Unas bragas que permiten dejar de utilizar tampones y compresas
Cocoro ha creado ropa interior reutilizable para retener la menstruación sin utilizar compresas o tampones
Las mujeres tienen la menstruación cada mes durante cerca de 40 años de su vida y, aunque la mitad de la población mundial convive con ella, la forma de tratar las pérdidas no ha cambiado mucho. Los productos más utilizados actualmente son la compresa y el tampón. Ambos artículos se confeccionan con plástico y celulosa y, por tanto, al igual que los pañales, son muy contaminantes para el medio ambiente. Ahora, cuatro emprendedoras catalanas quieren revolucionar el sector de la higiene femenina con las bragas Cocoro, una solución sostenible que, además, aseguran, aumenta la comodidad de las mujeres mientras tienen la regla.
Eva Polío, cofundadora de Cocoro, explica que “pese a que la comprendida representa un 80% del mercado de higiene íntima femenina, muchas mujeres la encuentran incómoda”. Las bragas consiguen que un día con la regla sea como cualquier otro: te las pones por la mañana y por la noche las tiras en la ropa sucia. Las empresarias señalan que cada cuerpo es diferente y recomiendan a las mujeres que sangran mucho complementar las bragas con algún otro método durante los primeros días del período. Clara Guasch, cofundadora de Cocoro, se refiere al tejido técnico que absorbe a los fluidos menstruales como “la fórmula mágica”, y evita dar más detalles de cómo está fabricado. Guasch dice que la ropa interior está formada por tres capas: la interior -siempre de algodón porque así lo recomiendan los ginecólogos-, la intermedia -o técnica- y el exterior -que puede ser de algodón o licra, según el modelo.
La reutilización es un punto a favor de las bragas respecto a las compresas para quien tenga suficiente sensibilidad ecológica. "Si podemos reducir residuos fácilmente, las personas se comprometerán más con el medio ambiente", asegura Polío. Las bragas cuestan 30 euros y tienen una vida útil de 60 lavados, siempre que se hagan a menos de 30 grados y sin suavizante. Tampoco se pueden planchar porque el calor estropea el tejido técnico. Las clientas que cumplan las recomendaciones y sólo las utilicen cuando tengan la regla podrán utilizarlas durante dos años. Superadas las 60 lavadas, la ropa perderá sus propiedades progresivamente.
Cocoro es un proyecto creado desde la cooperativa Femmefleur. Las emprendedoras han trabajado durante un año para hacer realidad su idea, y afirman que lo han hecho a tiempo completo pese a tener otro trabajo: "Hemos hecho un esfuerzo del 200%". La iniciativa tiene un coste de 100.000 euros y se ha financiado a través del fondo de inversión Gicoop, fondos propios y uno Verkami que "ha sido un éxito". En menos de 48 horas se superó el objetivo inicial del crowdfunding, 21.560 euros. Aún faltan 26 días para cerrar la plataforma y de momento han recaudado más de 86.000 euros de 2.000 mecenas distintas. Si se supera la cota de los 90.000 euros, Cocoro se ha comprometido a vender un nuevo modelo de bragas.
Las bragas se fabrican íntegramente en Barcelona. Polío es consciente de que producirlas aquí encarece el precio, pero permite reducir el CO2 emitido a la atmósfera, y añade que "es una pena que el textil de nuestro país se esté perdiendo". Cuentan que les costó encontrar nombre por las bragas. Les gustaba la sonoridad de Cocoro y, además, tiene muchas letras o, consideradas un símbolo de feminidad en algunas culturas.
La cooperativa Femmefleur se interesa por proyectos que cuide el entorno y una mirada femenina. Hace cinco años fueron pioneras en la comercialización de la copa menstrual en Catalunya, un método polémico para que la CUP de Manresa hizo un llamamiento para que se utilizara en sustitución de los demás. Las emprendedoras confiesan que el negocio de la copa es complicado, puesto que, una vez comprada, la clienta ya no necesita más. Sin embargo, en este negocio facturan unos 100.000 euros al año y todavía tienen proyectos: “La próxima semana saldrá a la venta una copa diferente codiseñada por nosotros”.