Alternativa a la violencia

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Stage Front desaparecerá de las gradas del RCDE Stadium.

Un grupo de peñas del Espanyol liderado por la Peña blanquiazul de Girona ha pedido al club que las entradas para el partido en el campo del Girona sean sólo para miembros de las peñas. Lo han hecho con tiempo (el partido es el fin de semana del 23-24 de noviembre) y, por tanto, tenemos polémica por unas semanas. La propuesta, sin contexto, es absurda. En contexto tiene todo el sentido del mundo.

No es más perico quien también es socio de una peña que quien lo es desde la militancia individual. Las peñas realizan un gran trabajo en todo el país, pero en términos cuantitativos representan una parte mínima de la comunidad perica. Son muy importantes porque visibilizan al Espanyol en poblaciones y comarcas en las que, de no ser por ellas, no habría ni rastro de nuestra existencia. Y son importantes porque contribuyen a romper tópicos malintencionados y falsos. Pasear por Verges o l'Escala y ver pericos de la Peña “Siempre pericos en el Empordà” que cada día de partido viajan a Cornellà hace una ilusión muy especial. Pero eso no quiere decir que tengan más derechos que un socio del Espanyol que quiera ir a ver a su equipo a Montilivi.

Ahora bien, detrás de su propuesta hay un motivo importante. Un grupo pequeño –pero ruidoso y violento– mancha el prestigio en cada desplazamiento. Con gritos y simbología fascista, tienen una actitud agresiva con las aficiones contrarias. Parte de ellas, también violentas. Pero esto no es excusa: a mí, lo que me ocupa y me preocupa es el Espanyol y su imagen. Y cuando estos violentos espanyolistas españolistas (la repetición no es un error tipográfico) nos avergüenzan en nuestra propia tierra, la vergüenza es doble. Porque tan grave es que sean violentos en Sevilla como en Girona. Pero Girona está casa, el campo de Girona está lleno de amigos y vecinos nuestros. Ellos son quienes reciben los insultos y las agresiones de un grupo que no nos representa. Por eso es necesario evitar que estos indeseables vuelvan a Montilivi. La propuesta de las peñas, creo, iba en ese sentido. Se debería poder encontrar una solución menos traumática y restrictiva. A menudo dudo que el club le ponga suficiente interés. En cualquier caso, suya es la responsabilidad. Muchos estamos hartos. Pero no desfallezcamos. Somos más y somos más civilizados. Ganaremos. Mientras esperamos esta victoria fundamental para el futuro del club, no nos olvidemos de las más inmediatas y menos problemáticas: después de perder con el Villarreal, ahora toca ganar (o puntuar) en el campo del Betis.

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