Ronald Koeman agota su crédito
La delicada situación económica y la viabilidad de encontrar una alternativa, factores determinantes en el futuro de un técnico que de momento no está sentenciado
BarcelonaEl Barça vuelve a estar roto. Como ya está siendo habitual en los últimos años, la frustración invade al equipo a final de curso. El empate contra el Levante es especialmente sangriento, no solo porque significa dimitir de la lucha por la Liga sino por cómo se produjo. En el Ciutat de València se vieron todas las carencias de un equipo en el que, a pesar de que Ronald Koeman tiene una gran cuota de responsabilidad, también hay jugadores que llevan tiempo saliendo en la fotografía de todas las derrotas de los últimos años. El holandés es uno de los principales señalados, pero la falta de liderazgo de los jugadores sigue siendo alarmante.
Con este escenario, el futuro de Koeman sigue siendo una incógnita. En menos de 48 horas, el técnico pasó de afirmar en la previa contra el Levante que se veía “siendo el entrenador la próxima temporada” a admitir, después del empate en Valencia, que entiende que se cuestione su continuidad. Pero Koeman defiende que todavía tiene un año de contrato y destaca el trabajo hecho para edificar “un Barça de futuro”. La pelota está en el tejado del presidente Joan Laporta, que, tal como avanzó Catalunya Ràdio, tiene previsto reunirse hoy con el holandés para hablar directamente con él sobre la bajada de rendimiento del equipo en los últimos partidos.
Laporta respeta el rol de icono azulgrana de Koeman, pero desde que gobierna ha preferido no asegurar públicamente su continuidad. Por ahora, desde el club no se plantean tomar ninguna decisión drástica a poco más de una semana para el final de la temporada. Hay varios factores determinantes que condicionan si se opta por un cambio de rumbo o no en el banquillo, como son la delicada situación económica de la entidad y la viabilidad real de contratar un alternativa que sea relevante.
Cuando el rumbo del equipo parecía alentador, el triunfo solvente en la final de Copa se convirtió en un buen aval para Koeman para defender su continuidad, pero la sensación de debilidad que está mostrando el equipo en este final de temporada acentúa las dudas sobre si el holandés es la figura más adecuada para seguir comandando el vestuario. De hecho, la continuidad de Koeman es un tema que ha generado debate desde el primer momento entre Laporta y su equipo, puesto que seguir una temporada más con el holandés significaría atrasar el hecho de comenzar un proyecto nuevo y romper con las herencias de Josep Maria Bartomeu.
Xavi, renovado por el Al-Sadd
Xavi es uno de los nombres que más gustaba, pero renovó hasta 2023 con el Al-Sadd. En caso de que el Barça le hiciera una oferta en el futuro, la desvinculación del club catarí sería factible. Otra alternativa posible sería explorar una fórmula similar a la que llevó a Pep Guardiola al primer equipo y que pasaría por despedir a Koeman y dar las riendas del banquillo a Garcia Pimienta, el técnico de un filial azulgrana que este fin de semana disputa el playoff de ascenso a Segunda División.
En todo caso, si Laporta sigue con el mismo talante de su primera etapa como presidente, la decisión final que se tome tendría que contar con un amplio consenso entre los miembros de su junta, y más tratándose de un decisión tan trascendental como es la de definir al entrenador. Una práctica que su antecesor en el cargo, Josep Maria Bartomeu, no acostumbraba a usar, puesto que cada vez se aferraba más al individualismo y a su pequeño grupo de escuderos.
Una reestructuración a medio camino
Koeman sale señalado por optar a menudo por planteamientos conservadores y cambios de difícil interpretación. Las derrotas recientes son las que están generando más debate, pero hay varios ejemplos. En el triunfo de fecha reciente contra el Villarreal, el equipo acabó sacando agua del barco a pesar de jugar contra diez, y con cuatro centrales encima del césped. También cuesta entender cómo se ha condenado al ostracismo a algunos jugadores que podrían haber sido útiles, como Riqui Puig o Pjanic.
A favor, el técnico puede sacar pecho de haber puesto en escena a muchos jóvenes, una cosa cara de ver en los últimos años en el Barça. Entre sus méritos también está el hecho de que parecía que, durante un tramo de la temporada, conseguía resucitar a un equipo que había recogido del escombro del 2-8 de Lisboa y sin poderlo modificar a su gusto.
Pero el desenlace del curso ha vuelto a demostrar que el Barça es un equipo muy frágil. Si antes estaba en los grandes duelos de la Champions cuando los síntomas salían a la luz, ahora el equipo ya muestra todas sus carencias y es incapaz de superar a rivales como el Granada o el Levante. Además de la figura del entrenador, la reestructuración de la plantilla que empezó el curso pasado con las despedidas de jugadores como Suárez, Rakitic y Vidal sigue a medias. La elevada masa salarial, con futbolistas renovados a precio de oro en la era de Bartomeu con contratos de larga duración, es uno de los principales obstáculos para seguir con una renovación necesaria del equipo.