Complicaciones para el campo, ventajas para la industria: los efectos en Cataluña del acuerdo con el Mercosur
El entendimiento comercial todavía no tiene fecha de entrada en vigor y su impacto, que se notará más a largo plazo, se prevé que sea desigual
BarcelonaEl acuerdo comercial que la Unión Europea (UE) y los países del Mercosur (Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay) han materializado este viernes es todo un hito: llevaba cinco años congelado y 25 que se negociaba. Y esto se explica, principalmente, por el desacuerdo de países como Francia, que se ha opuesto por varios motivos, o Italia, que ha puesto muchas condiciones para firmarlo. Detrás de esta oposición existe un sector en concreto: los agricultores. "No debemos importar lo que prohibimos en Francia", se podía leer hace unas semanas en un cartel colgado en un tractor, durante una protesta de agricultores franceses. Un temor que comparten con otros agricultores europeos, como los catalanes, que a principios de año salieron a protestar ya por los bajos precios que se pagan en el sector primario.
Ahora, con la rúbrica hecha realidad, que llega con unas cifras grandilocuentes –el nuevo acuerdo creará un mercado conjunto de más de 780 millones de personas y se calcula un ahorro de 4.000 millones de aranceles a los europeos–, la pregunta es qué consecuencias tendrá este acuerdo en Cataluña. Lo cierto es que este tratado comercial va mucho más allá del campo y, de momento, sólo se ha dado un primer paso de un proceso que durará años. "Es previsible que los efectos sean relevantes, pero el acuerdo tendrá una implementación muy lenta por una cuestión política –falta la validación del Parlamento Europeo y también de 15 países con al menos dos tercios de la población europea–, así como de los mecanismos propios de 'este tipo de acuerdos. Los efectos llegarán en un período de tiempo largo, de 10 o 15 años", explica al ARA el presidente de la comisión de economía catalana del Colegio de Economistas de Cataluña, Josep Reyner.
¿Cuáles serán los efectos?
Por el momento, el gobierno español ha asegurado que es el "hito más importante" en política comercial exterior de España y la Unión Europea (UE) en los últimos años. Entre los motivos está la creación del mayor área de libre comercio de mundo, lo que ofrece a las empresas –también las catalanas– oportunidades de comercio e inversión. "La apertura comercial con nuestros países hermanos latinoamericanos nos hará a todos más prósperos y fuertes", decía el presidente del ejecutivo español, Pedro Sánchez, en un mensaje a X esta tarde. El ministro de Economía, Comercio y Empresa, Carlos Cuerpo, y el de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, han hecho publicaciones en la misma línea: "España gana", ha sentenciado este último en X.
Sin embargo, estas valoraciones no coinciden con las del sector agrario catalán, que hace tiempo que manifiesta su preocupación. "No entendemos la bendición que ha hecho el ministro de Agricultura diciendo que favorecería a diferentes sectores. Que nos explique a cuáles. Se ha negociado de espaldas al sector –explica al ARA el presidente de Asaja Lleida, Pere Roqué– . Hagamos una valoración totalmente negativa", concluye. Tanto es así que ya han avisado de que protestarán el próximo 16 de diciembre ante el ministerio de Agricultura, en el que quieren mostrar su rechazo a la entrada de productos de terceros países. Ante esta inquietud, fuentes del Departamento de Agricultura han explicado que velarán por que se garantice el cumplimiento de la normativa europea y que defenderán el sector en Europa. "Más allá de este acuerdo, el Departament seguirá dando su apoyo pleno e incondicional a los productores catalanes", añadieron.
Impacto en la carne, los cereales y la fruta
Lo cierto es que este nuevo acuerdo tendrá consecuencias en distintos productos básicos de la industria alimentaria, como la carne, los cereales y la fruta. En el primer caso, asegura Roqué, este acuerdo supondrá una mayor entrada de carne de los países del Mercosur, especialmente de Argentina, que tiene una industria potente del grano y de la carne bovina. “Su carne es muy diferente a la nuestra; es más seca, tiene más conservantes. servir productos fitosanitarios, o incluso hormonas –como el clenbuterol–. Aquí una vaca de carne alcanza los 400 kilos, mientras allí la hacen llegar a 600 o 700 kilos, por lo que los costes de producción son más baratos”, añade Roqué. , según este agricultor, hace que puedan ajustar más los precios, que compiten a la baja con los de la carne producida en Cataluña, aunque para él, más que el precio, lo que puede derribar el Mercosur es la calidad del producto. tipos de cultivo: "Aquí tenemos explotaciones más pequeñas que las que pueden tener en Chile o en Argentina, donde los costes de producción también son más baratos", añade Roqué, que también destaca la diferencia de condiciones laborales, aquí mucho más exigentes. "Por ejemplo, la producción de fruta dulce en Chile cuenta con unos costes laborales seis veces más bajos que los que tenemos aquí. Y esa fruta, que ya nos llega, ahora nos llegará con cantidades más elevadas". Todo esto, según Roqué, puede tener graves consecuencias para las explotaciones agrarias familiares. Para Reyner, el campo puede encontrar en este acuerdo una salida para los nuevos aranceles que pondrá el gobierno del nuevo presidente electo de Estados Unidos, "Quizás encuentran una puerta de salida que se abrirá lentamente en productos como el aceite y el vino", añade.
Estos posibles efectos negativos para el campo, y que también han levantado recelos en Italia o Polonia, contrastan con los que pueden experimentar otros sectores. "Los efectos positivos se notarían en el campo de las manufacturas, la industria, porque se eliminarían los aranceles en una media del 35%", explica Reyner sobre un acuerdo comercial que también afecta a los servicios y la contratación pública.
A grandes rasgos, al tratarse de un acuerdo para eliminar progresivamente los aranceles en más del 90% en las importaciones de ambos bloques, el consumidor europeo y el sudamericano deberían notarlo con productos más asequibles. "Es un acuerdo de libre comercio; por tanto, ambas partes deben notar que hay más acceso a los productos y más ventajas competitivas: de allá hacia aquí habrá más ventajas agrícolas, pero también es probable que de aquí para allá existan ventajas en temas de manufacturas: allí tienen unos aranceles más altos en el sector del automóvil, de los productos químicos, del textil y el calzado, en el sector farmacéutico y de los bienes de equipo", explica Reyner.