De banquero a dueño de medio Suecia
Knut Agathon Wallenberg es el iniciador de la estirpe que controla, a través de fundaciones, el mayor conglomerado empresarial de Escandinavia
Knut Agathon Wallenberg 1853-1938
- Empresario y banquero sueco
¿Qué tienen en común empresas como el líder en robótica ABB, la farmacéutica AstraZeneca, la tecnológica Ericsson, el gestor de mercados de valores Nasdaq, el antiguo fabricante de coches Saab y el emblemático proveedor de electrodomésticos Electrolux? Aunque pueda sorprender, todas y muchas más están controladas más o menos por una misma familia sueca, los Wallenberg.
Esta estirpe, una de las más ricas y poderosas del mundo, empezó a asaltar el poder cuando, en 1856, André Oscar Wallenberg fundó el banco familiar, el Stockholms Enskilda Bank (Banca Privada de Estocolmo), que resultó clave para financiar la industrialización. Además fue una entidad muy innovadora, que revolucionó el sistema bancario local. Uno de los veintiún hijos de este banquero fue Knut Agathon Wallenberg, el hombre que haría crecer el imperio familiar hasta convertirse en una fuente de poder casi única en Europa.
Antes de incorporarse, muy joven, al consejo de administración del banco de la familia, Wallenberg se formó en la academia naval del ejército, de donde salió con el grado de subteniente interino. En 1886, con la muerte del padre, fue nombrado presidente del banco y comenzó una expansión muy ambiciosa de la entidad, sobre todo a nivel internacional. Eso sí, primero tuvo que hacer manos y mangas para recuperar la solvencia de la entidad, que había quedado muy afectada por la crisis financiera del bienio 1878-79 (en esa época, el sobreendeudamiento de las compañías ferroviarias suecas causó una cadena de impagos que afectó de lleno al sistema bancario del país).
El único paréntesis como responsable del banco fue en el período 1914-1917, cuando ejerció de ministro de Asuntos Exteriores de Suecia, en unos tiempos especialmente convulsos a causa de la Primera Guerra Mundial. Desde su cargo, Wallenberg defendió la posición neutral de los escandinavos. Precisamente el conflicto bélico fue el causante de que el banquero no lograra su propósito principal como ministro: firmar un acuerdo de libre comercio con el Reino Unido. Una vez abandonado el cargo, las tensiones vividas durante el mandato le causaron graves problemas de salud, hasta el punto de tener que permanecer un mes postrado en cama con dificultades en la vesícula biliar. Según decía él mismo, "se había puesto demasiadas piedras en el hígado" mientras hacía de ministro. Una vez recuperadas las responsabilidades en el banco, ya nunca más abandonó el cargo. Murió siendo su consejero delegado (1938).
Entramado de fundaciones
El hecho de que el matrimonio de Wallenberg con Alice Nickelsen no dejara descendencia les llevó a tomar una decisión que en el futuro sería trascendental: crear una fundación familiar que recibió todo su legado. Así, en 1917 el matrimonio firmó la documentación que propiciaba el nacimiento de la fundación, inicialmente enfocada a promover el comercio, la industria, los recursos forestales y los avances científicos. Esa filosofía es la que les empujó a ir entrando en el capital de numerosas empresas del país. Un año antes de la fundación habían creado una entidad bautizada como Investor AB, el brazo inversor de la familia, motivados por los obstáculos legales que fueron surgiendo respecto a las inversiones de los bancos en la industria. El hecho de utilizar fundaciones para canalizar su patrimonio les ha proporcionado tanto ventajas fiscales como un cierto anonimato.
En la década de los setenta, cuando la globalización todavía era incipiente, el conglomerado de negocios controlado por la familia Wallenberg representaba el 40% de los puestos de trabajo de Suecia, así como también el 40% del valor de las empresas cotizadas en la Bolsa de Estocolmo. Hoy se considera que el conjunto de fundaciones de la familia Wallenberg —nada menos que dieciséis— controlan un patrimonio empresarial con un valor estimado de unos 278.000 millones de dólares, con una facturación combinada de 160.000 millones.
Uno de los principales activos que controlan las fundaciones es el brazo inversor, el citado Investor AB. Un 50% del capital pertenece a la familia y el resto cotiza en bolsa. Su valor de mercado asciende a 90.000 millones de dólares. Quienes lideran el entramado familiar en estos momentos son Jacob (1956), Peter Poker Åke (1959) y Marcus Wallenberg (1956), miembros de la quinta generación de la familia. Todo ello, bajo una capa de gran discreción: "Esse, non videri", o sea, "ser y no parecer", como dice el lema familiar.