Un día de 1975, después de dar unas cuantas vueltas, Eric y Anna Maria encontraron lapiazza di Sant'Eustachio.Al fondo, enseguida vieron la cafetería que buscaban. Delante de la puerta había una corrua de personas que esperaban turno para tomar uno de los espressos que preparaba el señor Eugenio. El matrimonio se sumó. "Fue de los mejores cafés que probamos durante el viaje", recordaba Eric aún 35 años después, en el marco de una conferencia organizada por la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual. Hacer un trago de esa taza le cambió la vida. "El maestro cafetero me enseñó que para tomar un buen café expreso era necesario introducir una cantidad concreta de aire en el agua, antes de que entre en contacto con el café", detalló en el auditorio. Cuando regresó a Suiza, se rompió el caparazón para encontrar un sistema cómodo y sencillo para que todo el mundo se pudiera hacer un espresso de calidad en casa. Hoy es considerado uno de los padres de las cápsulas de café. ¿Cómo lo hizo?
En 2024 el invento movió casi 15.000 millones de euros en Europa y se calcula que en 2029 habrá crecido hasta los 20.000, según un reciente informe de estimaciones de Mordor Intelligence. Medio siglo atrás, sin embargo, nadie podía pensarlo. Ni siquiera Eric Favre. Era un ingeniero aeroespacial suizo que en 1974 entró a trabajar en la división de envases del grupo Nestlé. En ese momento, el producto estrella de la compañía era Nescafé, su café soluble. Ahora bien, la tendencia de consumo estaba cambiando: la gente parecía volver a apreciar el café tostado y mucho. En este contexto, Favre se había contagiado a su mujer, que era italiana, para que le llevara a probar las que, para ella, eran las mejores cafeterías italianas.
A su regreso a los laboratorios de Nestlé, casó sus notas con una tecnología que la compañía acababa de comprar en el Instituto Battelle de Ginebra. Eran unas cápsulas herméticas llenas de café tostado mucho que conservaban el aroma del producto y que, perforadas con una máquina especial, permitían hacer un espresso.El proyecto avanzó hasta 1978. "Arthur Fürer, el consejero delegado de Nestlé, ordenó detenerlo por miedo a que el nuevo producto, que aún no tenía nombre, fuera una amenaza para las ventas de Nescafé", explican Albert Pfiffner y Hans-Jörg Renk en el libro corporativoTransformational challenge: Nestlé 1990-2005.
El ingeniero terco
Eric Favre no se dio por vencido y decidió seguir desarrollando por su cuenta las cápsulas y máquinas para exprimirlas. De bajomano, logró comer la oreja a Rudolf Tschan, entonces responsable de Nestlé en Japón, para que diera luz verde a una prueba de mercado. Se realizó en 1984 y, ya bajo el nombre de Nespresso, todo fue como una seda. Tschan convenció a Camillo Pagano, jefe del departamento de productos, del potencial que tenían las cápsulas. Pagano habló de ello a Helmut Maucher, consejero delegado histórico de Nestlé. "Tuvo reticencias, pero en 1986 creó la filial Nespresso SA, puso a Eric Favre al frente y le asignó un equipo de cinco trabajadores", relatan los autores de la investigación.
Maucher creía que Nespresso era un concepto revolucionario, pero de nicho: que tan sólo tendría éxito entre el público joven y sofisticado. Se equivocó. A mediados de la década de 1990, las ventas de las cápsulas crecían entre un 30% y un 40% cada año, muy por encima que los otros negocios de Nestlé. "La gama se amplió y se creó el Club Nespresso, que en 1997 tenía ya 200.000 miembros", continúan.
"Supieron trabajar muy bien el posicionamiento del producto, con una publicidad enfocada a venderlo como una marca casi de lujo", apunta Neus Soler, profesora experta en marketing de la UOC. "También acertaron dejando la producción de las máquinas en empresas más expertas y centrándose en el producto", considera.
En medio de todo el tsunami, Eric Favre –que tenía varias patentes sobre la tecnología– bajó del barco y fundó su propia empresa: Monodoro, que hoy se llama Mocoffee. Con su proyecto, siguió perfeccionando el invento. En 2010 su empresa ya había producido más de 500 millones de cápsulas bajo licencia y estaban decididos a convertirse en una especie de Tetra Pak, la empresa sueca inventora de Tetra Brik y que fabrica envases para todo tipo de alimentos.
Las fechas clave
1974
Nestlé compra una tecnología de envasado de café en cápsulas en un instituto de investigación.
1975
Eric Favre, ingeniero de la compañía, comienza a trabajar en el proyecto, que se detendrá por miedo a hacer la competencia en Nescafé.
1984
Se realiza una prueba del producto en el mercado japonés, ya con el nombre de Nespresso.
1986
Se crea la filial Nespresso y las ventas crecen como la espuma.
1991
Favre abandona a Nestlé y funda el actual Mocoffee, que comercializa los envases de café en forma de cápsula.