El Alavés hace tener los pies en el suelo al Espanyol

BarcelonaSe las prometía muy felices, el Espanyol, que el martes, bien instalado en zona europea, celebró su 125 aniversario iluminando la ciudad de Barcelona y el miércoles, con cierto sufrimiento, confirmó la clasificación para la siguiente ronda de la Copa del Rey después de ganar en el campo del Atlético Lleida. Pero la felicidad nunca es completa para los pericos, que el domingo cayeron derrotados en el campo del Alavés por culpa de un gol muy tempranero de Denis Suárez y otro de Lucas Boyé, que se aprovecharon de los errores de un conjunto nada acostumbrado a cometerlos. Los vascos hicieron tener los pies en el suelo al Espanyol.

Y eso que de entrada, Manolo González sacó de titular Kike García, que había marcado tres goles en los dos últimos partidos que había disputado, y que es ídolo en el Alavés, equipo con el que marcó quince dianas el curso pasado. Mendizorrotza le recibió con honores, pero esta vez la ley del ex no valió. Bueno, sí, pero no con él, sino con el experiquito Denis Suárez –el Celta le estuvo ceder medio curso a Cornellà-El Prat–, que nada más empezar cazó un balón muerto dentro del área para hacer el primero tras una acción en la que la defensa visitante no fue lo suficientemente contundente.

Demasiadas equivocaciones del Espanyol

Se le volvía trabajo a los catalanes, obligados a remontar en el campo del equipo menos goleado de la Liga. También es uno de los menos goleadores, aunque ayer no lo pareció: antes del primer cuarto de hora Marko Dmitrovic había sacado ya dos pies salvadores para evitar que Lucas Boyé, primero, y Yusi, después, complicaran aún más la vida a los blanquiazules. El Alavés estaba barriendo a los pericos, desconocidos y desconectados de inicio. Jofre, incisivo por banda, se rebeló contra la salida en tromba de los locales, y una carrera suya en solitario acabó con un remate al palo en propia portería de Jonny. Antoniu Roca, Pere Milla y Edu Expósito también lo intentaron, con la misma suerte. El partido era otro; pese al marcador, los pericos mandaban en el juego y se acercaban al empate.

Pero un grave error de Rubén Sánchez, pardillo, que se complicó la vida en la salida de balón, comprometió aún más el partido para los pericos. Boyé le robó la bola e hizo el segundo. La cara de Manolo González lo decía todo. Ni el larguero de Cabrera, con un centro envenenado del capitán, cambió el rostro del entrenador gallego. Al descanso, zarandeó al equipo, hizo entrar a Roberto y Dolan, y cambió el sistema a un 4-4-2.

Precisamente, el delantero andaluz estuvo a punto de recortar diferencias en el primer balón que tocó, pero su lanzamiento se marchó ligeramente desviado. La segunda fue la buena: hizo el 2-1 con un brillante cabezazo tras un centro de Carlos Romero. Inmediatamente después, Kike García tuvo que retirarse del campo por un fuerte golpe en la rodilla. Fue muy aplaudido por la afición local.

Sin él perdió amenaza al Espanyol, que lo siguió intentando, sobre todo a balón parado. Pero el Alavés, que acabó con uno menos por la expulsión de Boyé y que es el único equipo de Primera División que no ha encajado en acciones de estrategia, se blindó e hizo imposible la remontada blanquiazul, que truncó su semana más feliz.