¿Qué papel tiene que tener el Barça en el independentismo catalán?
Los periodistas Xavi Torres y Frederic Porta exploran esta y otras cuestiones con los principales líderes políticos y sociales del país en el libro ‘Barça: més que un club?’
A pesar de que el libro que se desglosa en las siguientes líneas pivota alrededor del Barça, no es difícil que si el lector está interesado en conseguir un ejemplar lo tenga que buscar en la sección de política, y no de literatura deportiva, de las librerías. Cuestiones como la que se plantea en el titular de este artículo y otras muchas vinculadas con el arraigo de la entidad azulgrana en el pueblo catalán se resuelven en Barça: més que un club? (Cossetània Edicions, 2021). Quien responde es un equipo titular formado por los diez líderes de los principales partidos que marcan la agenda política catalana y Jordi Cuixart, como líder cívico y activista social. “La idea inicial era contar con once líderes políticos, pero excluimos a Vox a propósito. Y, para completar el once, preferimos contar con Jordi Cuixart, porque creemos que tenía muchas cosas interesantes a aportar en el debate que se plantea en el libro”, explica sin pelos en la lengua el periodista Xavi Torres, coautor de la obra con su compañero de gremio Frederic Porta.
La idea, que nació de los habituales encuentros entre estos dos amigos, acabó tomando la forma de un libro que los autores definen como “un reportaje de largo recorrido”. Después de ubicar al lector con píldoras históricas que contextualizan el vínculo entre el latido de la sociedad catalana y el Barça desde sus orígenes, los dos periodistas abordan de forma extensa el debate sobre si el Barça todavía es más que un club: “Así, como ves en la portada, con un interrogante muy grande”, remarca Torres. A lo largo de las páginas, toman la palabra Jéssica Albiach, Carlos Carrizosa, Jordi Cuixart, David Fernàndez, Xavier García Albiol, Salvador Illa, Oriol Junqueras, Carles Puigdemont, Raül Romeva, Jordi Sànchez y Quim Torra. Todos ellos dan su parecer en un relato sincero en el que los autores destacan la predisposición de los entrevistados: "Han abandonado durante un rato su traje de políticos y han podido expresar sus sentimientos y opiniones respecto al club del que son socios o seguidores, en el caso de los azulgranas, o desde la rivalidad, en el caso de los no simpatizantes con el Barça”. Además de profundizar en el debate propuesto, por ejemplo, el libro también revela, entre otras muchas anécdotas, cuál es el triunfo que más ha celebrado García Albiol, socio del Espanyol, de un partido en el Camp Nou.
Més allá de las anécdotas, la miscelánea de opiniones es rica y se trata con profundidad cómo el Barça, dependiendo de quién había en la directiva, se ha distanciado en determinados periodos del pueblo catalán. Un hecho que los autores argumentan que ha sucedido con las directivas de la última década y durante el gobierno de Josep Lluís Núñez, episodios que han vivido el paréntesis en medio de la primera presidencia de Joan Laporta (2003-2010). Yendo al grano: ¿el Barça puede realmente alejarse del concepto "más que un club"–idea ya expuesta en cierto modo en 1918 por el periodista Daniel Carbó, conocido como Correcuita, y popularizado el 17 de enero del 1968 en el primer discurso como presidente de Narcís de Carreras–, que evoca la singularidad de ser mucho más que una entidad deportiva?
Una historia ligada al pueblo catalán
“Durante una parte de la historia del Barça, cierta burguesía conservadora española o cierto establishment han querido borrar la ideología del Barça. Esto se aplica clarísimamente a Núñez y a la voluntad del nuñismo, y también del neonuñismo, de convertir al Barça solo en un club de fútbol”, relata Porta, que lo remata con un contundente: “No me jodas”. “Esto significa negar toda la realidad del Barça. Un ejemplo (y hay muchos): en 1920, el Barça tenía un cuarto equipo que se llamaba oficialmente Separatistes, que es un nombre de combate. Cuando llega el régimen autoritario de Primo de Rivera, en 1923, la directiva tiene que recordar a los socios que están en una dictadura y que acabarán recibiendo. Y acaban recibiendo, porque la gente no quiere callarse: porque es catalanista y combativa. En los años de Franco, también se hace militancia combativa y de resistencia alrededor del Barça. Fueron unos años en los que el club estuvo secuestrado y amenazado: hubo intentos de cambiarle el nombre, de vestirlo con la bandera española...”, argumenta Porta. Con este rápido repaso, los dos autores coinciden en recordar que "el Barça ha hecho política porque no es ajeno a la sociedad que lo rodea, sino al contrario".
La lectura del vínculo indisociable entre el Barça y el latido de buena parte del pueblo catalán lo comparten los líderes vinculados al independentismo y también Albiach, mientras que Albiol, Carrizosa e Illa insisten en que la grandeza del Barça, hoy en día, se tiene que vincular a los éxitos deportivos más que a su realidad social. Llegados a este punto, los autores reivindican la necesidad de plantear el debate que abordan en el libro: “Estamos en un momento histórico especial para Catalunya. Y les queríamos preguntar qué es o qué tiene que ser el Barça y cómo ven nuestros líderes políticos una de las entidades más potentes y con más socios del país”.
En Barça: més que un club? se exploran muchos de los conceptos del vínculo Barça-catalanismo y se repasan episodios como el partido contra el Las Palmas del 1 de octubre del 2017, el día del referéndum de autodeterminación y de la cruda represión del Estado en las calles, una jornada en la que Jordi Sànchez no duda en afirmar que se sintió “engañado por el presidente del Barça”, Josep Maria Bartomeu. También se analiza qué papel tendría que jugar el club en el anhelo independentista de muchos de los ciudadanos de este país, tal como quedó plasmado en las elecciones del 14 de febrero. “El Barça, además de ser un embajador de Catalunya, tiene que estar al servicio de la ciudadanía. La historia del club lo demuestra. El Barça no tiene que hacer política de partidos, pero sí tiene que estar junto a la gente. Como entidad, no tiene una mano para depositar una papeleta dentro de una urna a favor o en contra de la independencia, pero sí tiene que acompañar a la sociedad en sus deseos democráticos. Tiene que defender los consensos universales y la democracia es uno de ellos. Creo que quien no lo quiera ver así está alejado de la realidad de la trayectoria del Barça: un club catalanista que ha luchado por los derechos y las libertades del país”, sintetiza Torres. Porta asiente y añade: “El Barça no se tiene que posicionar a favor de la independencia o en contra, pero tiene que ser sensible y tiene que estar al servicio de las mayorías democráticas del pueblo catalán. Esto forma parte del sentido y de la esencia del club”.
La opinión de los dos autores es un buen resumen de lo que expresan los líderes independentistas en el libro y se acerca mucho a lo que también defiende Albiach. Por el contrario, es una posición alejada de Albiol, Carrizosa e Illa, más próximos a opinar que acercar el Barça a la pulsión democrática de la sociedad no forma parte de su sentido como entidad deportiva. Con todo, hay episodios muy recientes que demuestran que, a pesar de que algunas directivas hayan hecho esfuerzos para rebajar la ideología del club, buena parte de la afición mantiene latente su catalanismo. Romeva explica uno especialmente significativo cuando recuerda cómo, en un periodo en el que estaba en libertad condicional, fue al Palau Blaugrana a ver un partido de baloncesto con la familia en un día que coincidía con el aniversario de su hija Elda, el 23 de marzo del 2018. La grada le cantó el "cumpleaños feliz" y “estalló en un grito de clamor a favor de los presos políticos”, recuerda. El Barça, más que un club.