Banca

Botín, la banquera mejor pagada de Europa, reclama que no haya límite a las primas

La presidenta del Banco Santander reclama que se elimine el tope a la retribución variable de los financieros

Barcelona"Es un negocio donde deberías ser compensado de forma variable, así que creo que son buenas noticias para el sector, tiene mucho sentido". Es la valoración de la presidenta del Banco Santander, Ana Botín, respecto a la decisión adoptada recientemente en Reino Unido de desregular los límites a la remuneración variable de los banqueros. Sus palabras, pronunciadas en una entrevista al británico Financial Times, dejan entrever la petición con respecto a la Unión Europea, donde estos topes en las primas de los grandes financieros siguen vigentes.

La Autoridad Bancaria Europa (EBA) establece que la retribución variable por consecución de objetivos de los banqueros o primas no puede exceder del 200% de la remuneración fija. Así, si un banquero gana 500.000 euros de sueldo fijo, en la UE no puede cobrar de prima más de un millón de euros. Para hacerlo posible, se debe consultar a los accionistas.

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Según Botín, permitir que el tope del variable desaparezca es "positivo" y supone un mejor alineamiento entre los intereses de los gestores y los de los accionistas. ¿Por qué esa opinión es polémica? ¿Por qué se había situado el tope? Para entenderlo, es necesario ir a ver las últimas crisis.

La Gran Recesión de 2008, propiciada por la imprudencia con la que el sector financiero se lanzó a financiar hipotecas y promociones inmobiliarias, estuvo a punto de poner fin al conjunto del sector bancario español. De hecho, barrió las cajas de ahorros, que no tenían posibilidad de realizar ampliaciones de capital. En esa época se cometieron disfunciones de todo tipo a la hora de gestionar las entidades; una de las más habituales era que los responsables de riesgos (los que determinan si un crédito puede darse o no) eran subordinados de los responsables comerciales.

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Para entender la imprudencia de las entidades hay que pensar, en primer lugar, que todo el sector en pleno transitaba ese camino que acabaría en el barranco, pero que daba jugosos beneficios. De hecho, el año 2007 sigue siendo el mejor año de la historia de la banca española en ganancias. Pero, en segundo lugar, hay otro factor que los reguladores detectaron más tarde: que muchos directivos bancarios tenían incentivos salariales para actuar de forma arriesgada, menospreciando incluso la posibilidad de entrar en crisis bancarias, ya actuar pensando en el corto plazo. Allí propició un primer recorte a las primas de los banqueros y se insistió mucho en la posibilidad de que los variables se otorgaran en función de la situación de los bancos varios años después de las decisiones que se habían tomado.

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El segundo factor que puso las primas en el punto de mira de los reguladores fue la crisis de la pandemia. En 2020 el Banco Central Europeo, la Comisión Nacional del Mercado de Valores y varios inversores pidieron a los directivos que fueran prudentes en sus retribuciones (además de, durante un tiempo, cortar los dividendos).

Los sueldos de los banqueros han propiciado incluso críticas de sectores de orden dentro del gobierno español, como es el caso de la ministra de Economía, Nadia Calviño, que en enero, en su campaña para defender el impuesto a la banca, cuestionó los sueldos de los grandes directivos del sector. En el caso concreto de Ana Botín, la información del Santander es explícita: ganó 11,7 millones de euros y repitió como la financiera mejor pagada de España y también del conjunto de la banca europea.

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