CARRERAS DE MONTAÑA

De sufrir un ictus a correr veinte ultratrails: la historia de altruismo de Mario

Su objetivo es correr 3.000 kilómetros para recaudar fondos para los enfermos de ELA

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Mario Yllera durante una competición

BarcelonaCon el cuerpo delgado, pero fibrado, la gorra de visera plana y su particular barba blanca de más de quince centímetros, Mario Yllera (Madrid, 1969) mira la montaña con una mezcla de entre sacrificio y esperanza. Desde que en 2015 su vida se truncó, ha intentado rehacerse con más fuerza que nunca y, para reconstruirse, ha necesitado la montaña. "Ese año diagnosticaron ELA al hermano de mi mejor amigo y, además, murió mi mujer y madre de mis hijos. Fue un cúmulo de cosas en el momento en el que yo me estaba recuperando de un ictus que acababa de sufrir", explica pausadamente y recordando aquellos momentos tan difíciles. Han sido unos años complicados, de remontar, y con la pandemia Mario tomó una determinación: "Hago lo que llevo haciendo toda mi vida, una cosa tan sencilla como correr". El objetivo, sin embargo, no es nada fácil: completar veinte utratrails seguidas para recaudar fondos para combatir el ELA con el reto Pura Vida Challenge. La siguiente parada es la Salomon Ultra Pirineu que se celebra este fin de semana en Bagà.

Mario Yllera durante una competición.

"Cuando tomé la decisión el año pasado fue para intentar, con lo que yo sé hacer, que es correr, recaudar fondos para ayudar de una manera directa", explica Mario, ejemplo de altruismo puro. "Nunca nadie en el mundo ha intentado acabar veinte utratrails seguidas, pero yo no lo hago para conseguir un récord, sino por el hecho de ver hasta dónde puedo llegar y dónde me pueden llevar mi cabeza y mi cuerpo. A mí mi cuerpo me permite hacer esto, pero hay mucha gente que está sufriendo el ELA que no puede intentarlo. Quiero que lo que hago sirva para concienciar a la gente de la enfermedad y dar una brizna de esperanza a la gente que los rodea. Por desgracia para ellos, de las pocas cosas que se saben de la enfermedad es que tiene un final relativamente próximo", defiende el atleta, que ya ha llegado a mitad de su objetivo, unos 1.500 kilómetros.

Los metros recorridos por Mario son la mitad del trabajo por hacer, puesto que, a través de la web de Pura Vida Challenge y de la Asociación Española de la Esclerosis Lateral Amiotrófica, quien quiera puede adquirir estos kilómetros dando su valor íntegro a la investigación y a los enfermos de ELA. "Es necesario que la gente colabore, puesto que es para que una persona pueda sobrevivir una semana más, un mes más... Mucha gente que sufre ELA no tiene los medios económicos necesarios para poder llevar a cabo las operaciones necesarias o adquirir el material médico. Me duele que haya gente que, por su condición económica, no tenga posibilidades de sobrevivir. No te puedes quedar quieto ante esto. Las pocas cosas que pueda hacer, las haré para ayudar", admite mientras pide colaboración.

La preparación, elemento clave

Para conseguir recorrer los 3.000 kilómetros que tiene como meta, Mario está "enlazando cada semana o quince días las carreras". Además, la elección de las ultras no ha sido al azar, sino que el atleta ha buscado que "sean carreras que pidan un esfuerzo extra a nivel personal. "Por ejemplo, este fin de semana estaré en la Salomon Ultra Pirineu y el fin de semana que viene uniré las dos pruebes reinas de Madrid en dos días. Cuando atraviese la línea de meta de la primera, empezaré la segunda directamente", explica.

Mario Yllera durante una competición.

Las carreras por completar cada semana son solo una parte del reto de Mario, puesto que los entrenamientos para poderlo hacer en buenas condicionas son una parte vital del reto Pura Vida Challenge. Además de los kilómetros recorridos en las doce ultras que ya ha completado, Mario ha recorrido casi 5.000 kilómetros en sus entrenamientos por la sierra de Madrid. Compaginarlo con la vida familiar y laboral es otro reto añadido que lo obliga a hacer ciertos malabares. "Por desgracia, el día solo tiene 24 horas. Me levanto a las tres de la madrugada y entreno hasta las nueve. Siempre llevo una ducha portátil en el coche y donde me coja me ducho, y así puedo entrar a trabajar a las diez. Todo esto teniendo en cuenta que lo más importante son mis hijos. Todo esto está muy bien, pero lo primero son ellos. Una vez sus necesidades están cubiertas, me puedo dedicar a esto", explica Mario.

"Correr veinte utratrails es posible, pero no es sano. No le puedo recomendar a nadie que lo haga. Me lo planteo como una manera de dar esperanza a las personas que han sufrido ictus, como yo, o enfermedades muy complicadas. Hay que tener mucha fuerza de voluntad, pero puedes salir de ello. El músculo más fuerte que tenemos es el cerebro, y en las carreras la cabeza cuenta un 90%, y el resto es el cuerpo. Es todo una cuestión de mentalidad y de apostar por las cosas", explica Mario, que pone por delante ayudar a los que más lo necesitan de manera totalmente altruista.

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