¿Es posible convertir a Ronald Koeman a la doctrina cruyffista?
Laporta salva la cabeza del técnico holandés, pero a cambio le pide que revise su forma de jugar
BarcelonaEl Barça ha resuelto el enigma del banquillo de cara a la temporada que viene. Ronald Koeman seguirá un año más al frente del primer equipo azulgrana. El entrenador holandés resiste después de muchos días de debate interno y externo sobre su figura. El presidente Laporta y su junta, asesorados por los dos hombres fuertes en cuanto a planificación deportiva, Mateu Alemany y Ramon Planes, han acabado concluyendo que la solución más sensata pasa por mantener al actual técnico. Despedirlo con un año de contrato pendiente habría costado entre 11 y 13 millones de euros en concepto de indemnización, una cifra muy poco sostenible. Este factor, sumado al consenso insuficiente que ha despertado Xavi Hernández, con el que los contactos no han sido más que informales, ha resultado en la continuidad de Koeman a cambio de una reformulación contractual y del compromiso de dejar el fútbol especulativo para abrazar decididamente la doctrina cruyffista. 20 años después de su debut en los banquillos, el héroe de Wembley tendrá que revisar su manual para recuperar el crédito. ¿Será capaz de hacerlo?
La pregunta es pertinente viendo cómo ha ido la temporada, pero también si se recuperan las voces consultadas hace unos meses, cuando Bartomeu fichó a Koeman. "Sus equipos no atacan alocadamente y se suelen proteger contra los rivales más peligrosos", decía Ronald de Boer, que aseguraba: "Se parece más a Van Gaal que a Cruyff". Por su parte, Oriol Romeu explicaba que el sistema preferido del preparador culé "es el 4-2-3-1" y admitía que apostaba por "ceder la iniciativa cuando los oponentes tenían talento". Las premisas expuestas se han cumplido durante toda la campaña y no cuadran con el estilo de juego que Laporta quiere para el primer equipo masculino. El femenino, por cierto, ya hace tiempo que sí lo representa de la mano de Lluís Cortés.
La confianza reciclada de Laporta en Koeman despierta escepticismo en el historiador Ángel Iturriaga, que ve complicado que el presidente del Barça consiga "imponer un ideario" en el cual el entrenador actual "no cree". "Da la sensación que la nueva junta está confiando en el criterio de Alemany, que no tiene ninguna afiliación con el cruyffismo a pesar de ser un magnífico ejecutivo", añade. Alemany, que en su trayectoria ha promocionado a técnicos eminentemente defensivos como Héctor Cúper o Marcelino García Toral, era poco partidario de correr riesgos con Xavi, que según Iturriaga habría sido "una apuesta mediática y coherente con el estilo ante la imposibilidad de hacer volver a Guardiola". El historiador admite que la continuidad de Koeman puede "destrempar" a los socios que esperaban que Laporta restauraría el cruyffismo en el banquillo, pero a la vez vaticina que "el debate se olvidará si la pelotita entra desde principios de temporada".
Por su parte, el analista técnico del programa El Barça juga a RAC1, Marc Guillén, entiende la supervivencia del holandés como una "solución intermedia en un momento de transición" que permitirá "la toma de decisiones difíciles desde arriba", pero duda en cuanto al libreto que aplicará en el campo: "A pesar de que ha mamado el cruyffismo, no veo a Koeman sacando de golpe punta a las superioridades numéricas, los diversos patrones de ataque o la posición de los jugadores, porque no lo ha hecho nunca". En la misma línea, el técnico Albert Rudé observa que Koeman ha vivido hasta ahora "alejado" de los "famosos triángulos o rombos de Cruyff", si bien deja la puerta abierta a una posible conversión "dependiendo de las herramientas que le concedan en su segundo año en el banquillo". De hecho, además de determinados perfiles de jugador, el extécnico del Pachuca y del Inter de Miami vaticina: "Necesitará tener a alguien que lo ayude al lado para intentar inspirarse en el Barça de Guardiola".
Presión basada en las piernas más que en la posición
Tanto Guillén como Rudé ponen también el acento en el trabajo sin pelota. "Koeman fue central con Cruyff y por eso es poco partidario de desnudar la defensa. Aparte, trabaja una presión individual basada en tener a jugadores con piernas. Guardiola [cruyffista] es más de presión zonal, de seguir la pelota en vez de al rival, una receta que hay que practicar muchas veces y que en el Barça no hemos visto en todo este año", comenta Guillén, que da por hecho que Koeman "no será el entrenador moderno o complejo que ahora se puede llegar a encontrar". En esta línea, Rudé concreta que el neerlandés ha dispuesto una presión "abierta, frontal y sin orientar en función del juego", mucho más simple que los sistemas de recuperación que ponen en práctica Tuchel, vigente campeón de la Champions, o el propio Guardiola, finalista de la máxima competición. Este camino, más explorado por Bielsa, requiere una intensidad que, según Rudé, ha vaciado físicamente a jugadores como Pedri, que con 18 años no ha parado de correr hacia su campo en escenarios de transición.
Lo más cruyffista que se ha oído en los últimos meses en relación a Koeman salió de su propia boca. “Mis futbolistas sabrán que el fútbol es para disfrutar”, soltó en su presentación. A las puertas de su segundo curso, y después de una primera campaña poco exitosa, Laporta le pedirá algo más que una declaración de intenciones.