De la zanahoria de 10 kilos a un perro de 9 centímetros: una recopilación de algunos de los récords Guinness más curiosos

En 1951, después de haber salido de cacería, Sir Hugh Beaver y sus amigos se animaron en una apasionada discusión sobre cuál era el ave de caza más rápida. No lograron sacar una conclusión clara, porque no había ningún libro que recopilara una lista oficial de esta proeza. Resulta que Beaver era el director general de la cervecería Guinness, y esa discusión en un pub en el contado de Wexford le llevó a encargar un libro de hechos y cifras que en un principio estaba pensado como una campaña de promoción de la cerveza Guinness.

El libro que escribieron Norris y Ross McWhirter, dos hermanos gemelos investigadores, fue un éxito de ventas total. Confirmó la afición (irlandesa y mundial) por las listas y por las proezas. Guinness Superlatives se constituyó el 30 de noviembre de 1954, con una oficina abierta en un gimnasio reformado en Londres. Hoy en día, Guinness World Records es una marca global, con oficinas en Londres, Nueva York, Pekín, Tokio y Dubai, embajadores de marca y jurados sobre el terreno en todo el mundo. Cada año recogen las solicitudes de miles de personas que dicen haber conseguido o documentado un hito extraordinario. Ellos la verifican y, de confirmarse, la incluyen en su lista, hoy virtual y en constante evolución.

De aquella ave de caza (parece que sería el pico de sierra medio) hemos pasado a récords imposibles, como el fideo más largo del mundo, el mayor número de gente abrazando árboles, y otros hitos que, en algunos casos, rozan el absurdo. Pero todavía hoy son un éxito de audiencia absoluto. Aparecer en el Libro Guinness de los Récords es el sello definitivo. El mojón de los mojones.

Algunos de los récords más curiosos

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