El barón alcalde de Barcelona que presidió Fomento y construyó la autovía de Castelldefels
El empresario Josep Maria de Albert Despujol era miembro de una familia de la alta nobleza catalana
Josep Maria de Albert Despujol Empresario y alcalde de Barcelona
- 1886-1952
El 1 de enero de 1947 el equipo argentino del San Lorenzo de Almagro hizo una gran exhibición de fútbol en el campo de Les Corts, cuando derrotó a la selección española por un estrambótico cinco a siete. La impronta de los argentinos fue mucho más allá de la que deja un simple partido de fútbol porque su estilo de juego enamoró a los barcelonistas, les hizo recordar su propio estilo ancestral y, sobre todo, les hizo soñar con el futuro. El partido resultó tan trascendente que al día siguiente La Vanguardia le dedicó la portada. La fecha del evento, el primer día del año, provocó que el alcalde de Barcelona no asistiera al palco y lo hiciera José Ribas Seva como accidental. Seis meses después otra expedición argentina ponía los pies en la capital catalana: era nada menos que la visita oficial de María Eva Duarte de Perón Evita, la primera dama de Argentina. En esta ocasión sí hizo de anfitrión el alcalde de Barcelona, Josep Maria de Albert Despujol, barón de Terrades.
Miembro de una familia perteneciente a la alta nobleza catalana, Albert cursó los estudios superiores en Suiza y ya en ese momento se podía intuir que estaba destinado a ejercer grandes responsabilidades a lo largo de su vida. En 1909 se casó con María del Carmen Muntadas Estruch, heredera de una de las empresas familiares más importantes jamás existidas en Cataluña, la mítica España Industrial. Con el matrimonio pasó a ser conde consorte de Santa Maria de Sants. Ella era hija de Matías Muntadas Rovira, en ese momento director gerente de la compañía que sus antepasados habían fundado en 1847. Precisamente cuando murió Matías Muntadas (1927), Albert ascendió a primer ejecutivo de la empresa, un cargo que ya no abandonó nunca. Durante su mandato al frente de la compañía, se caracterizó por potenciar la acción social, una actividad que se materializó en la creación de la casa cuna, el comedor obrero, el servicio médico para los trabajadores y diversas instalaciones deportivas. Era lo que se llama un empresario paternalista. En 1934, la empresa creó un equipo de fútbol que once años más tarde se convertiría en filial del FC Barcelona y embrión del futuro Barça Atlètic.
Tras la Guerra Civil, empezó a acumular cargos, en buena parte gracias a sus buenas relaciones con el régimen franquista. Aparte de algunas responsabilidades en el ministerio de Industria y Comercio, en 1941 fue nombrado presidente de Foment del Treball, después de haber ejercido como vicepresidente del Baró de Quadras desde antes del conflicto bélico. Fue vicepresidente del Comité Ejecutivo de la Feria de Muestras (actual Fira de Barcelona) y también presidió la empresa Lámparas Z, que había fundado en 1897 el hermano de su suegro, Lluís Muntadas Rovira. Esta firma en 1920 se había integrado en la neerlandesa Philips. Asimismo, lideró la Comercial Mecanográfica, una filial de la Hispano Olivetti.
La empresa italocatalana también tenía relación con la familia Muntadas, porque la había constituido en 1929 el emprendedor Juli Caparà Marquès, que estaba casado con la hija de Lluís Muntadas que acabamos de mencionar. Cuando Josep Maria de Albert Despujol se hizo cargo de la Comercial Mecanográfica, ya existía la magnífica planta de la Gran Vía, junto a la plaza de las Glòries, un complejo de grandes dimensiones que funcionó hasta 1991. Justo cuando terminó la guerra, el empresario contribuyó a fundar lo que entonces era una compañía estratégica. de los bosques de Cantabria. La empresa estuvo en marcha hasta el año 2020, cuando se inició el proceso de cierre y liquidación. Hacía tiempo que convivía con grandes polémicas por su potencial riesgo contaminante.
Enlazamos con el comienzo de este texto, porque en 1945 Albert fue nombrado alcalde de Barcelona, en sustitución de Miquel Mateu Pla. Su mandato se extendió hasta 1951 y dejó un buen puñado de obras relevantes: la autovía de Castelldefels (llamada "autopista" en aquellos tiempos), la ampliación de la línea 1 del Metro, la construcción y la ampliación de algunos hospitales, y las aberturas del Museu Marès y del Saló del Tin.
Tanta actividad en todos los ámbitos le valió amplios reconocimientos, como la Medalla al Mérito en el Trabajo (1942), y las Grandes Cruces de Isabel la Católica, al Mérito Naval y la de la Orden de la Corona de Italia. También era Saada de la Orden de la Mehdauia y caballero consejero del Real Cuerpo de la Nobleza de Cataluña.