La caja que te reconoce un plato de 'fideuá'

La frase “¿cuánto es?” puede acabar siendo historia con la creciente aplicación de la inteligencia artificial en la restauración. Proppos, una start-up barcelonesa, ha desarrollado un cajero que, con una cámara e inteligencia artificial, reconoce los platos de una bandeja y elabora la cuenta de forma automática. El aparato, que ha entrado en la última fase antes de empezar a comercializarse, está diseñado para el sector de las colectividades, es decir, los restaurantes de self-service a gran escala donde se generan picos de trabajo como hospitales, sedes multinacionales y estadios.

“Es un enfoque nuevo”, dice el consejero delegado, Nil Salomó, que asegura que en Europa no tienen por el momento ningún competidor. “Si vamos deprisa hay una oportunidad en el mercado europeo”, antes de que entren empresas chinas y estadounidenses con productos similares.

La empresa tiene cuatro trabajadores il'año pasado facturó unos 230.000 euros gracias a los clientes iniciales obtenidos con la creación de un software para el comercio, que finalmente no han continuado. Así, se ha centrado en desarrollar el cajero, que lanzará al mercado en los próximos meses y que espera ir adaptando para entrar paulatinamente en otros ámbitos del comercio, como la moda.

La primera ventaja del aparato es que se reduce el personal que se necesita en estos momentos de máxima afluencia, porque la máquina funciona con una cámara que identifica todos los artículos de una bandeja, calcula su precio y permite pagar con tarjeta. En los momentos de mayor trabajo, en este restaurante "se acumula mucha gente" y se crean situaciones de cierto "estrés" para los empleados, que deben trabajar bajo la presión de reducir las colas, dice Salomó.

El uso de la inteligencia artificial en el cobro permite a las empresas del sector de la restauración ir más allá de una reducción de personal, porque les da un “conocimiento de datos” que hasta ahora no tenían, explica el cofundador de Propps. En muchas ocasiones "un trabajador no marca todos los productos, sólo marca si es un menú completo", comenta, por lo que el restaurante no puede saber qué se come exactamente, mientras que con el aparato de Proppos se recogen los platos que se consumen. Con estos datos, las empresas pueden planificar mejor las compras a los proveedores según lo que les gusta a sus clientes, lo que les ayuda a reducir el desperdicio de alimentos. Además facilitan la elaboración de ofertas adaptadas a sus gustos.