Jugadoras: por primera vez, más mujeres disfrutan de los videojuegos
Analizamos el perfil de los jugadores y otras cifras del sector a partir de los datos del anuario de la AEVI (Asociación Española de Videojuegos)
Un sector enorme
Es bastante habitual desde hace unos años que la recaudación del sector del videojuego sea mayor que la de otros formatos de entretenimiento como la música o el cine. Aparte, pese a la crisis que experimenta la industria pospandemia, la facturación de los videojuegos en España sigue al alza.
Sin embargo, la facturación creciente contrasta con el descenso de unidades vendidas, tanto de consolas y accesorios como de videojuegos en sí. El decrecimiento de las ventas de maquinaria puede deberse al momento generacional y al ciclo de vida de las consolas de las principales empresas. Por ejemplo, habrá que ver el próximo año el impacto del lanzamiento de la nueva consola de Nintendo, ya que el modelo vigente lleva al mercado desde 2017.
Por último, en cuanto al volumen de videojuegos vendidos, la disminución de la cifra total puede justificarse por un auge de los servicios de suscripción, similares a las plataformas de estríming. Estos servicios ofrecen grandes catálogos de títulos –y mucha cantidad de horas de entretenimiento–, sin que el usuario tenga la necesidad de comprar un juego en sí.
Tendencia hacia lo digital
Como ocurre en tantos otros ámbitos en la vida, la industria del videojuego cada vez es menos tangible y ata su facturación a gastos virtuales. La facturación digital ya representa dos terceras partes de la facturación total, y la tendencia es progresiva y contundente año tras año, lo que fortalece el comercio online y los juegos digitales.
La caída de las ventas de hardware puede estar ligada a factores como los que mencionábamos antes, pero la caída del juego físico es una sombra que lleva tiempo planeando sobre el sector, aparte de infundar terror entre los jugadores con un perfil más coleccionista. Las tiendas digitales, las aplicaciones de móvil y las suscripciones a servicios online siguen creciendo significativamente.
Más jugadores, y más mujeres que hombres
Aunque no todas las cifras de ventas aumentan, la de las personas que juegan a videojuegos no tiene freno. Los 22,1 millones de jugadores en España en 2024 equivalen a casi la mitad de la población según el INE, o lo que es lo mismo: 1 de cada 2 personas juega a videojuegos. Un hecho destacable y que rompe un estigma habitual es que, pese a haber bastante paridad de género, por primera vez se han registrado más mujeres entre los aficionados a los videojuegos.
La edad de los jugadores
Sin tener en cuenta el género, los datos indican que la gran mayoría de los jóvenes son aficionados a los videojuegos, sobre todo en la franja de los 11 a los 24 años, en la que las cifras superan el 90%.
Si bien la tendencia parece ser que con la edad se abandona esta afición, hay que tener en cuenta que hablamos de un medio relativamente joven y que las mayores generaciones nunca han acabado de adquirir el hábito de jugar a videojuegos. Por otra parte, la tendencia de compartir el videojuego con su familia es un dato que ha crecido mucho en los últimos años: ha aumentado incluso más del doble. El dato más reciente dice que 4 de cada 5 progenitores comparten los videojuegos con los pequeños de la casa.
Hábitos y plataformas
Si nos adentramos más en los hábitos de estos jugadores, podemos ver que el móvil se alza como la plataforma más extendida para jugar, pero no lejos de las consolas. Hay que tener en cuenta que algunos jugadores pueden ser usuarios de distintas plataformas y que se contabilizan en más de un porcentaje.
Si hablamos del tiempo de juego medio, en España se dedican unas 8,2 horas semanales, o lo que equivaldría a poco más de una hora diaria. El dato difiere por género, y muestra que son ellos los que dedican más tiempo de media. Hay que tener en cuenta también la frecuencia de juego, ya que algunas personas sólo juegan esporádicamente a lo largo de un mes y otras invierten horas de esparcimiento diarias.
Finalmente, en otros países europeos, las horas aumentan de forma significativa en los territorios más nórdicos, posiblemente porque el frío no permite hacer tanta vida en la calle España parece no diferir de la media mediterránea, aunque en la península Itálica es donde menos tiempo dedican al juego.