El Espanyol silencia merecidamente el infierno del Molinón

BarcelonaEl Espanyol puso la primera piedra para volver a Primera División en los play-off. Los blanquiazules silenciaron a un Molinón convertido en un infierno (0-1) en un partido en el que merecieron ganar, por ocasiones y dominio. El equipo de Manolo González supo controlar el partido, resistir en los momentos de mayor empuje local y marcar poco antes del final un gol que le dará una pequeña ventaja de cara a la vuelta.

La puesta en escena del Espanyol fue justo la que requería un partido de tan elevada trascendencia: agresivo y bien situado sin el balón, con constantes coberturas para recuperar deprisa la posesión, e intenso y dinámico en ataque para apretar los asturianos en su área y buscar intimidar a la portería de Yáñez. Los blanquiazules exhibieron una de las mejores versiones este curso, seguramente en el momento más necesario, si bien en la primera mitad les faltó algo más de clarividencia a la hora de repartir el último pase para abrir la lata.

Melamed, Puado, Jofre y Braithwaite avisaron con cuatro ocasiones, pero pocos remates acabaron entre los tres palos. La más peligrosa fue para Puado, que envió a las nubes un pase de la muerte de su socio danés en el segundo palo. Los asturianos generaron menos llegadas, pero también exigieron un par de estiramientos de mérito de Joan Garcia, que, definitivamente, se ha consagrado como el dueño de la portería del Espanyol. Los locales encontraron por el lado derecho, con Hassan, un auténtico puñal que constantemente atacaba la espalda de Pere Milla y se medía con velocidad con Cabrera. En más de una ocasión, al Espanyol le fue de poco que una de sus carreras no acabara en gol.

17 partidos consecutivos sin perder

Los asturianos no fueron tan dominadores como en el partido de la fase regular de la Liga, y eso que tuvieron detrás el empuje de un Molinón que se vistió de gala, con más de 25.000 espectadores, para convertir la visita del Espanyol en un auténtico infierno. El árbitro vasco González Esteban no se dejó llevar por la presión del ambiente. Los blanquiazules resistieron bastante bien los contragolpes del Sporting gracias a una atenta defensa de tres protegida por delante con Gragera y Bare. Un sistema que aportó solvencia y seguridad y que permitió alargar a 17 la racha de imbatibilidad de los espanyolistas. Una de las cosas que mejor hizo el Espanyol fue defender bastante lejos del área propia, una estrategia con la que envió un mensaje claro: los blanquiazules no tienen miedo a perder, sino ilusión para ganar.

Impulsado por los cambios realizados en la segunda parte, el Sporting fue creciendo a lo largo del segundo tiempo. Los asturianos olieron de cerca el gol en un remate a las nubes de Otero al inicio de la reanudación y en un contragolpe de Campuzano en el tramo final. Pero el Espanyol supo resistir. Fue más conservador en cuanto a los cambios, ya que Manolo González no quiso deshacer un sistema que estaba funcionando bastante bien. El técnico mantuvo el músculo en el doble pívot hasta casi el final del partido, y la apuesta resultó acertada. Y eso que Gragera, bastante silbado por su antigua afición, jugó todo el segundo tiempo acondicionado por una amarilla. Le acompañó un espléndido Bare, que hizo un despliegue físico extraordinario. El Espanyol celebra la ausencia de Braithwaite en la Eurocopa y también la del albanés.

Lo mejor que hizo el Espanyol fue no encerrarse en el tramo final, cuando el Molinón pedía algo más de empuje a un equipo al que no le sirve el empate al término de la eliminatoria. La falta de acierto en los remates la rompió Puado, que le dio el colmillo al Sporting en el minuto 88. El barcelonés se deshizo del portero tras recibir un excepcional pase filtrado de Braithwaite. Una pareja de oro arriba a la que el Espanyol se contagia para enfilar de nuevo el camino hacia Primera. Un pequeño pero muy valioso paso que habrá que confirmar el próximo jueves en el Stage Front Stadium. Un partido en el que habrá que volver a ser valiente sobre el césped y en el que el Espanyol necesitará igualar el ambiente en la grada.