Hoy hablamos de
'Entre cuatro paredes'.
Periodista i crítica de televisió
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La plataforma 3Cat acaba de estrenar Entre cuatro paredes, un programa en el que la arquitecta, divulgadora y música Núria Moliner nos enseña, en cada capítulo, la casa de un famoso mientras conversa. Es inevitable que el formato nos remita al legendario La casa de los famosos de Julià Peiró, con el espíritu estético y televisivo de los nuevos tiempos. En el cuarto episodio, Joan Pons de El Petit de Cal Eril empieza pidiendo a la presentadora que, sobre todo, no quiere que aquello parezca un programa de estos de pijos enseñando su casa. Pues bien, la petición no sirvió mucho de nada para que, todo sea dicho, el resultado es bastante éste. Enseñar el interior de las casas se ha convertido en un género televisivo extremadamente explotado. Desde las transformaciones milagrosas de las reformas hasta el voyeurismo y el alarde del lujo, pasando por el chisme más blanco e inocente, al final siempre vamos a parar al mismo lugar. Enseñar tu casa sin reservas es un acto muy íntimo, porque el lugar en el que vivimos es un espacio que dice mucho de nosotros. Núria Moliner es una entrevistadora cálida y curiosa que hace ligera su visita. Y a nivel de realización e imagen se ha dado al programa un tratamiento modernito y muy cuqui que combina un tratamiento vintage con efluvios de filtros de Instagram, con la superficialidad propia de los contenidos digitales.

El exfutbolista Bojan Krkic, la actriz y cantante Carol Rovira, el humorista Peyu, la creadora de contenido Nina Urgell, la ilustradora Rocío Quillauaman y el presentador Bob Pop son algunos de los personajes que abren las puertas de sus casas y cuentan cómo vive la suya de la casa.

El anterior programa de Núria Moliner en la plataforma 3Cat era Animales arquitectos, un espacio cultural de divulgación arquitectónica en el que la presentadora conversaba con profesionales y analizaba su obra, sus planteamientos y su trayectoria, e incluso pernoctaba en algunas de las casas proyectadas por los protagonistas. El espacio mantenía ese lenguaje entre exquisito y adorable, pero tenía el valor de la dimensión cultural. Cuesta encontrar programas que puedan profundizar en este tipo de contenidos. En vez de grabar una segunda temporada, la plataforma 3Cat ha optado por hacer un nuevo espacio más popular y típico, también más frívolo, en el que caemos una vez más en el uso de la figura del famoso en términos genéricos para conseguir mayor repercusión. El resultado es menos interesante, más tópico; deben considerar que es más goloso desde el punto de vista comercial.

A Entre cuatro paredes casi todo el mundo vive en un mundo hermoso, estable, acogedor, perfectamente diseñado, estilísticamente exclusivo y con inversiones nada despreciables en piezas selectas de interiorismo. En un contexto social en el que no se para de hablar de los graves problemas de vivienda de la gente joven, el programa se convierte en una especie de realidad paralela, un paraíso idílico propio de otros países, donde este tipo de dramas no existen.

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