Meritxell Serret: "Si gestionar dinero es saber invertir en bolsa, yo no sé. Yo lo único que sé es ahorrar"

Nacida en una familia de campesinos y ganaderos en Vallfogona de Balaguer, Meritxell Serret (1975) desde pequeña que repartía y cobraba la leche que se hacía en la empresa familiar. Sin embargo, su primer dinero no lo ganó hasta más adelante: "Debía de tener diez o doce años, todavía iba a la escuela, y me pidieron ir a ayudar a la peluquería de los jubilados de aquí del pueblo ". "Cuando era algo mayor fui a hacer monas ya cosechar fruta en verano. Y lo típico, hacer repasos en una academia", explica Serret en declaraciones alEmpresas.

Combinó trabajos temporales con el grado de ciencias políticas y de la administración. "Nosotros fuimos la segunda promoción de la Universidad Autónoma de Barcelona. Por tanto, tampoco teníamos muy claras las salidas profesionales; las hemos ido construyendo entre todos. De hecho, recuerdo que me llamaron de la Diputación de Barcelona y yo, lusionada, pensaba que me ofrecerían un puesto de trabajo, y lo que me encontré es que la persona que me había llamado era porque le explicas qué podíamos hacer quienes habíamos estudiado esta carrera", explica la politóloga.

"Entonces hice lo que hace mucha gente, enviar currículums a todas partes. Fue cómo empezar de cero. Fui a vivir en un piso de estudiantes en Barcelona y me fiaron para darme la tarjeta de crédito. Tuve una por primera vez", rememora Serret. De hecho, es uno de los momentos que más ha sufrido económicamente: "Siempre tenía la sensación de que estaba en deuda, y eso de deber no me gusta. Quería llegar a fin de mes y entrar en una rueda de no tener que estar siempre en números rojos. Entre los pequeños ahorros y la tarjeta, iba tirando hasta que cobré un sueldo". Y así empezó a trabajar en la Unió de Pagesos.

Por motivos personales y laborales, decidió volver al pueblo natal, y fue entonces cuando entró en política: "Just coincidió en que existían las elecciones municipales, me propusieron ir a las listas y dije que sí". Compaginaba el trabajo y las labores de concejala: "En muchos municipios de dimensiones pequeñas y medianas, el sueldo es 100% el del trabajo y te dan algunas dietas para asistir a reuniones". "A veces tienes que pedir al trabajo que tengan flexibilidad para atender llamadas o hacer gestiones. Y más con cultura, como yo llevaba, muchas fiestas y actividades son en fines de semana y, por tanto, fue una época muy intensa", asegura Serret.

En 2016, tras proponerle ser la consejera de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación y aceptarlo, cogió una excedencia de año y medio en el trabajo: "Lo viví como una gran oportunidad, profesionalmente era el top". "Todo lo que vino después del 1 de Octubre y marcharse hacia Bruselas, evidentemente fue un salto al vacío, muy complejo y muy intenso tanto en el ámbito personal como en la perspectiva económica", remarca la exconsejera. Y sigue: "Patías porque decías «¿Cómo salgo a partir de ahora?» Había mucho ruido. Nos amenazaban con que nos embargarían las cuentas, que nos embargarían las propiedades".

"Además, cuando dejas de ser consejera no tienes derecho al paro. A lo que sí tienes derecho, mientras no encuentres otra fuente de ingresos, es a una mensualidad. Por tanto, lo primero que hice hizo de pedir esa mensualidad. Y, además, había gente que nos ayudaba allí, porque tampoco es barato vivir en Bruselas. Después, cuando empecé a buscar trabajo, fue cuando me ofrecieron la delegación del gobierno de la Generalitat a Bruselas", detalla Serret. En 2021 regresó de Bruselas para ser diputada en el Parlament de Catalunya.

En el ámbito financiero, la mejor inversión de Serret ha sido su hogar: "Solo he hecho una hipoteca en mi vida y fue para comprar mi piso". "Ahora bien, si gestionar dinero es saber invertir en bolsa, yo no sé. Yo lo único que sé es ahorrar y que las cuentas me salgan y me den tranquilidad y estabilidad", aclara Serret.

La exdiputada ya no se plantea el mundo político: "Intento no especular más de la cuenta porque ahora mismo mi situación es que no puedo". De hecho, asegura tener "muchas ganas" de volver al sector privado: "Tengo claro que todo son etapas y ahora tengo que hacer el traspaso. Tengo que ver cómo reoriento profesionalmente mi vida. Y ver qué ofertas hay". "He salido de tantas, que pienso que de ésta también. Hay incertidumbre, pero no tengo miedo", sentencia.