el Girona. También creo que hablamos de una generación que, cuando era pequeña, no era aficionada al club. La fiebre ha explotado durante la última década. Quizás las siguientes generaciones lo habrán mamado más, y recordarán que los padres les llevaban a Montilivi y les compraban la camiseta. forzando una negociación o perdonando dinero, para defender a tu club de la infancia", desarrolla Agustí.
"Destacaría dos hechos como motivos principales para explicar cómo se ha llegado hasta aquí: el nivel deportivo y el tema económico. Cuanto más arriba está el Girona, la cantidad de jugadores que existe por el nivel al que aspira, se reduce; si hablamos de gerundenses, aún más. ir al mercado, mirar la cantera cuesta más. Antes, no tenía más remedio que hacerlo", confiesa el historiador, que añora la época del trivote que logró lo inimaginable: transportar toda una ciudad a Primera. "Cómo olvidar a Pere Pons, Àlex Granell y Eloi Escondido. El primero, cedido al Olot porque no tenía espacio; el segundo, que fue fichado pensando que competiría en Segunda B; y el tercero, que fue y volvió mil veces y tuvo que salir a Llagostera. Con un medio del campo de la casa, creado por accidente".
También recalca que "todo junto debe relacionarse con la captación en categorías inferiores. Con el ascenso del juvenil y el cadete a la División de Honor, el Girona se ha alimentado de muchos chavales que no son del territorio gerundense. Está formando futuros futbolistas que, en un número muy elevado, no son de la provincia. Joel Roca (Camprodón), Ricard Artero (la Bisbal de Empordà) o Ferran Ruiz (Olot).
Agustí aporta datos respecto al decrecimiento de futbolistas gerundenses en el vestuario del Girona, completamente huérfano con el adiós durante el mercado de invierno del portero Pau López. "Desde el regreso a Segunda, en el 2008, el equipo había comenzado cada temporada con un mínimo de un gerundense en la primera jornada. Este año es la excepción: el primero se estrena en la decimotercera". Y continúa: "Aquel primer partido en Vigo, en agosto del 2008, lo juegan siete gerundenses: Jose, Serra, Dorca, Matamala, Xumetra, Arnal y Duran, que marca el gol de la victoria. Pero hay más. En el debut en Primera, en el 2017, la cifra baja a tres: Muniesa, Pere, en el 2022, sólo están Valery y Ureña".
El orgullo gerundense, discutido
“Es contradictorio presumir de orgullo gerundense si no tienes gerundenses, sí –reivindica– porque se pierde la identidad. Creo que, como política de club, aunque no se hiciera pública, debería haber siempre tres o cuatro. de talento, que tampoco se da en todos los casos, con una intensidad diferente a aquellos que solo están de paso". En Montilivi, este rol lo ocupan futbolistas como Cristhian Stuani (ocho temporadas), Juanpe Ramírez (nueve), Cristian Portu (cinco), Juan Carlos (seis) o Arnau Martínez (cinco pero en Girona desde que era cadete).
"Tener futbolistas del territorio también provoca que el aficionado sienta que el club es más suyo. Porque antes con algunos jugadores tenías trato, les conocías. Ahora eso no ocurre", resume Agustí, que valora que al menos un gerundense haya jugado la Champions con el Girona. Fue Pau López, contra el Arsenal. "De rebote, pero lo hizo". Termina con un deseo. "Ojalá la situación mejore. Ojalá. Porque ya es triste que aspiremos a conformarnos con que sólo haya uno".