Alimentación

Kraft Heinz, de la boda en el divorcio entre el ketchup y las salchichas

El mundo empresarial tiende a las rupturas en algunos sectores para focalizar y reducir la complejidad de los negocios

06/09/2025

BarcelonaEn el mundo empresarial también existen modas y cambios de estrategia. Y, a veces, funcionan como un péndulo: en unas épocas priman las concentraciones, a través de fusiones o compras; y en otras, las separaciones. El gigante estadounidense Kraft Heinz es un ejemplo reciente. Una década después de integrar en un mismo grupo marcas como el queso Philadelphia, el famoso ketchup Heinz y las salchichas Oscar Mayer, ambas empresas separan sus caminos.

Por un lado, el negocio de las salsas, los condimentos y los productos para untar; y, por otro, el de la alimentación en Norteamérica. La compañía de salsas y condimentos, con el nombre provisional de Global Taste Elevation Co., alcanzó el año pasado unas ventas netas de 15.400 millones de dólares (13.191 millones de euros), y el negocio de productos básicos de alimentación, con el nombre provisional de North American Grocery Co., registró unos ingresos de 9.00.

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El grupo justifica la medida, aprobada por unanimidad por su consejo de administración, por la necesidad de crear negocios con un mejor enfoque estratégico y menos complejidad. No es la única empresa del sector que decide reducir su diversificación para focalizarse. Esta ruptura –tras crear en 2015 uno de los mayores grupos alimentarios del mundo– coincide con un cambio en los hábitos de los consumidores, que se alejan de los alimentos procesados ​​y optan por opciones más saludables y frescas. La compañía ha reducido en un tercio su valor de mercado desde 2017, cuando alcanzó su máximo.

Ferrero y los cereales

De todas formas, no siempre se trata de dividir a una empresa, sino de vender partes del negocio, como hizo otro de los gigantes de la alimentación en EEUU, el famoso productor de cereales WK Kellogg. Ferrero, el gigante familiar italiano de golosinas propietario de marcas como Nutella, acordó hace unas semanas adquirir la compañía estadounidense. Esta compra representa el último intento del grupo europeo por hacer crecer su negocio en Norteamérica.

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WK Kellogg se creó en el 2023 cuando Kellogg Company separó el negocio de los cereales para convertirlo en una empresa independiente. El negocio restante, que se centraba en aperitivos como las patatas fritas Pringles, pasó a llamarse Kellanova. Esta empresa también la adquirió Mars, la compañía familiar que se encuentra detrás de golosinas como los M&M's y los Snickers, en un acuerdo valorado en más de 30.700 millones de euros. Recientemente, el conglomerado Unilever ha decidido escindir su negocio de helados, que planea salir a bolsa en noviembre.

Habitualmente, las separaciones o ventas de partes del negocio tienen como objetivo aumentar el valor para los accionistas, adaptarse a nuevos hábitos de consumo o reducir las complejidades en la gestión. Pero a menudo también existen inversores activistas que ejercen presión para obtener mayor rentabilidad. Es lo que ha ocurrido con el fondo de cobertura Elliott Investment Management, que envió una carta al consejo de administración de PepsiCo, de la que es accionista, en el que criticaba a la compañía por "falta de claridad estratégica, desaceleración del crecimiento y erosión de la rentabilidad". La gestora de capital pedía una revisión de la estructura de la empresa, que, además de los famosos refrescos Pepsi, es titular de otras marcas como Lay's o 7 Up.

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La cúpula de Kraft Heinz destaca como argumentos que, con la separación, se podrá dedicar el nivel adecuado de atención y recursos a todas las áreas del negocio, "lo que permitirá que cada cartera de marcas respectiva alcance su máximo potencial". También se persigue reducir la complejidad operativa, a través de impulsar mayores eficiencias y personalizar la asignación de capital en función de la ambición estratégica de cada empresa, acelerando el rendimiento y manteniendo la flexibilidad financiera. Warren Buffett, el principal accionista del grupo, a través de Berkshire Hathaway, criticó la fusión entre ambas empresas hace diez años y ahora se mostró contrariado por la separación porque no cree que aporte valor.

Los analistas remarcan que la disminución de los volúmenes de ventas de alimentos, aperitivos y bebidas después de una etapa de inflación elevada está haciendo bajar los precios de las acciones de las empresas. Esto presiona a los equipos directivos de las compañías, que recurren a las adquisiciones para reforzar el crecimiento oa la venta de negocios que suponen un lastre para el rendimiento.

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En todo caso, un estudio de la consultora EY y Goldman Sachs (Strategies for successful corporate separations) concluye que, cuando las separaciones corporativas se ejecutan bien, pueden acarrear un exceso de rendimiento combinado de cerca del 6% desde el anuncio hasta dos años después del cierre, en comparación con el resto del sector al que pertenecen las empresas.