Deshielo entre Oliu y Torres en plena toma de posesión de Escrivá
El nuevo gobernador del Banco de España pide una reforma de la ley para dotar de mayor "autonomía" al organismo
MadridTodo estaba listo en una de las salas del Banco de España para que empezara la toma de posesión de José Luis Escrivá como nuevo gobernador del organismo supervisor, un cambio que no ha estado exento de críticas por su reciente paso por el gobierno de Pedro Sánchez. Este martes al mediodía, técnicos del banco, economistas y políticos, así como representantes del mundo sindical y empresarial, han ido hasta la sede del ente para acompañar al flamante gobernador y despedirse de quien lo ha sido en los últimos seis años , Pablo Hernández de Cuerpo. Sin embargo, entre el público no ha pasado desapercibida la presencia de los máximos directivos de la gran banca española. En particular, del presidente del Banc Sabadell, Josep Oliu, y el presidente del BBVA, Carlos Torres, que han aprovechado la ocasión para mostrar deshielo, hasta el punto de que han eclipsado el arranque del acto.
Además de la foto entre Oliu y Torres, la segunda que se hacen en público desde que el banco bilbaíno lanzó la opa hostil sobre el Sabadell, el momento ha sido protagonizado por un apretón de manos, palmaditas en el espalda y una corta pero distendida conversación sobre las vacaciones de verano. Oliu y Torres rompieron así con la escalada en la que había entrado la guerra abierta entre ambas entidades desde que el BBVA lanzó la opa. O al menos lo han conseguido momentáneamente. De hecho, el último choque público lo protagonizó hace menos de 10 días el consejero delegado del Sabadell, César González Bueno, al afirmar que la opa había "descarrilado".
"Ya nos reuniremos", les ha comentado Escrivá a los dos primeros espadas de las entidades cuando, al finalizar el acto, se han acercado a darle la enhorabuena por el cargo. Lo mismo han hecho el resto de máximos responsables de la gran banca presentes en el acto: Ana Botín, presidenta del Banco Santander, y José Ignacio Goirigolzarri, presidente de CaixaBank.
Aunque el Banco de España ha bendecido la opa, es uno de los frentes que el flamante gobernador tiene por delante, sobre todo porque abre la puerta a un cambio profundo en lo que respecta al sector bancario español. En cualquier caso, ahora la patata caliente de la operación está sobre la mesa de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) y de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). En el sector se da por sentado que la cosa va por largo. "Paciencia", exigía hace unos días la presidenta de la CNMC, Cani Fernández.
Más autonomía e independencia
Sin embargo, Escrivá ha iniciado el cargo de gobernador haciendo bandera de la independencia del organismo y, de hecho, ha prometido más autonomía. Lo cierto es que el máximo responsable asume el cargo después de haber recibido fuertes críticas por el salto que ha dado desde el ejecutivo de Pedro Sánchez, del que ha sido ministro en los últimos años, primero de la Seguridad Social y más recientemente de Transformación Digital. De hecho, lideró la reforma de las pensiones de la pasada legislatura, cuya sostenibilidad ha sido cuestionada justamente por el Banco de España.
El exministro socialista ha explicado que pretende llevar a cabo una reforma de la ley para dotar de mayor autonomía al Banco de España. Para analizar el cambio normativo, Escrivá ha explicado que se creará un grupo de trabajo liderado por la consejera Lucía Rodríguez. "Parece razonable reflexionar sobre la conveniencia de introducir modificaciones en la ley de autonomía pasados estos 30 años [desde que se aprobó la norma]. Y así lo cree el consejo de gobierno del Banco, que en su primera reunión va decidir constituir el grupo de trabajo", ha explicado Escrivá. Fuentes del organismo supervisor no descartan que entre los cambios que se puedan realizar se plantee retocar el sistema de nombramiento del gobernador, que actualmente tiene el mandato limitado a seis años.