Música

Bad Bunny: ¿quién y qué se esconde detrás de ese fenómeno musical?

Analizamos la vida y la obra del artista puertorriqueño que en menos de 24 horas vendió 600.000 entradas para sus conciertos programados para el próximo año en Madrid y Barcelona

Bad Bunny en una imagen reciente
Música
31/08/2025
7 min

BarcelonaJulio Iglesias, Luis Miguel, Shakira, Juan Gabriel, Ricky Martin. Existe una larga lista de cantantes latinos que en el último medio siglo han coleccionado cifras descomunales, especialmente en Estados Unidos. Eso sí, aunque los números les hayan acompañado sin paliativos, no siempre han gozado del prestigio de sus homónimos anglosajones. Ha tenido que llegar una nueva generación y la era de la música urbana para destruir las barreras y prejuicios culturales que, históricamente, les habían frenado. De toda la nueva hornada, lo primero que ha puesto de acuerdo a un público masivo, universal y transversal con la crítica especializada es Bad Bunny.

El puertorriqueño no sólo es un artista adorado por los entendidos, también ha conseguido un hito hasta hace no muy impensable, sea del género que sea: vender en un tiempo récord 600.000 entradas para sus doce conciertos programados para el próximo año en Madrid y Barcelona. Puestos a realizar cálculos extremos: en caso de que todos los asistentes a estos shows fueran de nacionalidad española, un 1,28% de la población estatal vería a Bad Bunny en directo durante la primavera de 2026. Así de mastodóntica es su fama y poso cultural. ¿Pero quién y qué se esconde detrás de este fenómeno?

Benito Antonio Martínez Ocasio, nacido en Vega Baja, Puerto Rico, en 1994, es el nombre real de este genio contemporáneo. Hijo de un camionero y de una maestra de escuela pública, antes de convertirse en uno de los grandes iconos del siglo XXI, Bad Bunny, que se hace así debido a un disfraz de conejo que le compraron sus padres de pequeño, no creció en una familia ni adinerada, ni con ínfulas artísticas. Su vida transcurrió con cierta normalidad hasta 2016, cuando siendo estudiante de comunicación audiovisual y ocasional empaquetador de supermercado le llegó la oportunidad que estaba esperando.

Un éxito viral

Su inicio es calcado al de otros artistas con grandes carreras musicales de estos últimos años, como Billie Eilish y Lil Nas X. Son artistas que consiguieron viralizar una canción de la nada, sin padrinos ni plataforma promocional atrás. Hasta entonces, Benito sólo era un aficionado a la música que publicaba temas en SoundCloud de forma independiente, como hacen miles de jóvenes todos los días en todo el mundo. Pero al contrario de lo que ocurre en la mayoría, él hizo diana. A principios de ese año publicó la canción que le cambiaría la vida para siempre, Dilas. Este sencillo, próximo a las sonoridades trap que entonces vivían su gran momento de eclosión, se movió con rapidez por internet y llamó la atención del productor DJ Luian, quien la historia recordará como su gran descubridor.

Bad Bunny en una imagen promocional.

Una vez posicionado, y aprovechando el contexto de auge de la música latina maridada con el género urbano –reggaeton, trap, pop–, su carrera ha sido fulgurante. Cuando alguien sube tan alto y tan rápido debe tener un talento fuera de lo común, hecho más que demostrado por Bad Bunny, que ha aplicado a sus decisiones empresariales, nunca precipitadas ni erráticas, la originalidad y el ingenio que demuestra en sus canciones. Tras el éxito de ese debut logró entrar en las listas con un nuevo sencillo, Soy pitjor, en el que acabaron colaborando J Balvin, Ozuna y Arcángel. Un año después, en 2018, fue el turno del primer número 1 mundial con Y like It, cantada con Cardy B y J Balvin. Fue el inicio de una larga lista. Ese mismo año publicó X 100pre, el primer disco, en el que ya aparece Drake, una estrella global y un referente enorme en Norteamérica.

Consolidado como un artista de referencia a escala mundial, Bad Bunny formó parte del cartel del festival Sónar de Barcelona, ​​pero lo mejor estaba por llegar: entre 2020 y 2025 publicó cuatro discos –YHLQMDLG, Un verano sin ti, Nadie sabe lo que va a pasar mañana y DEBERÍA ECHAR Más FOTOS– que se convirtieron el número 1 en Estados Unidos y en España. Este dominio de la industria y su influencia en todo lo que toca le han convertido hoy en el artista masculino no anglosajón más importante del mundo. Bad Bunny convierte en oro todo lo que toca y logra que cada lanzamiento sea un evento. También es uno de los hombres mejor rodeados del mundo, ya que en su círculo de amistades se encuentran desde las Kardashian (fue pareja de Kendall Jenner) hasta Javier Bardem, Penélope Cruz, LeBron James y Kylian Mbappé.

Ciñiéndonos a la vertiente musical, Bad Bunny es un prodigio de la canción moderna, un creador a la altura de cualquier otro compositor legendario y el autor de algunos de los mejores estribillos de los últimos años. El puertorriqueño ha sabido ampliar el espectro de la música urbana y adaptarlo a los más escépticos, todo ello mientras construía un universo realmente particular a base de canciones pop cantadas con una voz muy característica y unas letras que hablan exactamente de cómo y qué quieren los jóvenes de hoy. Además, se ha enfrentado sin titubear con el clasismo que históricamente ha acompañado al reggaeton y la música latina, vistos por una parte de sociedad blanca como un género menor. Martínez Ocasio ha sabido rebasar prejuicios y géneros. "Yo no soy un artista urbano, soy un artista universal", ha dicho. Así se entiende su último disco, un guiño nada disimulado al mítico sello neoyorquino de salsa Fania Records ya músicos como el trombonista Willie Colón y el cantante Héctor Lavoe. Benito ha pasado todas las pantallas de la música urbana hasta llegar a hacer el pop latino más transversal de la actualidad.

El artista del siglo XXI

En 2020, cuando Bad Bunny ya era uno de los músicos más relevantes del momento, después de publicar YHLQMDLG, el suplemento cultural del New York Times le dedicó una entrevista que, según la autora, Carina del Valle Schorske, había durado más de seis horas. Y es que él siempre tiene muchas cosas que decir. La periodista alertaba al lector desde la primera línea: "Bad Bunny ha llegado a dominar el pop global en sus propios términos". ¿Pero cuáles son sus términos? Música aparte, en la que el viento ha rematado a su favor, uno de sus puntos fuertes ha sido el hecho de tener una imagen pública canónica con lo que pide la audiencia.

Aunque no se haya librado de acusaciones de misoginia por algunos de sus textos, Martínez Ocasio ha sido un referente de lo que se conoce como las nuevas masculinidades. No sólo ha delatado abiertamente al machismo dentro del género y la industria, sino que también ha sabido hacer autorreflexión -"Me pongo celoso sin razón y eso es machismo", canta en Un verano sin ti– y romper con una estética demasiado imperante dentro del género urbano. Benito se pone falda, se pinta las uñas y denuncia sin paliativos la transfobia y las relaciones de género tóxicas. Este tipo de posicionamientos lo conectan directamente con la generación Z y le han convertido en un referente más allá de la música. De hecho, actualmente, y después de tantas decepciones, parece necesario saber que nuestros ídolos están más o menos limpios para quedarnos tranquilos. Entre artistas con fama de misóginos o racistas como J Balvin, Maluma y Nicky Jam, Bad Bunny ha ido articulando un discurso abierto, comprometido, coherente y contemporáneo.

Bad Bunny.

Además, posicionarse políticamente es absolutamente necesario para ser hoy un artista global. En el ámbito local, fue uno de los artistas que levantaron la bandera contra el gobernador de Puerto Rico Ricardo Rosselló. No le bastaba con haber participado en las movilizaciones ciudadanas que pedían su dimisión, así que, cuando finalmente plegó, hizo una canción para celebrarlo junto con Residente (Calle 13). Del siguiente líder tampoco se hizo demasiado amigo, sino todo lo contrario: fue un constante quebradero de cabeza para Pedro Pierluisi, que fue vilipendiado públicamente por Benito, que no dudó en cantar "no me quiero ir de aquí, que se vayan ellos" en la canción El apagón. Aparte de su tiria por el Partido Nuevo Progresista puertorriqueño, y el estatus colonial de su casa, se ha mostrado abiertamente contrario al conservadurismo católico y criticó a Donald Trump en el programa de Jimmy Fallon de la NBC.

Un fenómeno global

En pleno 2025, la concepción de artista generalista ha dejado paso a los de grandes nichos. Aunque obviamente tenemos estrellas pop muy conocidas –The Weeknd, Miley Cyrus, Bruno Mars, Lady Gaga–, cuesta encontrar figuras que de forma unánime sean conocidas en cada rincón del planeta. ¿Qué nuevos artistas son populares de la forma transversal e internacional que lo eran Michael Jackson y Madonna en los años noventa? Aparte de algunos tótems de otras generaciones –Bruce Springsteen, Coldplay, Beyoncé–, seguramente sólo Taylor Swift tiene ese rango hoy en día. El mérito de Bad Bunny es ser un artista que se le está acercando. Y es aún más especial por tratarse de un artista que no canta en inglés.

Bad Bunny ya ha superado en varias ocasiones los 100 millones de oyentes mensuales en Spotify, ya menudo es uno de los tres artistas más sentidos de todo el mundo. En la plataforma reina del estríming, Benito fue el primer artista de habla hispana en ser número 1 durante tres años seguidos. Puestos a compararse con otros nombres indiscutibles, la gira de World's Hottest Tour, de hace dos años, fue la más taquillera a escala global de ese año: superó a artistas como Ed Sheeran y Coldplay y se convirtió en la más lucrativa jamás hecha por un artista latino en Estados Unidos, con más de 88 millones de dólares.

En esta nueva manera de entender el consumo musical y de reposicionamiento del estatus del músico popular, absolutamente fragmentado, Bad Bunny ha conseguido arrasar prácticamente con todo y convertirse en un artista que está rompiendo récords y logrando ser el artista latino definitivo.

Eso sí, todavía hoy, a pesar de todo y con tantos datos a su favor, no es difícil toparse con comentarios de desprecio hacia él y su obra por el hecho de hacer música urbana y hacerla en español puertorriqueño. Martínez Ocasio canta orgulloso Nuevayol –en vez de Nueva York– y veldá –en vez de verdad–. Si ha llegado hasta el final de este texto y sois de esas personas que aún no ha entrado en el universo de Bad Bunny, el consejo que le daría sería, sobre todo, que lo escuchara. Y que le escuchara con las orejas bien abiertas. The times they are a-changin, que decía aquél.

Una fotografía de Puerto Rico

Estrenado el 5 de enero de este año, DEBINO ECHAR Más FOTOS (escrito con esta combinación de minúsculas y mayúsculas) ha sido, de momento, el álbum más exitoso en cuanto a escuchas online aparecido en 2025. Sólo la sempiterna Taylor Swift, que no ha sacado ningún trabajo rastro de un Bad Bunny en absoluto estado de gracia. A las pocas horas de ver la luz, su nuevo catálogo de canciones ya había puesto de acuerdo a toda la crítica: posiblemente sea el mejor disco de Martínez Ocasio. O por lo menos el más rico en géneros e influencias.

La riqueza de un álbum puede ser una opinión subjetiva, pero no lo es el viaje que ha realizado su protagonista. Bad Bunny se hizo estrella fijando la vista en sus orígenes, en Puerto Rico, y, en vez de irse desclasando, en este disco se ha centrado más que nunca. "Cuando estás lejos es cuando mejor aprecias las cosas", decía Bad Bunny en su última entrevista en New York Times , que destacaba en el titular que había hecho su disco "más puertorriqueño". Y así es desde la cubierta, presidida por dos sillas vacías como símbolo de la gentrificación de Puerto Rico, uno de los temas centrales del disco. Hay una canción – Lo Que Pasó en Hawái – que habla abiertamente, y él se manifiesta constantemente: "Quieren tomarnos las playas… Vienen las casas… Y nadie se entera de lo que está pasando aquí", explicaba a Forbes , donde remarcaba que no es un problema únicamente económico, sino también "cultural y de identidad".

Las referencias en su país son constantes, en el pasado –incluyendo textos sobre la historia de Puerto Rico– y en el presente, no sólo en las denuncias, sino también en la inclusión de nuevos artistas del país, bastante desconocidos hasta ahora en Catalunya, y que colaboran en DEBÍ TiRAR Más FOTOS . Es el caso de RaiNao, los hermanos Aldorondo, Chuwi y Omar Courtz.

Lo paradigmático es que Bad Bunny ha logrado su triunfo más rotundo con el disco que más se enfoca en la localidad. El motivo también debe encontrarse en el tipo de canción. En un momento de cierto estancamiento de la música urbana, Martínez Ocasio ha sabido abrir el abanico musical y tirar hacia la salsa –el disco se abre con NUEVAYoL y un sample del clásico Un verano en Nueva York , de El Gran Combo, y hay referencias a artistas de la Fania, como Willie Colón y Héctor Lavoe– y dembow, reggaeton, disco y house. De forma indirecta también hay presencia catalana, ya que se cita a Rosalía en una canción – Voy a quitarte pa' PR – y en Weltita canta un verso de La flaca , de Jarabe de Palo.

Sólo unos meses después de salir, DEBÍ TIRAR Más FOToS ya es uno de esos discos que han llegado para quedarse y aparecer en las clásicas listas de discos históricos que debes escuchar antes de morir.

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