Insuperable: la tienda de magia más antigua del mundo

La tienda de magia más antigua del mundo. Como eslogan, como reclamo publicitario, es perfecto, imbatible. Una marca de fábrica popular internacionalmente dentro de un sector en proyección, eternamente emparentado con el espectáculo, el truco de magia como habilidad de seducción, de sorpresa para cautivar a amigos, familiares y profanos en la materia. El rey de la magia, sí, en la calle de la Princesa, número 11, de Barcelona, ​​en el tuétano de Ciutat Vella, de los pasavolantes que encuentran por casualidad un comercio muy curioso y de los conocedores que van expresamente porque ya hace años que es garantía de calidad y buen asesoramiento.

Josep Partagàs, mago, se hizo cargo en 1878 y no están suficientemente claros los usos que se le dieron hasta que en 1985 fue a charlar en su emplazamiento actual. Antes había estado en varios locales del entorno, en la misma calle Princesa. Carles Bucheli, más conocido como el Mag Carlston, se hizo cargo en 1932 y desde 1984, los responsables han sido los también magos: Josep Maria Martínez y Rosa Maria Llop, hoy jubilados y que la dejaron en las manos de su hijo, Pau Martínez, y de Pere Rafart, sus almas actuales.

El rey de la magia es, de entrada, una tienda. Pero ni mucho menos una fotocopia de otros comercios de magia que pueden encontrarse esparcidas por el mundo. “Hay mucha fabricación en serie, distribuidores de productos al por mayor, lo que hace que muchas tiendas tengan lo mismo”, explica Pau. ¿Cómo personalizarse? Pues con gran variedad y también con fabricación propia. Por ejemplo, las pizarritas de bolsillo para hacer un popular número de mentalismo con el formato de magia de cerca. O el cochecito de madera que camina sobre una baraja de cartas hasta que se para sobre la que ha elegido el voluntario. "Puedes encontrar cochecitos de plástico de una calidad ínfima, pero los que tenemos nosotros los fabrica, todavía hoy, mi padre en el taller de su casa y de forma completamente artesanal". O el cubilete que les fabrica un experimentado y contrastadísimo artesano del cuero.

Tanto pueden entrar a comprar los turistas aficionados a la magia que visitan Barcelona –“es ​​un sector relativamente pequeño y nos conocen en todo el mundo”– como los magos profesionales que quieren renovar el material, como el que desea iniciarse en la magia . Ah, y también quien quiere hacer un regalo original escogido dentro de una gama de productos muy golosa. A todo el mundo que entre a comprar, si lo desea, se le hace una demostración in situ del truco, algo también distintivo de El rey de la magia, la proximidad, la atención personalizada. En muchas tiendas de magia de todo el mundo, entras, compras lo que quieres y pásalo bien.

Tanto Pau como Pere son magos profesionales y El rey de la magia es también un escenario de espectáculos de pequeño formato. Este mes comienzan las sesiones –de viernes a sábado– y hasta marzo, de momento. Quien quiera puede disfrutar de un show para una quincena de personas. También acogen reservas privadas para shows personalizados y se desplazan para atender a fiestas, bodas, teatros, fiestas mayores y festivales de magia. Es importante para ellos tener esta marca de fábrica más allá de la venta al por menor tras el mostrador. Pau da algunos datos relevantes y todos van a charlar al mismo sitio: la venta online se ha comido mucho mercado. Hay países europeos que no tienen ni una sola tienda física de magia y en una ciudad como Nueva York tan sólo hay una. ¿Qué ha provocado? Pues que las que subsisten tengan algo más de margen de beneficio, aún más teniendo en cuenta el valor añadido que supone la venta de proximidad y con asesoramiento incluido, tan necesario y demandado en el sector de la magia.

Y qué hacemos con tantos magos youtubers y instagramers y tiktokers ¿que en las redes sociales cuentan sus trucos y tienen tantísimo éxito? Pablo lo tiene claro: los trucos no deben explicarse, esto es una regla de oro. ¿Pero qué ha pasado? Que los vídeos de las redes sociales contribuyen muchísimo a la popularidad de la magia y, por tanto, a la demanda de productos, aprendizaje y materiales de iniciación. Paradoja. E interesante para los profesionales de la venta. “Nunca la magia había gozado de tanta popularidad como ahora. Antes era un sector algo elitista y también bastante caro. Ahora se ha democratizado mucho y es mucho más económico. Por quince o veinte euros ya te puedes comprar un kit de iniciación muy competente”.