El Espanyol sigue sin saber que se está jugando la vida

BarcelonaDe tropiezo en tropiezo, el Espanyol sigue alejándose del ascenso. A los blanquiazules no se les puso muy bien marcar en el segundo minuto de partido al Martínez Valero, donde acabaron cediendo un empate (2-2). De hecho, desperdiciaron hasta dos ventajas en un partido en el que no demostraron haber aprendido de los errores cometidos en las últimas jornadas. Especialmente en el primer tiempo, el Espanyol mostró una imagen apática nada propia de un equipo que se está jugando la vida. De poco sirven los obstáculos de los rivales directos si no se hace el trabajo cuando toca. Un único triunfo en los últimos seis partidos es un balance totalmente insuficiente para un aspirante al ascenso en este punto de la temporada.

Puado marcó en el segundo minuto, pero el 0-1 desinfló el empuje de los de Manolo González, que no supieron leer el partido: se precipitaron con pelotazos largos cuando el Elche no presionaba y asumieron riesgos innecesarios jugando en corto cuando los ilicitanos empezaron a morder. Sin control de balón ni agresividad defensiva, el Espanyol cedió la iniciativa al Elche, que empezó a creérselo hasta encontrar el empate en un disparo de Mourad ajustado a la base del palo. A los blanquiazules les faltó tensión en los duelos y saber cómo atacar, ya fuera por fuera o por dentro. No saber amenazar con cierta continuidad implica conceder demasiado a sus rivales, un partido más.

El dominio de los locales estuvo cerca de encontrar un premio mayor. El Elche puso a prueba a un Joan García que evitó, con el cuerpo, el 2-1 en un centro envenenado de Josan. El público de Martínez Valero reclamó que el balón había entrado, pero el VAR, tras revisar la acción, mantuvo la decisión del árbitro de no dar gol. El Espanyol sobrevivió en el primer tiempo y acabó equilibrando el partido en el segundo. Fue, eso sí, más por demérito de los locales que por insistencia de los visitantes. Elche se relajó y lo pagó con un centro de Omar que Braithwaite, solo, remató a placer. El danés, máximo goleador de Segunda, lleva ya 20 goles este curso, el último de los cuales sirvió para dar esperanzas durante unos minutos. Pero el Espanyol, incapaz de controlar el partido, acabó cediendo el 2-2 en un centro mal defendido. Los empates no sirven a un equipo que no aprovecha los errores de los rivales directos y que terminará la jornada a la misma distancia del líder, cuatro puntos.