Una casa para deshacer esquemas: con tres volúmenes y tres patios, el aire corre libre
Casa tres patios (Albons, Baix Empordà). TWOBO Arquitectura
No es una casa para la que entiende el habitar como una sucesión de espacios convencionales. Ni para quien busca el confort dentro de unas coordenadas previsibles. a formas nuevas de vivir. Se accede como si se llegara a un pequeño mundo cerrado, como un pueblecito protegido por un muro que recorre casi todo el perímetro del solar.
Dentro de esta envolvente, la vivienda se despliega en tres pabellones y tres patios, una fragmentación querida que propone una vida en tránsito, sin jerarquías, sin ejes dominantes. La casa es casi un paisaje doméstico. Los pabellones, de materiales ligeros y cálidos, se alternan con espacios abiertos que nunca son residuales: son estancias tan esenciales como cualquiera del interior. Existe una arquitectura del vacío, del aire, de la luz que atraviesa.
Los tres patios son ámbitos de carácter propio. El primero es una plaza mediterránea: encontramos un árbol que da sombra, una glicinia que escala la estructura y una mesa de piedra para compartir comidas, conversaciones, ratos largos. El segundo patio evoca el impluvium romano -en una referencia sutil pero potente a la proximidad de Empúries-. Una balsa con vegetación sirve para refrescarse y refresca el ambiente. El tercero es un huerto de aromáticas, un jardín productivo y fragante que redondea la idea de una casa viva, en constante contacto con la naturaleza.
El paisajismo, obra de DA.CH, no sólo acompaña a la arquitectura, sino que la explica y la enriquece. Tanto es así que el jurado de los Premios de Arquitectura de las Comarcas de Gerona otorgó una mención a la casa y, además, la distinguió con el premio principal de estrategia paisajística. El encaje con el lugar, la lectura del clima y del contexto y la naturalidad con la que se ha insertado la vegetación hacen de cada patio una estación de un recorrido cambiante, nunca repetido.
Todo en la Casa Tres Patis se mueve de forma abierta. Los interiores, que podrían ser independientes pero se conectan con fluidez, permiten que la vida se escalone: quizás hay una zona para trabajar, otra para descansar, otra de las partes es encerrada en sí misma. pasillos pero hay caminos, diferentes maneras de llegar y de estar. Los materiales acentúan esta dicotomía entre el exterior y el interior. filtro, como mediación entre el dentro y el fuera, entre el lleno y el vacío. No sólo protege del sol o de las miradas, sino que contribuye a la sensación de que todo es poroso, en tránsito.
Hay ecos de la Ricarda de Antonio Bonet en la actitud libre con la que se concibe la vivienda; y ecos de las Case Study Houses en su condición experimental, en la ruptura con la idea de casa como contenedor. Para los de Twobo, el habitar puede descomponerse, fragmentarse y recomponerse con libertad. No es una casa para albergar una vida preestablecida: es una casa que pide nuevas formas de vivir. No es poco.
Como un pueblecito
Con la fragmentación de la casa en tres pabellones y con tres patios como estancias para una vida que pasa entre el exterior y el interior, esta obra de Twobo en Albons es como un pueblecito donde los habitantes se mueven libres y siempre en contacto con la naturaleza que cuidan.