Un gol maradoniano y mucho orgullo charrua dan aire al Espanyol

BarcelonaEl Espanyol respira, que le hace buena falta, con un triunfo tan necesario como el aire. Los blanquiazules derrotaron al Celta (3-1) en un partido en el que fueron de menos a más: empezaron persiguiendo sombras y acabaron generando avisos suficientes para llegar a ganar aún más cómodamente. Tres puntos de oro que sitúan a los espanyolistas con los mismos puntos que el Getafe, el equipo que marca la salvación, y que precisamente será su próximo rival.

Necesitaba ganar como fuera el conjunto de Manolo González, que iniciaba la semana cuestionado tras sumar siete derrotas en ocho jornadas, y la acabó emocionado, después de que la plantilla lo defendiera de forma pública y privada, y de ser ovacionado por el público del RCDE Stadium. Contra el Celta, en un partido de mucha paciencia, trabajo y orgullo, tuvo mucho que decir. De entrada, porque supo reaccionar a una media inicial que fue un monólogo de los de Giráldez con el balón, con posesiones de cerca del 80%. El Espanyol, replegado, esperó su momento. El plan de partido estaba claro: esperar atrás y sorprender al contragolpe. Una propuesta que resultó bastante efectiva, ya que los espanyolistas se mostraron bastante firmes detrás y, al mismo tiempo, generaron suficientes avisos de peligro.

Casi todos los protagonizó Jofre Carreras, que dispuso de hasta cuatro peligrosos remates, pero que no tuvo acierto en ninguna de ellas. El premio lo encontró Irvin Cardona, que hasta ahora siempre habían desplazado a la banda tanto a Véliz como a Cheddira. Pero viendo la falta de gol de estos dos delanteros, Manolo González apostó por el francés, que aún no había marcado en la Liga, y éste respondió firmando un gol maradoniano: recogió un pase de Cabrera –seguramente una de las asistencias más anecdóticas de la historia del fútbol– en el balcón de su área, puso en marcha la moto y recorrió en solitario 90 metros, hasta la frontal de el área rival, desde donde soltó un latigazo ajustado al palo. Le intentaron frenar a varios rivales, uno de ellos Ilaix Moriba, que le intentó coger de la camiseta, pero nadie le evitó y Cardona acabó resolviendo con un gran disparo. Y suerte, porque si no hubiera terminado en gol, más de un compañero pudo reprocharle el egoísmo. Si termina así todas las jugadas, bienvenido sea.

Sea como fuere, el Espanyol, que había tenido que currar duro hasta entonces sin el balón, empezó a poner el miedo en el cuerpo del Celta. Los vigueses seguían tocando, fieles a la idea que lleva meses implementando Claudio Giráldez, pero el peligro real le siguió generando el conjunto local. Al inicio de la reanudación, Cabrera dejó a Jofre ante Guaita con un pase largo sensacional, que rompía todas las líneas de los visitantes, pero el disparo del extremo, que intentó sorprender la posición avanzada del portero, no encontró portería . Poco después, el uruguayo halló premio a su gran partido en defensa y en fase creativa firmando el 2-0 a la salida de un córner. Remató primero de cabeza y recogió el rechace de un defensa, y envió el balón al fondo de la red con fuerza. Puro orgullo charla que el central contagió al resto de equipo.

Cheddira también ve portería

Jofre perdonó al tercero, en una volea desviada, y luego el Espanyol tuvo que activar el modo supervivencia. Durante bastantes minutos le sirvió mantenerse bien ordenado detrás, protegido por dos imperiales Kumbulla y Cabrera. La mejor señal, tras el naufragio en Montilivi, le mostró la actitud del equipo, que inmediatamente después de encajar el 2-1, en un penalti transformado por Aspas, no tembló y fue a por el tercero. Y lo encontró: un pase largo a Cheddira, otro que también necesita goles para recuperar confianza, que definió solo. Es la primera victoria blanquiazul de este curso por más de un gol de diferencia. Y puede marcar un punto de inflexión.