Cuando Stuani llevaba melena y era conocido como el 'Flaquito'
Cristhian Stuani, que ha roto todos los récords en el Girona, fue protagonista hace dos décadas de un partido histórico en Uruguay
GeronaDiferentes eventos tuvieron lugar en 2005: el huracán Katrina provocó daños catastróficos en Estados Unidos; Londres fue atacada con los atentados terroristas en el metro y un autobús que dejaron 52 muertos y más de 600 heridos; el Papa Juan Pablo II murió, siendo Benedicto XVI el sucesor; Angela Merkel se convirtió en la primera mujer canciller de Alemania; YouTube se dio a conocer en el mundo; y en España se aprobó el matrimonio igualitario.
En Catalunya, el Barça, que entonces solo tenía una Champions en las vitrinas, ganaba la Liga con Rijkaard en el banquillo y Ronaldinho, Eto'o y un jovencito Messi en el campo. Era la época en la que en Segunda competían el Lleida, el Nàstic y el Terrassa. ¿Y el Girona? Ese año bajó de Segunda B a Tercera. El entrenador era Domènec Torrent y uno de los jugadores ilustres, Delfí Geli, el actual presidente de la entidad, colgaba las botas.
A unos 10.500 kilómetros de Montilivi y en una franja horaria diferente, el actual máximo goleador de la historia de los gerundenses, Cristhian Stuani, que ni sabía que había un club llamado Girona, y ni mucho menos se imaginaba que acabaría dejando una huella primero imborrable. Era el 5 de noviembre del 2005, y hace pocos días cumplió veinte años. El uruguayo lo recordó con una publicación en las redes sociales: "Tuve la suerte de formar parte de ese gran equipo que tenía Danubio, rodeado de jugadores y compañeros increíbles". "La suerte fue nuestra", le respondió el club. Ese día, el Girona ganaba 1-3 en el Miniestadi ante el Barça C. El delantero azulgrana era un tal Pedrito.
Formado en el Atenas de Tala, el equipo de su pueblo, Stuani se incorporó al fútbol formativo del Danubio, donde debutó en el primer equipo siendo menor de edad, ganó una Liga, y empezó a convertirse en el gran goleador en el que ha acabado convirtiéndose. El entrenador que le dio la primera oportunidad al fútbol profesional fue Gerardo Pelusso, que se puso en contacto con ella la temporada pasada, coincidiendo con el vigésimo aniversario de su debut en Primera. Fue por el estreno en la Champions, un hito que a Stuani tampoco se le ocurría alcanzar en Girona. "Veinte años después sigues cumpliendo sueños y superando récords. Felicidades, flaquito". En Uruguay, a Stuani le conocen con muchos apodos. Uno es flaquito. El otro, piloto. También es el Matador de Tala.
Hace dos décadas del primer gol, un remate de cabeza en un Peñarol-Danubio que tuvo un gran impacto en el país. Peñarol y Nacional son los grandes dominadores de la Liga, lo que aquí serían Barça y Madrid. Danubio, sin embargo, es pequeño y no está acostumbrado a levantar títulos. El duelo se jugó en el Estadio Centenario, donde suele disputar sus partidos la selección uruguaya. En el minuto 7, Peñarol dominaba 2-0. Nada hacía presagiar que Stuani y compañía tuvieran opciones.
"Es histórico, histórico. Esto se valorará con el paso del tiempo", explicaba Pelusso, con las pulsaciones calientes. Su Danubio no solo dio la vuelta al resultado, sino que logró la mayor goleada que nunca ha encajado Peñarol en partido oficial. Terminaron 2-7 y Stuani fue el autor del tercero. La afición local, indignada, cantaba, entre gol y gol, "que se marche todo el mundo, que no quede ni uno". La imagen de la celebración aún hoy preside la oficina de Pelusso, que trabaja para la Confederación Sudamericana de Fútbol (CONMEBOL), donde da conferencias y, de vez en cuando, sonríe cuando alguien le habla del partido.
De hecho, habitualmente los aficionados del Peñarol le dan la coz recordando un 5-0 que recibió cuando era el entrenador de Nacional, el máximo rival. "El duelo duró un montón de meses, pasé muchos días encerrado en casa. Nunca he visto el partido. Cuando aparecía alguna imagen en televisión, cambiaba de canal. Pero si me atacan con ese resultado, yo les digo que con Danubio les hicimos siete", admitió, con los años.
Duda para el partido 300
Stuani, con el pelo largo y una cinta en la cabeza para no perder visión, inauguró un casillero que, veinte años más tarde, sube hasta los 285 goles, de los que 146 están vistiendo la camiseta del Girona, donde nadie le hace sombra. Este domingo, en la visita del Madrid al estadio (21 horas, Movistar LaLiga) estaba previsto que celebrara su partido 300 vistiendo los colores rojiblancos, pero es duda por unas molestias en el sóleo. Sólo cuatro jugadores le superan, en este apartado. El uruguayo ha sido protagonista de algunas de las hazañas gerundenses contra los blancos y, hoy, por el camino de los 40 años, sigue siendo una apuesta segura. Tal y como lo era hace 20. Tal como lo será siempre.