El empresario textil catalán que creó Burrito Blanco

En las últimas semanas se ha hablado mucho de la aseguradora Catalana Occidente, con motivo de la oferta que la familia propietaria, los Serra, ha hecho al resto de accionistas para conseguir la totalidad del capital. Pero en las noticias al respecto, el apellido Serra no es el único que ha aparecido, porque también se ha hablado de accionistas históricos de la compañía que son menos conocidos, como es el caso de Juncadella y Thiebaut. El primero corresponde a una de las estirpes pioneras del sector textil catalán, que durante muchas décadas acumuló poder y fábricas a lo largo de la geografía catalana. Uno de los principales exponentes de esta familia fue Josep Maria Juncadella Burés, que lideró sus negocios cuando estaban en su mejor momento.

Nuestro protagonista era fruto de la unión de dos estirpes fundamentales del sector textil catalán, porque tanto los Juncadella como los Burés fueron de las primeras fortunas creadas a la sombra de los tejidos. El primer gran fabricante de la familia paterna fue Jeroni Juncadella y Casanovas, que ya en la década de los años veinte del siglo XIX era propietario de una explotación textil, en buena parte heredada de su padre. En 1842 dio un salto de dimensión con la inauguración de una nueva planta productiva en el barrio del Raval de Barcelona.

El patrimonio familiar no dejó de crecer generación tras generación, hasta llegar al bisnieto, que es nuestro protagonista de hoy. En cuanto a la rama materna, los pioneros fueron los hermanos Esteve y Francesc Burés i Arderiu, que hacia 1875 constituyeron una gran fábrica agrupando los centros productivos que llevaban años explotando en la orilla del Llobregat. Con estos precedentes, no es de extrañar que los pasos de Josep Maria Juncadella se encaminaran al negocio textil, una actividad que complementó con otras inversiones que le permitieron diversificar los intereses familiares.

Después de estudiar ingeniería en Suiza, se hizo cargo del negocio familiar, que en 1940 se agrupó bajo la denominación Industrias Burés, SA. Sin embargo, antes contrajo matrimonio con Mercedes Salisachs Roviralta, también procedente de una familia adinerada y que más adelante se convirtió en una escritora muy conocida –en 1975 ganó el premio Planeta con la novela La gangrena–. Sin duda, la marca más conocida de Industrias Burés fue Burrito Blanco, de ropa de cama.

En 1960 accedió a la presidencia de Catalana Occidente, cuando la compañía todavía se llamaba La Catalana –aunque formaba parte del mismo grupo que Occidente, todavía no se habían fusionado–. Sustituyó en el cargo a Joan Ventosa i Calvell, que había fallecido el año anterior. Bajo su dirección, en 1963, la compañía puso en marcha la primera computadora de todo el sector asegurador o, como se decía en la época, el primer cerebro electrónico. Ocupó el cargo hasta la muerte, en 1993.

En 1962 puso en funcionamiento un salto de agua, del que era propietario, en el sistema hidroeléctrico Sau - Susqueda - el Pasteral, en colaboración con Hidroeléctrica de Cataluña. En el ámbito del textil, en 1965 se asoció con Eugeni Mora para tomar una participación en la división española de Burberry. Siete años después, compraron la participación de los británicos, por lo que Juncadella y Mora se quedaron como socios únicos de la marca.

Una operación muy ambiciosa fue la compra, en 1969, de la fábrica Coma Cros, una industria textil de Salt (Gironès) que también tenía una larga historia que se remontaba a principios del siglo XX. En la década de los setenta presidió también Ferrocarrils de Catalunya –embrión de los actuales FGC–. Aquellos años fueron previos a su traspaso al sector público.

El hecho de tener una esposa escritora fue, probablemente, la razón principal por la que adquirió Editorial Labor, un sello catalán fundado en 1915 y que se dedicaba fundamentalmente a la divulgación de conocimiento. Durante el tiempo que presidió la empresa, tuvo como primer ejecutivo a Ramon Trias Fargas. También tuvo una vida social muy intensa que se proyectó hacia varios proyectos, como ser miembro de la junta provincial de la Asociación Española contra el Cáncer y de la junta de las Viviendas del Congreso Eucarístico, desde la creación del ente y hasta 1972.

Entre su descendencia también hay personajes de automovilismo en la década de los setenta y su nieto Daniel Juncadella Pérez-Sala fue piloto de Fórmula 1.