¿Por qué cuesta 16 euros desayuno en el aeropuerto?

Bocadillo de jamón, zumo y café a 15,95 €. Éste suele ser el precio más habitual para un desayuno en aeropuertos o estaciones de tren. Consumir cualquier producto una vez pasado el control de seguridad suele ser hasta el triple de caro que en un bar o restaurante convencional. Podríamos pensar que la cafetería triplica también su margen, pero esto está lejos de la realidad.

Las concesiones de tiendas de aeropuertos (y estaciones de tren) tienen un gran coste en el alquiler y, aparte, acaban quedando con un porcentaje de las ventas. De hecho, a Aena le suponen cerca del 50% de sus ingresos aeroportuarios. No es que las cafeterías tripliquen los precios para tener mayor beneficio, sino que absorben las altas tarifas que les aplica la empresa gestora del aeropuerto. Sería similar a cuando nos aplican un nuevo impuesto al producto: el precio sube y lo pagamos los consumidores. Por una vez, la culpa no es de Aena, sino que esta afectación la encontramos en todo el mundo.

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Aparte del importe de la concesión, debemos tener en cuenta la baja competencia existente. Las tiendas de los aeropuertos pueden considerarse perfectamente un monopolio. En cualquier mercado con pocas empresas, los precios pueden subir y seguirán consumiéndose los productos con normalidad. No existe alternativa.

Ante esta situación, la única solución para ahorrar es utilizar las máquinas de autoventa de los aeropuertos o, por supuesto, llevarnos la comida de casa. En contra de lo que habitualmente pensamos, la comida sí puede pasar los controles de seguridad. Las restricciones aparecen con líquidos. Justamente por ese motivo el regulador marcó un precio obligatorio de un euro a ciertas botellas de agua en la gran mayoría de aeropuertos estatales. Encontrarlos, que no siempre es fácil, puede ser una solución.