

Los martes por la noche, en TV3, ya no sabemos si vemos el Sin ficción o las Noches sin ficción, en una chapuza desconcertante de la cadena que ha logrado desmontar la marca en vez de potenciarla. No existe ningún criterio coherente para el espectador. Supongamos que todo esto tiene que ver con filigranas internas. En cualquier caso, en la plataforma 3Cat queda todo recogido bajo el título del Sin ficción para recuperarlo.
La elección del documental esta semana no podía ser más oportuna. Mientras las noticias nos hablan de kits de supervivencia, de proceso de militarización, de rearme y de una Unión Europea que quiere incrementar su poder militar, pudimos ver Un fenómeno televisivo, un documental dirigido por el actor Jeff Daniels que explica las consecuencias de un telefilme que influyó en la política nuclear del entonces presidente Ronald Reagan. Actores, productores, guionistas, directivos de la cadena ABC y el director de la película, Nicholas Meyer, hablan del proceso de creación, rodaje y emisión de The day after, el telefilme que un domingo por la noche de 1983 recreó las consecuencias de un ataque nuclear en Estados Unidos. El documental profundiza, sobre todo, en las consecuencias emocionales y políticas que se derivaron de esa emisión. Reagan estaba convencido de que una guerra nuclear podía ganarse, y que podía sobrevivirse. Mientras, la sociedad sufría en silencio el miedo a la Guerra Fría, pero no se afrontaba el debate ni las consecuencias de un posible ataque.
Uno de los aspectos interesantes del documental es ver cómo buena parte del equipo creativo de la película y el directivo responsable de las producciones cinematográficas del ABC tenían claro que querían hacer una película que sacudiese a la sociedad y la confrontara con la realidad más cruda de un ataque nuclear. "No quería que se hablara de los efectos especiales, ni de la realización, ni de las interpretaciones de los actores... Quería que pareciera un anuncio de la administración", dice Meyer. Sus planteamientos hiperrealistas siguen funcionando hoy en día. En Un fenómeno televisivo vemos a los actores volviéndose a emocionar al ver las escenas más dramáticas. Se trataba de retratar con fidelidad la rutina y la cotidianidad familiar de miles de hogares estadounidenses y cómo llegaba la devastación de forma abrupta. Su impacto se puede medir viendo al elenco de invitados que quisieron formar parte del debate posterior al ABC: políticos como Henry Kissinger y Robert McNamara; el divulgador científico Carl Sagan, y los escritores Elie Wiesel y William Buckley, entre otros, discutieron ante las cámaras sobre lo impactante que acababan de ver más de cien millones de espectadores. En sus memorias, Reagan hacía referencia a aquella emisión.
The day after puso imágenes a una idea hasta entonces abstracta e indefinida. Un fenómeno televisivo nos recuerda el magnífico potencial que tiene el medio cuando se utiliza en positivo y desde la responsabilidad social, cuando se trabaja desde la valentía y resistiendo las presiones políticas. En el contexto que vivimos actualmente puede que creadores y directivos tomen nota.