Hablemos de dinero

Joana Vilapuig: "Soy un poco antigua. Si pudiera tener el dinero en un cajón, lo haría"

La actriz explica su relación con el dinero y el trabajo

La actriz Joana Vilapuig (Sabadell, 1994) ha crecido en una familia de artistas. Ella se decantó por el arte escénico y con sólo 15 años protagonizó Pulseras rojas, chocando con el éxito y la fama de la serie catalana.

Se introdujo en el mundo laboral de muy joven: "Yo con 17 años tenía bastante dinero en la cuenta porque había hecho la primera y la segunda temporada del programa. Mis padres los guardaron. Y cuando tuve 18 años los empecé a gastar con los estudios". Fue a Londres a estudiar inglés pagándolo todo ella. Más tarde, estudió un curso de teatro en París.

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Siempre ha sabido que quería dedicarse a la interpretación y es algo "muy poco racional": "Creo que la gente que nos dedicamos a esto es porque buscamos algo. Hay una insatisfacción constante". Lo único que llena ese vacío es escribir, cantar, crear o subir a un escenario: "En momentos y en proyectos concretos estoy absolutamente llena. Y eso no lo he encontrado con nada más que con esta profesión".

Por otra parte, es un trabajo muy inestable: "De hecho, no sé si podría tener uno estable. Hay algo dentro de esta inestabilidad que te permite pensar que todo es posible". Pero esto comporta que el artista visualice su día a día a tan sólo dos meses vista. Y, esto es un problema financieramente y más teniendo en cuenta que "con 15 años ya tenía una almohada económica": "Ves que puedes perderlo a los 27 años, cuando tus amigos están haciendo el proceso al revés".

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En este sentido, Vilapuig recalca que ella siempre sufre por el dinero: "Piensas: ahora me han cogido por este proyecto que quizá cobro 10.000 euros. Pero no sé cuándo volveré a trabajar. Quizá ese dinero me tenga que durar todo el año". Ella ha trabajado de profesora de teatro o de monitora de casales de verano en las épocas que carecía de trabajo. Y admite que en algunas ocasiones ha pensado que sería "la persona más feliz del mundo" si supiera que religiosamente cada mes cobrará 2.000 euros al mes.

Es por eso que durante estos 15 años en el sector ha ampliado su campo de acción: "Además de ser actriz, tengo proyectos con Mireia [su hermana] y he empezado a hacer locuciones de voz para anuncios. Hace muchos años que siembro muchas cosas y el año pasado para mí fue un buen año".

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Además, considera que es un sector mal remunerado, muy precarizado: "Los actores son muy frágiles. Si yo no lo acepto lo aceptará otro, porque evidentemente no es fácil encontrar trabajo". El artista añade que hay un glamour que no es real dentro del sector: "A veces estás de estreno, pero hace medio año que tú hiciste eso. Y quizás está la presión de que tienes que buscar un traje y buscar a un estilista que vale dinero. Pero tú estás en un momento que no tienes".

Con su hermana crearon y protagonizaron Selftape, una serie donde asegura que lo dieron todo también económicamente: "Al final me había pulido todos los ahorros y pensaba: si no sale, quizás tengo que dedicarme a otra cosa, porque tampoco me está saliendo nada de actriz. Lo hemos puesto todo en una carta. Y por suerte salió. No sé qué hubiera pasado sino". El sufrimiento y el esfuerzo de años de dedicación valió la pena: "Había algo que intuíamos que iría bien".

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Y, ahora, también está atareada: "Empezaré a rodar una serie ahora en diciembre y el mismo mes se estrenará una en la que tenía un papel pequeño, pero me gustó muchísimo. Y con Mireia estamos escribiendo cosas". De hecho, quiere potenciar el camino de la creación de la mano de su hermana: "Me encantaría poder dirigir y hacer una película".

En cuanto a finanzas personales, es ahorradora, pero no es una estratega con el dinero: "No tengo mentalidad financiera. Soy un poco antigua. Si pudiera tener el dinero en un cajón y pagar con los ahorros lo haría". Actualmente se siente cómoda viviendo en alquiler: "Lo que no veo bien son los precios infernales del mercado". Sin embargo, asegura que en los últimos meses ha tenido suerte: "Me han bajado el alquiler en lugar de subirmelo por un periodo de un año. Pago 600 euros por un piso en el centro de Barcelona por mí sola". Y, aunque le encantaría comprar un piso le da miedo endeudarse: "Solo pienso que me gustaría si lo pagara al contado o debido muy poco. Pero yo estoy lejos de eso", aclara.