LeBron y compañía transforman un campo de fútbol en el pabellón de los sueños

Estados Unidos debuta en el torneo de baloncesto derrotando a Serbia ante un gentío vestido con camisetas de la NBA

Enviado especial a Lille (Francia)Una riada de gente desfilaba hacia el estadio Pierre-Mauroy mostrando sus camisetas. Este estadio suele vivir partidos de fútbol, ​​tanto de la liga como de competiciones europeas, del Lille. Pero hoy las camisetas eran de los Celtics, los Lakers o de Michael Jordan en los Bulls. Todo tipo de camisetas de todos los equipos de la NBA, también algunos que ya no existen, como los Seattle Supersonics. O de jugadores menos conocidos, como Amar'e Stoudemire. Pero los nombres más vistos eran los de LeBron James y Stephen Curry. La NBA aterrizaba en un estadio de fútbol, ​​cosas de estos Juegos, en los que los franceses han decidido repensar todo, también las instalaciones. La primera fase del torneo de baloncesto, en lugar de hacerse en un pabellón, se hace en un estadio de fútbol, ​​que por un día se ha transformado en un pabellón donde miles de aficionados al baloncesto han soñado con estar en Boston o Los Ángeles.

El esperado debut de los estadounidenses ha llegado en el turno de tarde, justo después de la sufrida victoria de la selección española femenina por un punto sobre China. Y también después de ver cómo Sudán del Sur debutaba en unos Juegos sorprendente Puerto Rico, todo un hito. Un estado sin infraestructuras, sin pabellones, destrozado por décadas de guerras y que gana partidos. De hecho, aficionados sursudaneses residentes en Europa hurgaban a los estadounidenses a la salida del pabellón, diciéndoles que ahora querían derrotarles a ellos. En un amistoso en Londres hace pocos días casi lo consiguieron, de hecho. Pero en ese amistoso un hombre de 39 años dijo lo suficiente. En la puerta de cumplir 40 y jugar por primera vez una temporada en la NBA con su hijo, LeBron James es el alma de este equipo entrenado por Steve Kerr. El equipo de las barras y las estrellas lleva a Francia al equipo más potente desde aquél dream team de 1992 en Barcelona, ​​cuando por primera vez los jugadores profesionales de baloncesto decidieron mezclarse con el resto de mortales. Que esta selección estadounidense ganará el oro en París parece tan claro como que no se puede comparar con la generación de Barcelona, ​​más coral, más talentosa y con más magia.

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Pero talento y magia los estadounidenses siempre van sobrados, cuando juegan a baloncesto. Y eso que en su debut les tocaba un rival siempre incómodo, Serbia. Quizás en los diccionarios serbios no aparece la palabra miedo, teniendo en cuenta cómo animaron a los aficionados a las gradas a sus seguidores y cómo jugaron los jugadores, a las órdenes del veterano Svetislav Pesic y, especialmente, guiados por un Nikola Jokic que ya sabe qué es derrotar cada dos por tres muchos de los sus adversarios en Lille. Jokic se pasó el partido recibiendo golpes y dándote, buscando rebotes y dando órdenes a sus compañeros sobre cómo debían poner el cuerpo para defenderse, si podían, de LeBron y Curry. El primer tiempo serbio fue emotivo, con un parcial de salida 10-2 y perdiendo de seis puntos en el descanso.

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Pero bajo la mirada del director de cine y gran seguidor de los Knicks Spike Lee, Estados Unidos aprovechó su banquillo para ir agujereando. En la primera parte brilló Kevin Durant con 21 puntos, en la segunda LeBron se encargó de dejar claro que a sus 39 años quiere una tercera medalla olímpica de oro. En el 2004, cuando se estrenó en una cita olímpica, LeBron se dio cuenta de que fuera de su país cada vez se juega mejor y sufrió una dolorosa derrota en semifinales contra los argentinos. Ese bronce dio paso a dos medallas de oro, siempre contra España en la final. Ahora, después de no estar en los Juegos del 2016 en Río de Janeiro y de Tokio en el 2021, LeBron podría igualar las tres medallas de oro de Carmelo Anthony, el jugador más laureado hasta ahora. Si LeBron gana su tercera medalla de oro, sin embargo, será superado por Kevin Durant, que ganaría la cuarta. Durantula, menos mediático que LeBron, también pica piedra y acabó como máximo anotador del partido con 23 puntos, por delante de James (21) y de un Jokic (20) que ya pensará cómo encontrarse de nuevo a los Estados Unidos en la final. Al final del partido, todo el mundo seguía con la mirada James o Curry, pero Kerr alababa Durant, que metió sus 21 puntos en los dos primeros cuartos, sin fallar ni un solo tiro. Quizás es cierto que algunos jugadores de la NBA no se motivan cuando juegan con las selecciones, pero Durant no es uno de estos, eso seguro. Él empezó una fiesta que siguió por las calles de Lille, con miles de personas imitando los movimientos que habían visto a los estadounidenses, en improvisados ​​partidos de tres contra tres en la Grand Place. Todos podrán decir que vieron el regreso, 12 años después, de LeBron James en los Juegos Olímpicos. Y qué regreso.